3. La poesía
• Término del griego
pòein (ποιέω)
significa “crear”.
• Es una de las
manifestaciones más
antiguas del ser
humano.
• Se vale de
mecanismos fónicos,
semánticos y
sintácticos.
4. Yo no quiero que a mi
niña golondrina me la
vuelvan.
5. Hablante lírico es…
• Quien se expresa en
el poema.
• Responde a la
pregunta ¿quién
habla?
• No es el poeta o
autor.
6. Si yo te odiara, mi odio te daría
en las palabras, rotundo y seguro;
¡pero te amo y mi amor no se confía
a este hablar de los hombres, tan oscuro!
7. Temple de ánimo
• Corresponde al
estado de ánimo del
hablante.
• Se ve reflejado en
ciertas palabras en el
poema, por ejemplo
las que denotan un
sentimiento: “rosa
dañada”= tristeza.
8. "Tengo hambre de ti,
de tu presencia, de tu fragancia,
de tu poder;
hambre que duele, que debilita,
que desespera, por ti”.
9. Actitud carmínica
• Se llama así por ser
la más íntima, de la
“canción”.
• Expresa los
sentimientos del
hablante.
• Se dirige en primera
persona.
• Está relacionada con
la función expresiva.
10. Cristo, hijo de mujer,
carne que aquí amamantaron,
que se acuerda de una noche,
y de un vagido, y de un llanto:
recibe a la que dio leche
cantándome con tu salmo
y llévala con las otras,
espejos que se doblaron
y cañas que se partieron
en hijos sobre los llanos
11. Actitud apostrófica
• Su discurso va
dirigido
esencialmente a otro.
• Está en 2ª persona
gramatical.
• Se dirige con fuerza,
intensidad y vigor.
• Está la función
apelativa del
lenguaje.
12. Un campesino mira hacia arriba:
Más allá de las nubes viene el granizo,
Bandolero blanco, asaltante de los huertos.
Y es la noche.
Va a penetrar al pueblo
Un jinete nocturno enmascarado
13. Actitud enunciativa
• El hablante toma un
hecho y lo exterioriza.
• Utiliza la narración.
• El hablante muestra
su interior a través de
lo descrito (paisajes,
cosas, etc.)
• Utiliza la 3ª persona.
• Está la función
referencial.
14. Reconoce en los siguientes
fragmentos las actitudes líricas
Madre, cuando sea grande
“El río Guadalquivir ¡Ay qué mozo el que
va entre naranjos y olivos. tendrás!
Los dos ríos de Granada
bajan de la nieve al trigo”. Me gustas cuando callas
porque estás como ausente
No sé lo que he soñado en la noche pasada;
triste, muy triste debió ser el sueño pues
despierto la angustia me duraba.
La tierra es dulce cual humano labio,
como era dulce cuando te tenía
15. Abeja blanca zumbas -ebria de miel-, en mi alma
y te tuerces en lentos espirales de humo.
Soy el desesperado, la palabra sin ecos,
el que lo perdió todo, y el que todo lo tuvo.
Última amarra, cruje en ti mi ansiedad última.
En mi tierra desierta eres la última rosa.
¡Ah silenciosa!
Cierta tus ojos profundos. Allí aletea la noche.
¡Ah!, desnuda tu cuerpo de estatua temerosa.
Tienes ojos profundos donde la noche aletea.
Frescos brazos de flor y regazo de rosa.
Se parecen tus senos a los caracoles blancos.
Ha venido a dormirse en tu vientre una mariposa de sombra.
¡Ah silenciosa!
He aquí la soledad de donde estás ausente.
Llueve. El viento del mar caza errantes gaviotas.
El agua anda descalza por las calles mojadas.
De aquel árbol se quejan, como enfermos., las hojas.
Abeja blanca, ausente, aún zumbas en mi alma.
Revives en el tiempo, delgada y silenciosa.
¡Ah silenciosa!
(Pablo Neruda – Poema 8)