La historia trata sobre una flor que creció entre las piedras y atrajo la atención de varias personas que pasaron por ahí. Una joven la cortó y llevó a la iglesia, donde murió. Otro dejó la flor pero murió en una tormenta. Una niña decidió regar y cuidar la flor todos los días, transformando el lugar en un jardín floreciente. El mensaje final es que las amistades requieren cultivo constante para prosperar como el jardín.