El documento contrasta las características atribuidas tradicionalmente a la mujer con las características de una mujer ideal. Por un lado, se enumeran estereotipos negativos como débil, manipulable y sumisa. Por otro lado, se proponen cualidades positivas como valiente, independiente y con educación. El documento concluye que para respetar a la mujer es necesario eliminar los prejuicios de género y reconocer que las mujeres no están definidas solo por su sexualidad.