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Dedicado a mi esposa, Carmen, porque a su sacrificio y entrega debo el
tiempo que he podido emplear en este humilde estudio.
También al Prof. D. Antonio Díaz, por su generosidad y pasión por el
saber, quien ha honrado con su atención y su ayuda a este trabajo.
Y, finalmente, a la Institución Teresiana, al Colegio Bética-Mudarra de
Córdoba y su directora, Amparo Velasco, pues nada hubiese sido posible
sin el humanismo integral inspirado por S. Pedro Poveda.
Gracias de todo corazón.
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1. INTRODUCCIÓN:
Recuerdo que en vísperas de la celebración del V Centerario de la
llegada de Colón a América se discutía si aquella efemérides fue un
descubrimiento o un encuentro entre culturas. En nuestro país se
acrecentaba a pasos agigantados el interés por la multiculturalidad y de
ello eran un reflejo los cursos organizados por algunas universidades y
dirigidos tanto a profesores como a jóvenes recién titulados que se
planteaban dedicarse a la docencia.
Visto desde la perspectiva que me permite el paso inexorable de los
años, me siento inclinado a hacer una lectura en clave un tanto
filosófica de aquél acontecimiento con el que se inauguraban los
tiempos modernos para los europeos. Tengo que reconocer que debo
algo de inspiración al filósofo argentino Feinmann, pero mis reflexiones
me conducen por otros caminos distintos, como espero poder compartir
con el lector.
Como digo, me resultó sugerente la asociación entre la gesta colombina
y el atrevimiento de la duda metódica cartesiana que condujo a las
filosofías del sujeto pensante. Por una razón: porque, en cierta manera,
podríamos decir que ambos personajes, Colón y Descartes, fueron los
primeros hombres modernos ya que sus dudas abrieron nuevos
caminos de exploración para la Europa de su tiempo. En efecto, Colón
dudó de los cálculos de los geógrafos helenistas y medievales;
Descartes dudó del pensamiento escolástico-aristotélico a partir de las
nuevas ideas de lo que hoy llamamos "la revolución copernicana" o "la
(primera) revolución científica". ¿ Cómo hubiesen sido posibles la
aventura, los grandes viajes de exploración, salir en busca de lo incierto
y desconocido, sin haber roto por medio de la duda los límites de
certidumbres en los que se hallaba instalada la vida de los hombres
durante la Edad Media?. Sólo removiendo con la duda esos límites fue
posible aventurarse en la búsqueda de nuevas certezas.
La duda, como posición intelectual ante una tradición instituida, será la
precursora de todos los cambios modernos, hasta tal punto que me
atrevo a decir que es la manifiesta consecuencia de, al menos, dos
grandes fenómenos históricos:
En primer lugar, un nuevo modelo de liderazgo político internacional,
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por el que las grandes potencias europeas tendrán que ganarse sus
derechos y posición prosperando económicamente y ampliando sus
mercados. No puede extrañar que desde el S.XVI estas grandes
potencias se enrolen en grandes proyectos de descubrimiento,
exploración y colonización de nuestro planeta. Pero tal proyecto
histórico tuvo un precio para el conjunto de las sociedades europeas:
nuevas formas de legitimación social del poder (las racionalistas y las
económicas, por ejemplo ) tendrían que ir sustituyendo a la tradición
( moral y teológica). Ahora, bien, tal cosa iría exigiendo la puesta en
duda de la visión del mundo heredada del pasado...
En segundo lugar, un nuevo modelo epistémico que instaurará como
juez de toda certeza a la razón y, por ende, al sujeto pensante. Sólo
aquello que se ajusta al rigor, al cálculo, a la lógica deductiva y
previsora, en definitiva, a las medidas de la razón, puede admitirse
como verdadero ( teóricamente, primero, y más tarde, con la Ilustración,
prácticamente). Un nuevo tipo de racionalidad, metódica,
matematizante, científica, se irá enseñoreando culturalmente y, desde la
perspectiva universalista de su elevada atalaya, dará la medida de
cuanto merezca ser tenido en cuenta como cierto y real.
Unidas a la historia de los sistemas filosóficos van tres tipos de
experiencias que están en el origen de la filosofía misma: La filosofía
comenzó con la admiración o el asombro frente al ser, cambió su
rumbo histórico a partir de la irrupción de la duda racional como fuerza
desmitificadora de los prejuicios culturales heredados y, posteriormente,
buscó interpretar y comprender mejor el sentido de lo humano desde
enfoques diversos e, incluso, en conflicto : me parece muy acertada la
distinción que hizo P. Ricoeur entre una hermenéutica de la sospecha
( que deconstruye lo que procede del sujeto individual o colectivo, hasta
encontrar las claves del sentido en las estructuras profundas de la
cultura, la sociedad o la psique que le determinan: Nietzsche, Marx,
Freud ) y una hermenéutica de la escucha ( fenomenología,
Heidegger, Gadamer, etc.); ésta última, orientada a desvelar más
plenamente los posibles sentidos del ser que se nos revelan a través de
signos e intepretaciones múltiples y fragmentarias.
Pues, bien, con el estreno de la modernidad, la fuerza de la duda entra
en la escena histórica. A partir de Colón y Descartes ya no se podrá
seguir pensando como los griegos, pues la pasión por el saber ( filo-
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sofía) ya no será despertada por el asombro del hombre que contempla
el infinito misterio del ser, sino provocada por una actitud de duda y
sospecha ante el mundo cultural legado por la tradición; será una
pasión por cambiar el mundo, crear un nuevo orden de ideas, una
nueva visión de las cosas ajustada a un nuevo tipo de razón que
identifica el conocimiento humano con la previsión y el control de la
realidad conocida. Cambiará también por ello el concepto de la relación
de los quehaceres vitales con el mundo : en tiempos pretéritos los
hombres podían romper sus laboriosas rutinas con la vida
contemplativa, con las festividades, con las peregrinaciones o con las
reconquistas, en los tiempos modernos el hombre europeo, que ha roto
con sus dudas el cordón umbilical que le ataba a las certidumbres
heredadas, saldrá a explorar e investigar los confines del mundo con el
afán de poseer y dominar los seres ( como medios de producción e
intercambio económicos). Y con los beneficios de sus conocimientos e
invenciones se pondrán las bases para la formación de sociedades
cada vez más laboriosas, productivas y comerciantes.
En relación con la duda, tal y como aparece en la obra de Descartes,
hay una cuestión que siempre he considerado un tentador enigma:
¿ conocemos suficientemente la función epistémica que pudo
desempeñar el artificio hiperbólico del genio maligno en la tarea
reconstructiva de los saberes científicos que acometió el proyecto
filosófico cartesiano?. Honestamente, creo que hoy estamos en
condiciones de poder arrojar algo más de luz sobre la significación de
este aspecto, aun cuando no podamos resolver completamente el
enigma. A esto me dedicaré en lo que sigue.
( Para saber más:
Link a la editorial: http://www.bubok.es/libros/236392/EL-CABALLO-DE-TROYA-
DE-DESCARTES
Síntesis de una parte del contenido del libro ( blog :
http://filosofiabetica.blogspot.com.es/ )
http://filosofiabetica.blogspot.com.es/2014/10/el-origen-y-funcion-de-los-conceptos.html
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sofía) ya no será despertada por el asombro del hombre que contempla
el infinito misterio del ser, sino provocada por una actitud de duda y
sospecha ante el mundo cultural legado por la tradición; será una
pasión por cambiar el mundo, crear un nuevo orden de ideas, una
nueva visión de las cosas ajustada a un nuevo tipo de razón que
identifica el conocimiento humano con la previsión y el control de la
realidad conocida. Cambiará también por ello el concepto de la relación
de los quehaceres vitales con el mundo : en tiempos pretéritos los
hombres podían romper sus laboriosas rutinas con la vida
contemplativa, con las festividades, con las peregrinaciones o con las
reconquistas, en los tiempos modernos el hombre europeo, que ha roto
con sus dudas el cordón umbilical que le ataba a las certidumbres
heredadas, saldrá a explorar e investigar los confines del mundo con el
afán de poseer y dominar los seres ( como medios de producción e
intercambio económicos). Y con los beneficios de sus conocimientos e
invenciones se pondrán las bases para la formación de sociedades
cada vez más laboriosas, productivas y comerciantes.
En relación con la duda, tal y como aparece en la obra de Descartes,
hay una cuestión que siempre he considerado un tentador enigma:
¿ conocemos suficientemente la función epistémica que pudo
desempeñar el artificio hiperbólico del genio maligno en la tarea
reconstructiva de los saberes científicos que acometió el proyecto
filosófico cartesiano?. Honestamente, creo que hoy estamos en
condiciones de poder arrojar algo más de luz sobre la significación de
este aspecto, aun cuando no podamos resolver completamente el
enigma. A esto me dedicaré en lo que sigue.
( Para saber más:
Link a la editorial: http://www.bubok.es/libros/236392/EL-CABALLO-DE-TROYA-
DE-DESCARTES
Síntesis de una parte del contenido del libro ( blog :
http://filosofiabetica.blogspot.com.es/ )
http://filosofiabetica.blogspot.com.es/2014/10/el-origen-y-funcion-de-los-conceptos.html