El edificio fue diseñado por arquitectos en el siglo XX y originalmente ocupado por una joyería que le dio su nombre. Después fue utilizado para oficinas de gobierno y como discoteca antes de ser restaurado para albergar el Museo de la Ciudad de México. El museo abarca una variedad de objetos sobre la identidad de la ciudad a través de los años y fue apoyado por Carlos Monsiváis.