La Tierra tiene una forma elíptica, ensanchada en el Ecuador y achatada en los polos. Aunque antiguamente se creía que era plana, los primeros filósofos griegos sostuvieron que tenía forma de disco, y Eratóstenes de Cirene fue el primero en afirmar que era esférica. La forma esférica de la Tierra tiene consecuencias como que su superficie no tiene fronteras, los cuerpos tienen el mismo peso en cualquier lugar, y solo una mitad está iluminada mientras la otra está en tinieblas.