Las computadoras han evolucionado de máquinas grandes y caras a dispositivos más pequeños y asequibles. Los primeros computadores ocupaban habitaciones enteras y costaban millones, pero ahora tenemos computadoras personales, teléfonos inteligentes y otros dispositivos digitales portátiles que son miles de veces más potentes pero cuestan una fracción del precio. Esta evolución ha sido impulsada por avances en miniaturización de componentes y reducción de costos de producción.