El documento define conceptos básicos de la poesía como género lírico, tales como las actitudes líricas (carmínica, apostrófica, enunciativa), el hablante lírico y el temple de ánimo. Luego identifica estas categorías en varios fragmentos poéticos presentados como ejemplos.
4. Yo no quiero que a mi niña golondrina me la vuelvan. hablante lírico = una madre
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6. Si yo te odiara, mi odio te daría en las palabras, rotundo y seguro; ¡pero te amo y mi amor no se confía a este hablar de los hombres, tan oscuro! temple de ánimo
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8. " Tengo hambre de ti, de tu presencia, de tu fragancia, de tu poder; hambre que duele, que debilita, que desespera, por ti”. actitud carmínica
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10. Cristo, hijo de mujer, carne que aquí amamantaron, que se acuerda de una noche, y de un vagido, y de un llanto: recibe a la que dio leche cantándome con tu salmo y llévala con las otras, espejos que se doblaron y cañas que se partieron en hijos sobre los llanos actitud apostrófica
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12. Un campesino mira hacia arriba: Más allá de las nubes viene el granizo, Bandolero blanco, asaltante de los huertos. Y es la noche. Va a penetrar al pueblo Un jinete nocturno enmascarado Actitud enunciativa
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14. Reconoce en los siguientes fragmentos las actitudes líricas “ El río Guadalquivir va entre naranjos y olivos. Los dos ríos de Granada bajan de la nieve al trigo”. No sé lo que he soñado en la noche pasada; triste, muy triste debió ser el sueño pues despierto la angustia me duraba. Madre, cuando sea grande ¡Ay qué mozo el que tendrás! Me gustas cuando callas porque estás como ausente La tierra es dulce cual humano labio, como era dulce cuando te tenía
15. Abeja blanca zumbas -ebria de miel-, en mi alma y te tuerces en lentos espirales de humo. Soy el desesperado, la palabra sin ecos, el que lo perdió todo, y el que todo lo tuvo. Última amarra, cruje en ti mi ansiedad última. En mi tierra desierta eres la última rosa. ¡Ah silenciosa! Cierta tus ojos profundos. Allí aletea la noche. ¡Ah!, desnuda tu cuerpo de estatua temerosa. Tienes ojos profundos donde la noche aletea. Frescos brazos de flor y regazo de rosa. Se parecen tus senos a los caracoles blancos. Ha venido a dormirse en tu vientre una mariposa de sombra. ¡Ah silenciosa! He aquí la soledad de donde estás ausente. Llueve. El viento del mar caza errantes gaviotas. El agua anda descalza por las calles mojadas. De aquel árbol se quejan, como enfermos., las hojas. Abeja blanca, ausente, aún zumbas en mi alma. Revives en el tiempo, delgada y silenciosa. ¡Ah silenciosa! (Pablo Neruda – Poema 8)