Este documento resume las conclusiones de una reflexión sobre el legado de Papa Benedicto XVI en el campo de la Pastoral de la Salud. Se analizan temas como el sufrimiento humano, el papel del personal sanitario y la acción pastoral de la Iglesia en el ámbito de la salud. La intención es descubrir las enseñanzas del Papa sobre cómo la Iglesia debe acompañar a los enfermos siguiendo el ejemplo de Jesús como médico divino.
2. Conclusiones
En su visita a nuestro País su Santidad Benedicto XVI, viene acompañado de
esta serie de enseñanzas, que durante su pontificado nos está dejando, es
una carta abierta para que, cada uno de nosotros que trabajamos en el
campo de la pastoral de la Iglesia en torno a la salud y la enfermedad, la
descubramos.
Pbro. Lic. Alejandro Gutiérrez Buenrostro
Representante de la Dimensión de la Salud de la Provincia Bajio La visita de Su Santidad nos tiene que mover a conocer, hacer nuestro y vivir
Y coordinador de la Dimensión de la Salud de la Diócesis de Querétaro su magisterio como sucesor de Pedro.
Pbro. J. Eugenio Vera Acosta
Siguiendo el ejemplo amoroso y misericordioso de Cristo que nos dejan los
Coordinador de la Dimensión de la Salud de la Diocesis de Celaya.
evangelios impulsemos, de acuerdo con las palabras del Papa, una pastoral
Diac. Dr. José Silvestre López Saldaña en el ámbito plenamente evangélico, que sea cercana al ser humano que
Coordinador de la Dimensión de la Salud de la Arquidiocesis de León. sufre en toda su integridad y que ayude a descubrir el rostro de los Rostros,
el de Cristo en los que sufren. De tal modo que se valore la vida en toda su
Dra. Irma Leticia Lara Gutiérrez
integridad y dingidad desde la concepción, pasando por todas las etapas de
Coordinadora de la Dimensión de la Salud de la Diócesis de
Irapuato. la vida, hasta su muerte natural.
Nuestros servicios pastorales a la salud y en la enfermedad deben de estar
llenos de calidad profesional y revestidos de la virtud de la caridad a la que
Marzo 2012
Cristo nos llama en cada servicio que prestemos.
Querétaro, Qro. Mx.
Para lo cual es necesario que la Eucaristía sea la fuente de todo nuestro
actuar pastoral y los demás sacramentos nuestra vitalidad, para llevarlos a
los que sufren y están necesitados de ellos.
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3. Sacerdotes
Los sacerdotes son "ministros de los enfermos", y como tal, deben de ser signo e
instrumento de la compasión de Cristo, que ha de llegar a todo hombre marcado por
el sufrimiento. Por lo cual, los invito queridos presbíteros, a no escatimar esfuerzos
para prestarles asistencia y consuelo. El tiempo transcurrido al lado de quien se Para esta reflexión sobre el Papa Benedicto XVI y su legado en el
encuentra en la prueba del dolor, sufrimiento o enfermedad es fecundo en gracia para campo de la Pastoral de la Salud incluimos temas como el
todas las demás dimensiones de la pastoral (cfr. Mensaje, 22.11.09). Por lo que los sufrimiento, el personal sanitario, la acción pastoral de la Iglesia en
sacerdotes no pueden desentenderse de esta parte se su ministerio y olvidar que
también son llamados “ministros de los enfermos”. "El que esté enfermo, llame a los el campo sanitario, etc., lo vamos a basar en parte del Discurso
presbíteros". En este año sacerdotal, me complace subrayar el vínculo entre los que dio el Santo Padre Benedicto XVI a la VII Asamblea plenaria
enfermos y los sacerdotes, una especie de alianza, de "complicidad" evangélica. del Consejo Pontificio para la Pastoral de la Salud, dado el 22 de
“Ambos tienen una tarea: el enfermo debe ‘llamar’ a los presbíteros, y estos deben
responder, para atraer sobre la experiencia de la enfermedad la presencia y la acción marzo del año 2012.
del Resucitado y de su Espíritu. Y aquí podemos ver toda la importancia de la pastoral
de los enfermos, cuyo valor es verdaderamente incalculable por el bien inmenso que La intención principal es descubrir el legado que nos trae a
hace, en primer lugar, al enfermo y al sacerdote mismo, pero también a los familiares, nuestro país, en el campo tan hermoso y delicado que tiene la
a los conocidos, a la comunidad y, por caminos desconocidos y misteriosos, a toda la
Iglesia y al mundo. En efecto, cuando la Palabra de Dios habla de curación, de Iglesia en torno a la salud y la enfermedad como parte de la vida
salvación, de salud del enfermo, entiende estos conceptos en sentido integral, sin del ser humano.
separar nunca alma y cuerpo: un enfermo curado por la oración de Cristo, mediante la
Iglesia, es una alegría en la tierra y en el cielo, es una primicia de vida eterna”
El proceso de la reflexión es de acuerdo al discurso antes
(Homilía, 11.02.10). Por lo que se necesitan los unos a los otros y la Iglesia necesita de
ellos. mencionado. Iremos reflexionando en cada párrafo, para ser
concretos, siete puntos, apoyados para su profundización en los
Donación de Órganos mensajes que el Santo Padre ha dado para las Jornadas Mundiales
“La donación de órganos es una forma peculiar de testimonio de la caridad. En un de oración por los enfermos, en los discursos, audiencias generales,
tiempo como el nuestro, con frecuencia marcado por diferentes formas de egoísmo, homilías, ángelus, y cartas encíclicas. El modo de citar los escritos
es cada vez más urgente comprender cuán determinante es para una correcta de SS Benedicto XVI es primero se hace el nombre del documento,
concepción de la vida entrar en la lógica de la gratuidad. En efecto, existe una
responsabilidad del amor y de la caridad, que compromete a hacer de la propia vida segundo su el documento tiene números se pone en paréntesis y por
un don para los demás, si se quiere verdaderamente la propia realización. Como nos último aparece la fecha.
enseñó el Señor Jesús, sólo quien da su vida podrá salvarla (cfr. Lc 9, 24)”. (Discurso,
07.11.08). Siendo la donación una respuesta actual al egoísmo que caracteriza a la
Esperemos que esta pequeña reflexión nos acerque más a Dios en
humanidad de nuestros tiempos, es una manera donde el ser humano, no da, sino que
se da a los demás. nuestro servicio a los hermanos que sufren, guiados por las
palabras sabias de nuestro actual Pontífice Benedicto XVI.
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Este es un pequeño aporte de la Pastoral de la Salud de la
4. 6.2 Virtudes Teologales
Deseo animar a los enfermos y a todos los que sufren a encontrar siempre en la fe un
ancla segura, alimentada por la escucha de la palabra de Dios, la oración personal y los
sacramentos (cfr. Mensaje, (5), 20.11.11). Desde la fe se encuentra seguridad en medio
de la enfermedad cuanto todo es incierto, ya que abre el horizonte de la vida misma.
“La pastoral de la salud es un ámbito plenamente evangélico, que “La fe nos ayuda a ampliar el horizonte más allá de nosotros mismos, para ver la vida
recuerda de modo inmediato la obra de Jesús, buen Samaritano de la como Dios la ve. El amor incondicional de Dios, que alcanza a todo ser humano, otorga
humanidad. Cuando pasaba por las aldeas de Palestina anunciando la un significado y finalidad a cada vida humana. Por su Cruz, Jesús nos introduce
buena nueva del reino de Dios, siempre acompañaba su predicación con los realmente en su amor salvador (cf. Jn 12,32) y así nos muestra la dirección, el camino
signos que realizaba en favor de los enfermos, curando a todos los que se de la esperanza que nos transfigura, de modo que nosotros mismos lleguemos a ser
hallaban prisioneros de diversas enfermedades y dolencias. para los demás transmisores de esperanza y amor” (Encuentro, 19.04.08). Es desde la
cruz misma de Cristo, que la fe encuentra rumbo, la esperanza fortaleza y el amor
La salud del hombre, de todo el hombre, fue el signo que Cristo escogió cumplimiento.
para manifestar la cercanía de Dios, su amor misericordioso que cura el
espíritu, el alma y el cuerpo. Queridos amigos, el seguimiento de Cristo, al 7. “Así pues, os encomiendo también este documento reciente. Hacedlo vuestro, aplicadlo
que los Evangelios nos presentan como "Médico" divino, ha de ser siempre al campo de la pastoral de la salud, sacando de él indicaciones espirituales y pastorales
la referencia fundamental de todas vuestras iniciativas. apropiadas”.
Esta perspectiva bíblica da valor al principio ético natural del deber de María
curar al enfermo, en virtud del cual hay que defender toda existencia
humana, según las dificultades particulares en que se encuentra y según En la advocación mariana de Nuestra Señora de los Dolores, contemplamos a María que
nuestras posibilidades concretas de ayuda. Socorrer al ser humano es un comparte la compasión de su Hijo por los pecadores. Al pie de la Cruz se cumple la profecía
deber, sea como respuesta a un derecho fundamental de la persona, sea de Simeón de que su corazón de madre sería traspasado (cfr. Lc 2,35) por el suplicio
porque la curación de los individuos redunda en beneficio de la
infligido al Inocente, nacido de su carne. Igual que Jesús lloró (cfr. Jn 11,35), también María
colectividad. La ciencia médica progresa en la medida en que acepta
lloró ante el cuerpo lacerado de su Hijo.
replantearse siempre tanto el diagnóstico como los métodos de tratamiento,
dando por supuesto que los anteriores datos adquiridos y los presuntos
límites pueden superarse. Estos sufrimientos han guiado a María al igual que su Hijo a la perfección (cfr. Hb 2,10),
para hacerla capaz de asumir la nueva misión espiritual que su Hijo le encomienda poco
Por lo demás, la estima y la confianza, con respecto al personal sanitario antes de expirar (cfr. Jn 19,30): convertirse en la Madre de Cristo en sus miembros. En esta
son proporcionados a la certeza de que esos defensores de la vida por hora, a través de la figura del discípulo a quien amaba, Jesús presenta a cada uno de sus
profesión jamás despreciarán una existencia humana, aunque sea discípulos a su Madre, diciéndole: “Ahí tienes a tu hijo” (Jn 19,26-27). (Cfr. Homilía,
discapacitada, e impulsarán siempre intentos de curación. Por 15.09.08). En medio del sufrimiento, es donde se nos da el amor maternal más grande, el
consiguiente, el esfuerzo por curar se ha de extender a todo ser humano, de María, que del dolor y sufrimiento que lo lleva a la perfección, está hoy en el gozo y la
con el fin de abarcar toda su existencia. En efecto, el concepto moderno de gloria de la Resurrección. Esas lágrimas que derramó al pie de la Cruz se han transformado
atención sanitaria es la promoción humana: va desde el cuidado del en una sonrisa que ya nada puede extinguir, permaneciendo intacta su compasión
enfermo hasta los tratamientos preventivos, buscando el mayor desarrollo maternal por nosotros.
humano y favoreciendo un ambiente familiar y social adecuado.
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5. 6. “Precisamente de la Eucaristía la pastoral de la salud puede sacar continuamente la Esta perspectiva ética, basada en la dignidad de la persona humana y
fuerza para socorrer de modo eficaz al hombre y promoverlo según la dignidad que le es en los derechos y deberes fundamentales vinculados a ella, se confirma y
propia. En los hospitales y en las clínicas, la capilla es el corazón palpitante en el que se potencia con el mandamiento del amor, centro del mensaje cristiano.
Jesús se ofrece incesantemente al Padre celestial para la vida de la humanidad. La Por tanto, los agentes sanitarios cristianos saben bien que existe un
Eucaristía, distribuida a los enfermos dignamente y con espíritu de oración, es la savia vínculo muy estrecho e indisoluble entre la calidad de su servicio
vital que los conforta e infunde en su corazón luz interior para vivir con fe y con profesional y la virtud de la caridad a la que Cristo los
esperanza la condición de enfermedad y sufrimiento”. llama: precisamente realizando bien su trabajo llevan a las personas el
testimonio del amor de Dios.
6.1 Hospitales y clínicas
La caridad como tarea de la Iglesia, sobre la que reflexioné en mi encíclica
Deus caritas est, se aplica de modo particularmente significativo en la
La Iglesia debe de ser el corazón del hospital: de Jesús realmente presente en la
atención a los enfermos. Lo atestigua la historia de la Iglesia, con
Eucaristía, del dulce Médico de los cuerpos y de las almas, podemos sacar la fuerza
innumerables testimonios de hombres y mujeres que, tanto de forma
espiritual para confortar y curar a cuantos están internados en el hospital o clínica
individual como en asociaciones, han actuado en este campo. Por eso,
católicos. Es desde aquí, desde donde se puede dar un testimonio concreto y eficaz del
entre los santos que han practicado de forma ejemplar la caridad,
Evangelio en contacto con la humanidad sufriente; y es aquí donde también se proclama mencioné en la encíclica a figuras emblemáticas como san Juan de Dios,
con los hechos el poder de Cristo, que con su espíritu cura y transforma la existencia san Camilo de Lelis y san José Benito Cottolengo, que sirvieron a Cristo
humana (cfr. Discurso, 30.09.05). Por eso, en cierto modo, podríamos llamar "sagrado", pobre y doliente en las personas de los enfermos.
donde se experimenta la fragilidad de la naturaleza humana y al mismo tiempo las
enormes potencialidades y recursos del ingenio del hombre y de la técnica al servicio de la Por consiguiente, queridos hermanos y hermanas, permitidme que os
vida (cfr. Discurso, 22.04.07). entregue de nuevo hoy, idealmente, las reflexiones que propuse en la
encíclica, con las relativas orientaciones pastorales sobre el servicio
En los hospitales y las clínicas se encuentran personas probadas por el dolor, que pueden caritativo de la Iglesia como "comunidad de amor". Y a la encíclica puedo
transformarse en lugares privilegiados para testimoniar el amor cristiano, que alimenta la añadir ahora también la exhortación apostólica postsinodal recién
esperanza y suscita propósitos de solidaridad fraternal, siendo esto lo que se tiene que hacer en el publicada, que trata de modo amplio y articulado sobre la Eucaristía como
hospital, con una acogida amorosa y cualificada de los pacientes, la tutela de su dignidad y el "Sacramento de la caridad".
compromiso de mejorar su calidad de vida debe ocupar el centro de las preocupaciones de todos.
Precisamente de la Eucaristía, la pastoral de la salud puede sacar
En cada enfermo, cualquiera que sea se debe reconocer y servir a Cristo mismo; que en los gestos
continuamente la fuerza para socorrer de modo eficaz al hombre y
y palabras se perciban los signos de su amor misericordioso (cfr. Homilía, 02.12.07). Ya que se
promoverlo según la dignidad que le es propia. En los hospitales y en las
debe saber ver siempre en el rostro de los enfermos el Rostro de los rostros: el de Cristo (cfr.
Mensaje, (5), 21,11.10). De tal manera que el Cristo que se encuentre en la capilla del hospital, se clínicas, la capilla es el corazón palpitante en el que Jesús se ofrece
encuentre en el Cristo que sufre en el enfermo en su cama. incesantemente al Padre celestial para la vida de la humanidad. La
Eucaristía, distribuida a los enfermos dignamente y con espíritu de
Aquí la preocupación debe ser asegurar un tratamiento excelente no sólo bajo el perfil sanitario, oración, es la savia vital que los conforta e infunde en su corazón luz
sino también bajo el aspecto humano. Se debe tratar de dar una familia a los pacientes y a sus interior para vivir con fe y con esperanza la condición de enfermedad y
acompañantes, y esto requiere la contribución de todos: de los dirigentes, de los médicos, de los sufrimiento.
enfermeros y de los agentes sanitarios en las diferentes unidades, del personal y de los Así pues, os encomiendo también este documento reciente. Hacedlo
voluntarios, que diariamente prestan su valioso servicio (cfr. Discurso, 30.12.05). Este estilo, es el vuestro, aplicadlo al campo de la pastoral de la salud, sacando de él
que debe de predominar en los hospitales y clínicas católicos, ya que están inspirados en los indicaciones espirituales y pastorales apropiadas”.
principios evangélicos.
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6. 0. “La pastoral de la salud es un ámbito plenamente evangélico, que recuerda de modo
inmediato la obra de Jesús, buen Samaritano de la humanidad. Cuando pasaba por las La Eucaristía
aldeas de Palestina anunciando la buena nueva del reino de Dios, siempre acompañaba
su predicación con los signos que realizaba en favor de los enfermos, curando a todos los Toda la comunidad eclesial y la comunidad parroquial, de manera particular, han de
que se hallaban prisioneros de diversas enfermedades y dolencias”. asegurar la posibilidad de acercarse con frecuencia a la comunión sacramental a quienes,
por motivos de salud o de edad, no pueden ir a los lugares de culto. De este modo, a los
El único que puede eliminar el poder del mal es Dios, por el hecho de que Jesús vino al enfermos se les ofrece la posibilidad de reforzar la relación con Cristo crucificado y
resucitado, participando con su vida ofrecida, por amor a Cristo, en la misma misión de la
mundo para revelarnos el designio divino de nuestra salvación, la fe nos puede ayudar a
Iglesia.
penetrar el sentido de todo lo que es el ser humano, incluido el sufrimiento. Existe una
íntima relación entre la cruz de Jesús —símbolo del dolor supremo y precio de nuestra
5.2 Maternidad Eclesial
verdadera libertad— y nuestro dolor, que se transforma y se sublima cuando se vive con la
La maternidad de la Iglesia es reflejo del amor de Dios, del que habla el profeta
conciencia de la cercanía y de la solidaridad de Dios (cfr. Discurso, 21.06.09). La Iglesia y su
Isaías: "Como una madre consuela a un hijo, así los consolaré; en Jerusalén serán
acción pastoral nos ayudan en la profundización y en la práctica concreta en favor de los
consolados" (Is 66, 13). Es una maternidad que no necesita de las palabras para
que sufren.
hablar, que suscita en los corazones el consuelo, una alegría íntima, un gozo que
paradójicamente convive con el dolor, con el sufrimiento.
0.1 Pastoral de la salud
La Iglesia en su acción pastoral, y de una manera concreta la pastoral de la salud, es la acción La Iglesia, como María, custodia dentro de sí los dramas del hombre y el consuelo de Dios.
por excelencia en el cuidado de la salud y del sufrimiento humano, acción que encuentra en la En la Iglesia, los enfermos y los que sufren, no sólo son destinatarios de atención y de
Eucaristía la fuerza espiritual necesaria para socorrer de forma eficaz al hombre y para ayudarle cuidado, sino también protagonistas de la peregrinación de la fe, la esperanza, y testigos
a comprender el valor salvífico de su sufrimiento (cfr. Mensaje, (4) 08.01.08). Como dijo del amor, de la alegría pascual que florece de la cruz y de la Resurrección de Cristo (cfr.
también el Beato Juan Pablo II, Papa en la citada carta apostólica Salvifici Doloris la Iglesia ve en Homilía, 11.02.10). Al instituir un dicasterio para la pastoral sanitaria, la Santa Sede quiso
los hermanos y hermanas que sufren «como un sujeto múltiple de la fuerza sobrenatural» de ofrecer su propia contribución para promover un mundo más capaz de acoger y atender a
Cristo (cfr. n. 27). los enfermos como personas y ayudarles a vivir la experiencia de la enfermedad de manera
más humana, no renegando de ella, sino dándole un sentido.
0.2 Jesús y los enfermos
En los Evangelios (cfr. Mt. 9, 27; Mc. 2, 4; 1,30-31; Lc. 13, 12; 18, 40, Jn. 5, 6-8, etc.) vemos a La Iglesia, a la que se ha confiado la tarea de prolongar en el espacio y en el tiempo la
Jesús pasar un día con los enfermos para confortarlos. Así, con gestos concretos, nos manifiesta misión de Cristo, no puede desatender las dos obras esenciales: evangelización y cuidado
su ternura y bondad para con todos los que tienen el corazón roto y el cuerpo herido (cfr. de los enfermos en el cuerpo y en el espíritu. De hecho, Dios quiere curar a todo el hombre
Discurso, 19.03.09). Para todos los que trabajamos en la Pastoral de la Salud es agradable por y en el Evangelio la curación del cuerpo es signo de la sanación más profunda que es la
un lado y, por otro, comprometedor ver como Jesús en su vida terrena esta junto al que sufre, remisión de los pecados (cfr. Mc 2, 1-12).
en sus días los enfermos ocupan un lugar importante.
El Hijo de Dios sufrió, murió, pero resucitó y precisamente por esto, las llagas de Cristo se El relato evangélico de la Visitación (cfr. Lc 1, 39-56) nos muestra cómo la Virgen,
convierten en el signo de nuestra redención, del perdón y de la reconciliación con el Padre. «Por después de la anunciación del Ángel, no retuvo el don recibido, sino que parte
sus llagas han sido curados» (1 P 2, 24). Por eso, queridos enfermos y personas que sufren, es a inmediatamente para ayudar a su prima Isabel, quien llevaba seis meses gestando a Juan.
través de las llagas de Cristo que nosotros podemos ver, con ojos de esperanza, todos los males En el apoyo ofrecido por María a su familiar que vive una situación delicada como el
que afligen a la humanidad. Al resucitar, el Señor no eliminó el sufrimiento ni el mal del mundo, embarazo, vemos prefigurada toda la acción de la Iglesia en apoyo del necesitado (cfr.
sino que los venció de raíz y lo hizo desde el amor (cfr.Mensaje, (2), 21.11.10). Desde la Homilía, 11.02.10).
grandeza del amor, vence la humanidad del dolor.
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7. 1.3 Los enfermos y Jesús
Él, con su gran amor, vela siempre y en cualquier circunstancia sobre nuestra existencia y nos
espera para ofrecer, a cada hijo que vuelve a él, el don de la plena reconciliación y de la alegría. Queridos enfermos, ustedes realizan una obra importante en la Iglesia y el mundo: ya
que viviendo sus sufrimientos en unión con Cristo crucificado y resucitado, participan
Sacramento de la unción de los enfermos en el misterio de su sufrimiento para la salvación del mundo. Ofreciendo nuestro dolor
a Dios por medio de Cristo, podemos colaborar en la victoria del bien sobre el mal,
La carta del apóstol Santiago atestigua la presencia de este gesto sacramental ya en la primera porque Dios hace fecundo nuestro ofrecimiento, nuestro acto de amor. Sientánse
comunidad cristiana (cfr. 5,14-16): con la unción de los enfermos, realizada con la oración de los partes preciosas de un hermosísimo mosaico que Dios, como gran artista, va formando
presbíteros, la Iglesia encomienda a los enfermos al Señor que sufre y es glorificado, para que les día tras día, también mediante su contribución amorosa. (Cfr. Discurso, 02.05.10).
alivie sus penas y los salve; es más, les exhorta a unirse espiritualmente a la pasión y a la muerte Así, el hombre que sufre con amor y con dócil abandono a la voluntad divina, unido
de Cristo, para contribuir, de este modo, al bien del Pueblo de Dios. misteriosamente a Cristo, se transforma en ofrenda viva para la salvación del mundo
(cfr. Mensaje, (4) 08.01.08) de tal manera que su sufrimiento, se convierte en Cristo en
La materia sacramental del óleo se nos ofrece, por decirlo así, como la medicina de Dios, que nos una fuente inagotable de amor.
da la certeza de su bondad, que nos debe fortalecer y consolar y al mismo tiempo, y más allá de
la enfermedad, remite a la curación definitiva, a la resurrección (cfr. St. 5,14). Y aquellos que sufren enfermedades incurables y terminales, los animo a contemplar
los sufrimientos de Cristo crucificado, y, en unión con él, a dirigiros al Padre con plena
Este sacramento, merece hoy una mayor consideración, tanto en la reflexión teológica como en
confianza. Confien en que sus sufrimientos, unidos a los de Cristo, resultarán fecundos
la acción pastoral con los enfermos. Es necesario valorando los contenidos de la oración litúrgica
que se adaptan a las diversas situaciones humanas unidas a la enfermedad, y no sólo cuando se para las necesidades de la Iglesia y del mundo (cfr. Mensaje, 08.12.06) Así, su dolor y
ha llegado al final de la vida (cfr. Catecismo de la Iglesia Católica, n. 1514), la unción de los sufrimientos adquieren un sentido y ya no son en vano.
enfermos no debe ser considerada como «un sacramento menor» respecto a los otros.
1. “La salud del hombre, de todo el hombre, fue el signo que Cristo escogió para
La atención y el cuidado pastoral hacia los enfermos, por un lado, es señal de la ternura de Dios manifestar la cercanía de Dios, su amor misericordioso que cura el espíritu, el
con los que sufren, y por otro, beneficia también espiritualmente a los sacerdotes y a toda la alma y el cuerpo. Queridos amigos, el seguimiento de Cristo, al que los Evangelios
comunidad cristiana, sabiendo que todo lo que se hace con el más pequeño, se hace con el
nos presentan como "Médico" divino, ha de ser siempre la referencia
mismo Jesús (cfr. Mt 25,40). Pero también aquí es evidente la prolongación de Cristo en su
Iglesia: ya que sigue siendo el mismo Jesús quien actúa mediante los sacerdotes; es su mismo
fundamental de todas vuestras iniciativas”.
Espíritu quien obra a través del signo sacramental del óleo; es a él a quien se dirige la fe,
expresada en la oración; y, como ocurría con las personas curadas por Jesús, a todo enfermo se 1.1 El Sufrimiento y Misericordia Divina
le puede decir: tu fe, sostenida por la fe de los hermanos de la comunidad, te ha salvado (cfr.
Homilía, 11.02.10). Cristo sigue ofreciendo su salvación mediante los sacramentos, y a los que El misterio del sufrimiento humano y el misterio de la Misericordia divina, pareciera
sufren enfermedades o tienen una discapacidad, lo hace a través de la gracia de la Unción de los que a primera vista, estos dos misterios se contradijeran, pero cuando tratamos de
Enfermos y para curarnos, Él no permanece fuera del sufrimiento padecido; lo alivia viniendo a profundizar en ellos a la luz de la fe, vemos que están en recíproca armonía, gracias al
habitar en quien está afectado por la enfermedad, para llevarla consigo y vivirla junto con el misterio de la cruz de Cristo. Como dijo el Beato Juan Pablo II, Papa, "la cruz es la
enfermo.
inclinación más profunda de la Divinidad hacia el hombre (...). La cruz es como un
El hombre ya no está solo con su desdicha, sino conformado a Cristo que se ofrece al Padre, toque del amor eterno sobre las heridas más dolorosas de la existencia terrena del
como miembro sufriente de Cristo y participando, en Él, al nacimiento de la nueva creación. Sin hombre" (L'Osservatore Romano, edición en lengua española, 23 de agosto de 2002, p.
la ayuda del Señor, el yugo de la enfermedad y el sufrimiento es cruelmente pesado (cfr. Homilía, 4). Ustedes, queridos enfermos, marcados por el sufrimiento del cuerpo y del alma,
15.09.08). Por lo que mediante el sacramento de la Unción y la Eucaristía podemos seguir son quienes están más unidos a la cruz de Cristo, pero, al mismo tiempo, están
sintiendo la cercanía y presencia de Jesús en medio del dolor y enfermedades humanas. llamados a ser los testigos más elocuentes de la misericordia de Dios.
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8. La Iglesia, siguiendo el ejemplo del buen samaritano, ha mostrado siempre una solicitud particular
Por medio de ustedes y mediante su sufrimiento, él se inclina con amor hacia la humanidad. por los enfermos. A través de cada uno de sus miembros y de sus instituciones, sigue estando al
Son ustedes, quienes, diciendo desde lo profundo de su corazón: "Jesús, en ti confío", nos lado de los que sufren y de los moribundos, tratando de preservar su dignidad en esos momentos
enseñan que no hay fe más profunda, esperanza más viva y amor más ardiente que la fe, la tan significativos de la existencia humana (Mensaje, 08.12.06). Muchas de esas personas que
esperanza y el amor de quien en la tribulación se abandona en las manos seguras de Dios. hacen presente a la Iglesia -profesionales de la asistencia sanitaria, agentes pastorales y
¡Ojalá que las manos de quienes los ayudan en el nombre de la misericordia, sean una voluntarios- e instituciones siguen haciendo presente en todo el mundo el servicio incansable a los
prolongación de estas grandes manos de Dios! (cfr. Encuentro, 27.05.06). enfermos, en hospitales, en las calles de las ciudades, en proyectos de asistencia a domicilio y en
parroquias.
1.2 Sufrimiento y compasión
5.1 Sacramentos de curación (cfr. Mensaje, (1-4), 20.11.11).
En este momento, resultan particularmente actuales las palabras de Jesús: "Cuanto hiciste a Los «sacramentos de curación», son el sacramento de la penitencia y de la reconciliación, el
uno de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hiciste" (Mt 25, 40. 45). En toda de la unción de los enfermos y la comunión eucarística.
persona afectada por la enfermedad, es él mismo quien espera nuestro amor. Ciertamente,
mientras que el sufrimiento repugna a la sensibilidad humana; al mismo tiempo cuando se le Quien invoca al Señor en su sufrimiento y enfermedad, está seguro de que su amor no le
acoge con amor, con compasión, y está iluminado por la fe, se convierte en una valiosa ocasión abandona nunca, y de que el amor de la Iglesia, que continúa en el tiempo su obra de
que une de manera misteriosa a Cristo Redentor, el Varón de dolores, que en la cruz cargó salvación, nunca le faltará. La curación física, expresión de la salvación más profunda, revela la
sobre sí el dolor y la muerte del hombre (cfr. Discurso, 22.04.07). Con el sacrificio de su vida, importancia que el hombre, en su integridad de alma y cuerpo, tiene para el Señor.
redimió el sufrimiento humano y lo transformó en el medio fundamental de la salvación,
haciendo de su sufrimiento una ocasión para conmoverse desde lo profundo del ser y desde el Cada sacramento, expresa y actúa la proximidad de Dios mismo, el cual, de manera
amor en fuente inagotable de amor y compasión. absolutamente gratuita, nos toca por medio de realidades materiales que él toma a su servicio
y convierte en instrumentos del encuentro entre nosotros y Él mismo (cfr. Homilia, 01.04.10).
«La unidad entre creación y redención se hace visible. Los sacramentos son expresión de la
2. “Esta perspectiva bíblica da valor al principio ético natural del deber de curar al corporeidad de nuestra fe, que abraza cuerpo y alma, al hombre entero» (Homilia, 21.04.11).
enfermo, en virtud del cual hay que defender toda existencia humana según las
dificultades particulares en que se encuentra y según nuestras posibilidades concretas de La tarea principal de la Iglesia es, ciertamente, el anuncio del Reino de Dios, «pero
ayuda. Socorrer al ser humano es un deber, sea como respuesta a un derecho precisamente este mismo anuncio debe ser un proceso de curación: “… para curar los
fundamental de la persona, sea porque la curación de los individuos redunda en corazones desgarrados” (Is 61,1). El binomio entre salud física y renovación del alma lacerada,
nos ayuda pues, a comprender mejor los «sacramentos de curación».
beneficio de la colectividad. La ciencia médica progresa en la medida en que acepta
replantearse siempre tanto el diagnóstico como los métodos de tratamiento, dando por
El sacramento de la penitencia
supuesto que los anteriores datos adquiridos y los presuntos límites pueden superarse”.
«Toda la fuerza de la Penitencia consiste en que nos restituye a la gracia de Dios y nos une a Él
2.1 El ser humano con profunda amistad» (Catecismo de la Iglesia Católica, n. 1468). Jesús, con su vida anuncia y
hace presente la misericordia del Padre. Él no ha venido para condenar, sino para perdonar y
Todos sabemos que Jesús consideraba al ser humano en su totalidad para curarlo salvar, para dar esperanza incluso en la oscuridad más profunda del sufrimiento y del pecado,
completamente, en el cuerpo, alma y espíritu. En efecto, la persona humana es una, y para dar la vida eterna; así, en el sacramento de la penitencia, en la «medicina de la
sus diversas dimensiones pueden y deben distinguirse, pero no separarse. Por lo que la confesión», la experiencia del pecado no degenera en desesperación, sino que encuentra el
Iglesia debe siempre considerar a las personas como tales, y esta concepción distingue amor que perdona y transforma (cfr. Juan Pablo II, Exhortación ap. postsin. Reconciliatio et
a las instituciones sanitarias católicas, así como el estilo de los agentes sanitarios que Paenitentia, n. 31). Ahora, en el momento del sufrimiento, en el cual podría surgir la tentación
trabajan en ellas (cfr. Discurso, 11.11.06). Además, como dije en mi primera encíclica, de abandonarse al desaliento y a la desesperación, puede transformarse en tiempo de gracia
el cuerpo nunca podrá ser considerado como un objeto (cfr. Deus caritas est, 5). para recapacitar y, como el hijo pródigo de la parábola, reflexionar sobre la propia vida,
reconociendo los errores y fallos, sentir la nostalgia del abrazo del Padre y recorrer el camino
7 de regreso a casa. 12
9. Del corazón traspasado de Jesús brotó esta vida divina (cfr. Mensaje para la Jornada Mundial de
la juventud de 2011, n. 3). Sólo él es capaz de liberar al mundo del mal y de hacer crecer su reino El cuerpo de toda persona, junto con el espíritu que es dado a cada uno individualmente,
de justicia, de paz y de amor, al que todos aspiramos. Queridos jóvenes, aprendan a «ver» y a constituye una unidad inseparable, en la que está impresa la imagen de Dios mismo, por
«encontrar» a Jesús en la Eucaristía, donde está presente de modo real por nosotros, hasta el lo que prescindir de esta dimensión llevaría a perspectivas incapaces de captar la
punto de hacerse alimento para el camino, pero también sepan reconocer y servir en los pobres, totalidad del misterio presente en cada persona. Por lo tanto, es necesario que, en
en los enfermos, en los hermanos que sufren y atraviesan dificultades, los cuales necesitan su primer lugar se ponga el respeto a la dignidad de la persona y en Segundo la defensa de
ayuda (cfr. Mensaje para la Jornada Mundial de la juventud de 2011, n. 4). Es necesario que los su identidad personal (cfr. Discurso, 07.11.08). La ciencia siempre debe de tener en
jóvenes sepan descubrir al Cristo de la Eucaristía en el Cristo que sufre y lo sirvan con entrega y cuenta al ser humano, su dignidad y su identidad, y desde ahí hacer su trabajo y
disponibilidad generosa.
aportaciones.
Ancianidad
Junto a los cuidados clínicos indispensables, es preciso mostrar siempre una capacidad
3.1 Fe y ciencia
concreta de amar, porque los ancianos necesitan comprensión, consuelo, aliento y
acompañamiento constante. En particular, hay que ayudar a los ancianos a recorrer de modo
consciente y humano el último tramo de la existencia terrena, para prepararse serenamente a la “La fe en Dios y la búsqueda científica cooperan al mismo fin, que se puede expresar del mejor
muerte, que —como sabemos los cristianos— es tránsito hacia el abrazo del Padre celestial, modo con las palabras de Jesús mismo: ‘Para que tengan vida y la tengan en abundancia’ (Jn 10,
lleno de ternura y de misericordia. Aunque fuera necesario internarlos en centros sanitarios, es 10). Sí, Dios es vida y quiere que el hombre se cure de toda enfermedad del cuerpo y del espíritu.
importante que no se pierda el vínculo del paciente con sus seres queridos y con su propio Por eso Jesús curó incansablemente a enfermos, anunciando con su curación el reino de Dios ya
ambiente. Conviene que en los momentos más difíciles, el enfermo, sostenido por el cuidado cercano. Por el mismo motivo, la Iglesia, gracias a los carismas de tantos santos y santas, ha
pastoral, se sienta animado a encontrar la fuerza de afrontar su dura prueba en la oración y en el prolongado y difundido a lo largo de los siglos este ministerio profético de Cristo, mediante
consuelo de los sacramentos. Que se sienta rodeado por sus hermanos en la fe, dispuestos a innumerables iniciativas en el campo de la salud y del servicio a los que sufren. Si la dimensión
escucharlo y compartir sus sentimientos. En verdad, este es el verdadero objetivo del cuidado científica y tecnológica es propia del Hospital, la oración, en cambio es el elemento, por decirlo
"pastoral" de las personas ancianas, especialmente cuando están enfermas, y más aún si están así, transversal: el alma de toda iniciativa, la fuerza espiritual que lo mueve y orienta, todo según
gravemente enfermas (cfr. Discurso, 17.11.07). Para los cristianos es la fe en Cristo la que ilumina el orden de la caridad, que, en resumidas cuentas, es Dios mismo” (Discurso, 14.10.06). Así, la
la enfermedad y la condición de la persona anciana, al igual que cualquier otro acontecimiento y caridad que es Dios mismo, se manifiesta en medio de la oración y la investigación científica,
fase de la existencia. para que el ser humano tenga vida, y esa vida sea en abundancia.
3. “La caridad como tarea de la Iglesia, sobre la que reflexioné en mi encíclica Deus
4. “Por lo demás, la estima y la confianza con respecto al personal sanitario son
caritas est, se aplica de modo particularmente significativo en la atención a los
proporcionados a la certeza de que esos defensores de la vida por profesión jamás
enfermos. Lo atestigua la historia de la Iglesia, con innumerables testimonios de
despreciarán una existencia humana, aunque sea discapacitada, e impulsarán siempre
hombres y mujeres que, tanto de forma individual como en asociaciones, han actuado
intentos de curación. Por consiguiente, el esfuerzo por curar se ha de extender a todo ser
en este campo. Por eso, entre los santos que han practicado de forma ejemplar la
humano, con el fin de abarcar toda su existencia. En efecto, el concepto moderno de
caridad, mencioné en la encíclica a figuras emblemáticas como san Juan de Dios, san
atención sanitaria es la promoción humana: va desde el cuidado del enfermo hasta los
Camilo de Lelis y san José Benito Cottolengo, que sirvieron a Cristo pobre y doliente en
tratamientos preventivos, buscando el mayor desarrollo humano y favoreciendo un
las personas de los enfermos.
ambiente familiar y social adecuado”.
Por consiguiente, queridos hermanos y hermanas, permitidme que os entregue de
Esta perspectiva ética, basada en la dignidad de la persona humana y en los derechos y
nuevo hoy, idealmente, las reflexiones que propuse en la encíclica, con las relativas
deberes fundamentales vinculados a ella, se confirma y se potencia con el mandamiento
orientaciones pastorales sobre el servicio caritativo de la Iglesia como "comunidad de
del amor, centro del mensaje cristiano. Por tanto, los agentes sanitarios cristianos saben
amor". Y a la encíclica puedo añadir ahora también la exhortación apostólica
bien que existe un vínculo muy estrecho e indisoluble entre la calidad de su servicio
postsinodal recién publicada, que trata de modo amplio y articulado sobre la Eucaristía
profesional y la virtud de la caridad a la que Cristo los llama: precisamente realizando bien
como "Sacramento de la caridad".
11 su trabajo llevan a las personas el testimonio del amor de Dios. 8
10. 4.1 Personal sanitario
La vida humana es bella y debe vivirse en plenitud, también cuando es débil y está envuelta en
el misterio del sufrimiento y del dolor. Por lo que, es necesario rodear de cuidados y de
A todos los médicos, los enfermeros(as) y demás agentes sanitarios, a todos los voluntarios
respeto a quienes están enfermos y sufren y es en la "escuela" de Cristo Eucaristía donde
que viven comprometidos en este campo de la salud, quisiera entregarles la encíclica “Deus
podemos aprender a amar siempre la vida y a aceptar nuestra aparente impotencia ante la
caritas est”, con el deseo de que el amor de Dios esté siempre vivo en el corazón de cada uno enfermedad y la muerte (cfr. Encuentro, 11.02.09). Llegando a descubrir que lo que cura no es
de ustedes, para que anime su trabajo de cada día, sus proyectos, sus iniciativas y sobre todo
esquivar el sufrimiento y huir del dolor, sino la capacidad de aceptar esta realidad de
sus relaciones con las personas enfermas. De tal manera que, al actuar en nombre de la
tribulación, madurar en ella y encontrar desde ella un sentido de vida en la unión a Cristo (cfr.
caridad y al estilo de la caridad, también contribuyan eficazmente a la evangelización, porque
Spe Salvi n. 37), que sufrió con un amor que es infinito para dar vida y vida en todos los
el anuncio del Evangelio necesita signos coherentes que lo confirmen (cfr. Discurso, 11.02.06). sentidos y en todas sus etapas.
Por tanto, son dignos de elogio los que, con paciencia y amor ponen su servicio, su
4.4 En todas las etapas de la vida
competencia profesional y su calor humano. Pienso en todos los hombres y mujeres que en
este campo de la salud, sin escatimar esfuerzos, atienden a los que sufren, como el buen
Niños
samaritano, independientemente de su condición social, del color de su piel o de su religión,
pendientes sólo de lo que necesitan. Siendo ahí en el rostro de cada ser humano, sobre todo
Los niños enfermos, que son las criaturas más débiles e indefensas. Si ya quedamos sin
en el que está probado y desfigurado por la enfermedad, donde han descubierto que brilla el
palabras ante un adulto que sufre, ¿qué decir cuando la enfermedad afecta a un niño
rostro de Cristo, el cual dijo: "Cuanto hiciste a uno de estos hermanos míos más pequeños, a
inocente? ¿Cómo percibir también en situaciones tan difíciles el amor misericordioso de Dios,
mí me lo hiciste" (Mt 25, 40). (Cfr. Discurso, 11.02.07). Con profesionalismo y con humanidad
que nunca abandona a sus hijos en la prueba? (cfr. Encuentro, 11.02.09). En este contexto, el
han descubierto la identidad moral que Cristo estableció con los enfermos y con los que
cuidado del niño enfermo representa un asunto que no puede menos de suscitar el atento
sufren una relación profunda y defendiendo su vida desde la concepción hasta la muerte
interés de cuantos se dedican a la pastoral de la salud.
natural.
Debemos recordar que toda intervención médica debe buscar siempre el verdadero bien del
4.2 La vida
niño, considerado en su dignidad de sujeto humano con plenos derechos. Además, es
necesario cuidarlo siempre con amor, para ayudarle a afrontar el sufrimiento y la enfermedad,
La vida es un cofre valioso que es preciso custodiar y cuidar con el mayor esmero ya que el niño enfermo le es fácil comprender sobre todo el lenguaje de la ternura y del amor,
posible, desde su inicio hasta su final natural; La vida es un misterio que exige por parte expresado a través de un servicio solícito, paciente y generoso, animado en los creyentes por
de todos y de cada uno responsabilidad, amor, paciencia y caridad (cfr. Encuentro, el deseo de manifestar la misma predilección que Jesús sentía por los niños. Por eso, ¡con
11.02.09). Por lo que la vida del ser humano no es un bien del que se pueda disponer al cuánto amor hay que acoger incluso a un niño aún no nacido y ya afectado por patologías
antojo o de manera arbitraria y subjetiva. médicas! Jesús en el evangelio (cfr. Mc 10, 14), nos muestra cuál debe ser la actitud de
El respeto de la vida es un derecho y, al mismo tiempo, un deber, porque cada vida es respeto y acogida con la que hay que tratar a todo niño, especialmente cuando es débil y tiene
un don de Dios (cfr. Discurso, 19.03.09). Es necesario afirmar con vigor la absoluta y dificultades, cuando sufre y está indefenso (cfr. Discurso, 15.11.08). Así el agente y profesional
suprema dignidad de toda vida humana, independientemente de la etapa de vida, de sus de la salud debe procurar de cuidados llenos de amor y ternura a los niños, a ejemplo de
circunstancias y características. Jesús.
4.3 Los sufrimientos son parte de la vida del ser humano Jóvenes
El sufrimiento forma parte del misterio mismo de la persona humana. "Se deriva, por A todos los jóvenes, enfermos y sanos, les hago la invitación a crear puentes de amor y de
una parte, de nuestra finitud y, por otra, de la gran cantidad de culpas acumuladas a lo
solidaridad, para que nadie se sienta solo, sino cerca de Dios y parte de la gran familia de sus
largo de la historia, y que crece de modo incesante también en el presente". Y añadí:
"Ciertamente, conviene hacer todo lo posible para disminuir el sufrimiento (...), pero hijos (cfr. Audiencia, 15.11.06). A menudo la pasión y la cruz de Jesús dan miedo, porque
extirparlo del mundo por completo no está en nuestras manos, simplemente porque (...) parecen ser la negación de la vida, pero en realidad, es lo contrario. La cruz es el «sí» de Dios
ninguno de nosotros es capaz de eliminar el poder del mal (...), fuente continua de al hombre, la expresión más alta y más intensa de su amor y la fuente de la que brota la vida
sufrimiento" (Spe Salvi n. 36). eterna.
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