La autora recibió un nombramiento como docente en el municipio de Ituango, Antioquia, pero después de completar los trámites le informaron que sería trasladada a Abriaquí en su lugar, ya que consideraban que Ituango era demasiado "caliente" o peligroso. Inicialmente, la autora se quejó porque prefería un lugar más cálido, pero luego se enteró que cuando los otros decían "caliente" se referían al peligro, no al clima, por lo que aceptó el traslado a Abriaquí