La educación debe adaptarse a las necesidades individuales de cada estudiante. Las escuelas deberían ofrecer múltiples caminos para que los estudiantes puedan alcanzar los objetivos académicos de acuerdo a sus propios intereses y capacidades. Un enfoque de aprendizaje personalizado que reconozca las fortalezas únicas de cada niño es fundamental para crear un sistema educativo justo e inclusivo.