El documento resume los primeros 10 años del Museo Guggenheim de Bilbao. En sus primeros 12 meses, atrajo a 1.3 millones de visitantes, superando las expectativas. Desde entonces, ha mantenido un promedio anual de casi 1 millón de visitantes, más del 80% procedentes de fuera del País Vasco. El museo se ha consolidado como un motor económico que ha revitalizado Bilbao y su región a través del turismo y la mejora de la imagen de la ciudad.
Una presentación sobre el sabio japonés Masanobu Fukuoka para el III Salón del Manga de Murcia, como introducción teórica a los talleres de Nendo Dango programados. A cargo de Aurelio Carrilero y Teresa Jular, miembros del Patronato de la Fundación + árboles, fue una ocasión de encuentro con un centenar de otakus interesados en la protección medioambiental. Más info: www.masarboles.org
Čo sú odborné databázy alebo externé informačné zdroje?
Aké databázy poskytuje knižnica a aké sú v nich dokumenty?
Prezentácia je súčasťou kurzu na podporu informačnej gramotnosti pre študentov Univerzity Komenského: https://informacnagramotnost.wordpress.com/
Presentación sobre usos de SER y ESTAR en presente del Modo Indicativo, diseñado para niveles básicos o iniciales (A1) según MCRE para la enseñanza y aprendizaje de lenguas extranjeras
Una presentación sobre el sabio japonés Masanobu Fukuoka para el III Salón del Manga de Murcia, como introducción teórica a los talleres de Nendo Dango programados. A cargo de Aurelio Carrilero y Teresa Jular, miembros del Patronato de la Fundación + árboles, fue una ocasión de encuentro con un centenar de otakus interesados en la protección medioambiental. Más info: www.masarboles.org
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Presentación sobre usos de SER y ESTAR en presente del Modo Indicativo, diseñado para niveles básicos o iniciales (A1) según MCRE para la enseñanza y aprendizaje de lenguas extranjeras
Ponencia en I SEMINARIO SOBRE LA APLICABILIDAD DE LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL EN LA EDUCACIÓN SUPERIOR UNIVERSITARIA. 3 de junio de 2024. Facultad de Estudios Sociales y Trabajo, Universidad de Málaga.
LA PEDAGOGIA AUTOGESTONARIA EN EL PROCESO DE ENSEÑANZA APRENDIZAJEjecgjv
La Pedagogía Autogestionaria es un enfoque educativo que busca transformar la educación mediante la participación directa de estudiantes, profesores y padres en la gestión de todas las esferas de la vida escolar.
LA PEDAGOGIA AUTOGESTONARIA EN EL PROCESO DE ENSEÑANZA APRENDIZAJE
Guggenheim Extra El Pais Nov07
1. EXTRA
EL PAIS
VIERNES 19 DE OCTUBRE DE 2007
DIEZ AÑOS DEL MUSEO GUGGENHEIM
Vista del Museo Guggenheim al atardecer desde el puente de La Salve, donde el artista Daniel Buren ha preparado una intervención artística para el décimo aniversario. SANTOS CIRILO
Hoy hace una década el Museo Guggenheim Bilbao abrió sus puertas al público. Diez
millones de personas lo han visitado ya. Lo que nació como una apuesta cultural se
ha consagrado como motor indiscutible de la revitalización económica de su entorno
La atracción del titanio
La colección De las vanguardias a las manifestaciones más recientes
Los hitos Una mirada a cinco exposiciones para recordar
La ciudad El ‘efecto‘ que sentó precedentes
Los retos La incesante búsqueda de una personalidad propia
2. 2 / EXTRA EL PAÍS, VIERNES 19 DE OCTUBRE DE 2007
DIEZ AÑOS DEL GUGGENHEIM BILBAO DIE
La luz del amanecer se refleja en las planchas de titanio de la fachada que da a la Ría y en el bronce de la escultura Maman (1999), de Louise Bourgeois.
El continente que sí tenía contenido
mand
to de
senta
que la
La
maro
indife
heim
cias,
yoría
El Museo Guggenheim ha hecho del cambio constante su seña de identidad, con una receta que combina las quier
exposiciones temporales y los fondos propios. De Armani a Rothko, en la bella carcasa de Gehry ha habido la opo
alla d
espacio para mucho más que arte. Además, la colección propia cuenta ya con cerca de un centenar de piezas ra aca
comp
chasen otra vez los mensajes de atrajo a 1.300.000 visitantes, ca- del siglo XX que formaron la ex- ron de la ortodoxia. El Guggen- nente
EVA LARRAURI
esperanza y revitalización econó- si el triple de las previsiones, y posición inaugural volvieron a heim consideró a la moda o las 2006
E
ntre la colocación de la pri- mica. El arte tenía que cumplir desde entonces se ha consolida- los almacenes para dejar espacio motocicletas dignas de entrar en
mera piedra y la inaugura- otra función. En el sombrío pa- do en una media anual cercana a las piezas que mostraban un re- las salas de un centro de arte con-
ción del Museo Guggen- norama dejado por el descalabro al millón de personas, de las que corrido por 5.000 años de cultu- temporáneo y el público respon-
heim Bilbao tan sólo pasaron de la industria tradicional, las más del 80% procede de fuera ra china. Empezó a demostrar dió: más de 870.000 personas vi-
cuatro años, tiempo suficiente instituciones vascas dedicaron a de Euskadi. Según sus cálculos, así que su modelo era diferente sitaron El arte de la motocicleta
U
para alentar muchas expectati- la puesta en marcha del Guggen- los ingresos por impuestos sobre al de los museos tradicionales. y cerca de 530.000 la exposición
vas, pero no para disipar las du- heim unos 160 millones de euros la actividad económica generada Su identidad no iba a proceder de las creaciones de Giorgio Ar-
d
das que levantaba el proyecto. y convirtieron al museo en la lo- por el Guggenheim permitieron de la exhibición de obras maes- mani.
Cuando empezaron las obras en comotora capaz de sacar del agu- recuperar en poco más de tres tras de su colección, sino de su El Guggenheim inició la com-
El
la vieja Campa de los Ingleses, jero a Bilbao y su comarca, don- años la inversión realizada. carácter rotatorio, de su cambio pra de su colección antes de
ño
un solar abandonado por la in- de reside la mitad de la pobla- El espectacular edificio de total cada pocos meses y de la su- abrir sus puertas con el objetivo
de
dustria y rodeado por el depósi- ción del País Vasco. Frank O. Gehry fue el principal peración de los límites del arte de complementar los fondos de
ha
to portuario de contenedores a Manuel Vázquez Montalbán reclamo del recién nacido cen- contemporáneo. la Fundación Guggenhiem de
15
orillas de la Ría, el entonces le- pronosticó en 1997 que en la me- tro. Medios de comunicación de Desde entonces, la programa- Nueva York. Ha contado para
ye
hendakari, José Antonio Ardan- dida que se utilizara “el iceberg todo el mundo se hicieron eco de ción ha ofrecido 45 exposiciones ello con un generoso presupues-
co
za, hablaba de “una inversión de de titanio” se descubrirían sus ri- su singular belleza y originali- temporales, desde las dedicadas to aportado a partes iguales por
18
futuro”, pero en el ambiente flo- quezas y “peregrinos de todo el dad arquitectónica, y se acuñó a los grandes nombres del arte el Gobierno vasco y la Diputa-
taban las críticas de quienes pen- mundo” acudirían a ver el prodi- con fortuna el término efecto Gu- estadounidense de la segunda ción de Vizcaya, que ya suma cer-
seo
saban que se trataba de una colo- gio. Acertó de pleno. En su pri- ggenheim para explicar cómo un mitad del siglo XX (Andy War- ca de 80 millones de euros y ha
ina
nización cultural, un gasto faraó- mer año de funcionamiento, centro cultural puede impulsar hol, Alexander Calder, Mark permitido adquirir cerca de un
ció
nico y un continente vistoso pa- cambios económicos a su alrede- Rothko, Robert Rauschenberg o centenar de piezas. Hasta la lle-
M
ra contener no se sabía muy bien dor. Ha mantenido el tirón y ava- Richard Serra) a las de los escul- gada en 2005 del grupo de escul-
las
La dirección avala
qué. la su éxito para captar recursos tores vascos Eduardo Chillida y turas de Richard Serra La mate-
mo
El museo abrió sus puertas al con una autofinanciación supe- Jorge Oteiza, las exhaustivas re- ria del tiempo, instaladas de for-
na
su éxito con un índice
público el 19 de octubre de 1997, rior al 75%. visiones de carácter histórico o ma permanente en la sala más
gr
un día después de que en la inau- En su interior, el Guggen- las dedicadas al arte azteca o a grande del museo, de 3.000 me-
de
de autofinanciación
guración oficial los Reyes y 800 hiem ha tenido muchas caras. Rusia. Pero a la cabeza del éxito tros cuadrados, la presencia de
dis
invitados del mundo de la cultu- Nueve meses después de su inau- en la atracción de visitantes es- piezas de los fondos propios ha
superior al 75%
ra y el arte internacional escu- guración, las 250 obras de arte tán las exposiciones que se salie- ocupado un segundo plano, for-
3. EL PAÍS, VIERNES 19 DE OCTUBRE DE 2007 EXTRA / 3
DIEZ AÑOS DEL GUGGENHEIM BILBAO
Tras los primeros e indiscutibles logros, el viaje no ha hecho
sino comenzar. Lo que ocurra a partir de ahora determinará si
la apuesta era sólida o sólo un deslumbrante artificio
Grandes esperanzas
De todas formas, ¿cómo va- tras temporales era buena, le
FRANCISCO CALVO SERRALLER
lorar lo que ha significado el convendría denominarse kuns-
A
l margen de lo que nadie Guggenheim de Bilbao desde thalle o centro de arte. Aun-
se atrevió a criticar des- el punto de vista estrictamente que una colección permanente
de el principio, la origi- artístico? La gran prevención de cierta solidez no se puede
nal belleza del edificio de existente al principio, cuando formar precipitadamente a
Frank Gehry, los 10 años de el museo se inauguró contan- “golpe de talonario”, ha habi-
funcionamiento del Museo Gu- do sólo con los préstamos de la do, durante estos años, signos
ggenheim de Bilbao han despe- sede de Nueva York, era preci- esperanzadores, no sólo o no
jado muchas incógnitas. Entre samente si tenía sentido que la tanto por las compras realiza-
ellas, en primer término, la das en sí, sino, sobre todo,
bastante determinante de cuando éstas han supuesto
su rentabilidad económica singularizar su personali-
y mediática, que ha aporta- dad a escala internacional,
do beneficios que en absolu- como ha ocurrido con el
to se pueden circunscribir monumental conjunto de
a la propia institución, por- esculturas adquiridas a Ri-
que han contribuido a enri- chard Serra.
quecer material y publicita- En cuanto a la política
riamente a Bilbao, al País de exposiciones tempora-
Vasco y al Estado español, les, no se puede negar que
no sólo aportando un incre- ha sido, cuanto menos,
mento sustancial de turis- contundente, si bien, en
mo de alta calidad, sino ese terreno, dependiente
también mejorando muy como está Bilbao de la di-
notablemente la imagen de rección de su “casa ma-
la propia ciudad vasca, de dre”, dista mucho de haber
Euskadi y de todo el Cantá- alcanzado un sello propio.
brico español, poco y mal No es fácil emanciparse en
conocido de puertas para este asunto, pero, de algu-
afuera. Pero detrás de este na manera, es una de las ta-
éxito inicial estaba asimis- reas pendientes de Bilbao,
mo la curiosidad por com- que no debe resignarse al
probar el nuevo modelo de mero seguidismo literal.
un museo generado a par- Por último, está la cues-
tir de una franquicia, que, tión de si un museo debe
al ser estadounidense, supo- ser un espectacular “par-
nía imponerse también en que temático” de o a costa
este campo a Europa. del arte, cuestión esta idea-
Frank O. Gerhy, ante su obra. S. C.
A estas alturas, estas ex- da con razón por parte de
SANTOS CIRILO
pectativas no se han visto los críticos más acérrimos
defraudadas, porque el mo- del Guggenheim vasco y
delo de extender la sede origi- flamante sucursal bilbaína no que, en realidad, afecta actual-
mando junto a las obras del res- al Departamento de Cultura a in- nal de un gran museo por todo tuviera colección propia o có- mente a casi todos los grandes
to de museos Guggenheim pre- fomar de los precios pagados el planeta, mediante diversas mo y cuándo ésta habría de museos. En cualquier caso, pa-
sentaciones de menor tamaño por cada obra. Sólo los informes fórmulas, está siendo imitada producirse. Porque si Bilbao ra quienes en su momento aco-
que las exposiciones temporales. del Tribunal Vasco de Cuentas por muchos, y la gestión em- no formaba colección o era de- gimos con más escepticismo el
Las críticas iniciales se esfu- Públicas han ensombrecido la presarial y administrativa del ficiente, no dejaría de ser una arranque del Guggenheim de
maron pronto. Habrá en Bilbao gestión y éxitos del Guggen- Guggenheim de Bilbao ha fun- impresionante carcasa indig- Bilbao, hay que reconocer que
indiferentes ante el Guggen- heim. En 2001, el tribunal dio cionado hasta ahora de mane- na de llamarse museo o, todo esta primera década ha dado
heim y quienes muestren reticen- un varapalo al apreciar un des- ra ejemplar. Por otra parte, lo más, si su política de mues- bastante más de sí de lo que en-
cias, pero una abrumadora ma- vío presupuestario de más del tampoco se puede obviar lo tonces imaginábamos. Ahora
yoría se halla encantada. Ni si- 20% en el proceso de puesta en que ha significado el Guggen- bien, si hasta el momento el
heim para convertir a Bilbao “La política de expo-
quiera los partidos han ejercido marcha y falta de trasparencia saldo ha sido francamente po-
la oposición en este campo, más en la contratación del personal. en la capital artística de un ex- sitivo, no hay que olvidar que
tensísimo frente geográfico siciones no debe re-
alla de la pelea parlamentaria pa- El último informe desveló pérdi- lo decisivo comienza a partir
ra acabar con la opacidad de las das de seis millones de euros en que une Burdeos con A Coru- de ahora, porque determinará
ña, a través de un corredor que signarse al mero se-
compras de la colección perma- la operación de compra de dóla- si todo lo acaecido era una sóli-
nente, que terminó a finales de res para adquirir las esculturas atraviesa longitudinalmente da base o sólo un deslumbran-
muchas ciudades importantes. guidismo literal”
2006 con un acuerdo que obliga de Serra. te y circunstancial artificio.
Un colectivo de más Interpretación del arte
de 15.000 ‘amigos’ para todos los públicos
El Guggenheim Bilbao es el museo espa- Uno de cada tres visitantes del Museo
ñol con el colectivo de amigos más gran- Guggenheim Bilbao toma parte en algu-
de. En sus 10 años de funcionamiento, na de las actividades de educación e in-
ha conseguido la adhesión de cerca de terpretación, que abarcan desde visitas
15.800 personas que también contribu- para escolares a la formación de profeso-
yen a la financiación del centro artístico res y de los ciclos de cine a conferencias.
con cuotas anuales que oscilan entre los La exposición Aprendiendo a través del
18 y los 610 euros. arte es su cara más vistosa. Cada mes de
Los amigos permanecen fieles al mu- junio se exponen en una sala del recinto
seo. Su número se ha triplicado desde su las obras realizadas a lo largo del curso
inauguración, con un indice de renova- por los alumnos de colegios públicos, de
ción cercano al 90%, y ya dobla al del nueve a 12 años.
Museo del Prado, pero aún muy lejos de Trabajan bajo la supervision de artis-
las cifras de otras entidades europeas co- tas, que emplean las artes plásticas co-
mo el Museo del Louvre (80.000 perso- mo instrumento de aprendizaje de cual-
nas) o la Tate Gallery (76.000). El pro- quier materia del currículo escolar. La
grama de amigos también es el origen idea surgió en 1970 en Nueva York para
de los 50 voluntarios que colaboran con compensar la eliminación de la enseñan-
distintas actividades de la pinacoteca. za de las artes en las escuelas públicas.
Una visita de amigos del museo. Actividades didácticas en el centro.
L. A. GARCÍA F. D-A.
4. 4 / EXTRA EL PAÍS, VIERNES 19 DE OCTUBRE DE 2007
DIE
DIEZ AÑOS DEL GUGGENHEIM BILBAO
Una de las obras de Oteiza de la muestra. SANTOS CIRILO
Oteiza: geometría y enigma
“Después de visitar la re- ilusión de la luz, el que ve en
trospectiva que le dedica el la ecuación de Einstein la
Museo Guggenheim Bil- forma más bella, el que jue-
bao, resulta difícil no pen- ga con el ojo fijo y el espacio
sar que, si bien Oteiza no es en movimiento, el matemá-
un hombre apartado de la tico y el religioso —no
escultura, sin duda es un devoto—, el artista que fue
gran incomprendido. De capaz de descubrir en la geo-
ahí el mérito de Txomin Ba- metría el enigma, al conse-
diola —profundo conoce- guir encantar y sobredimen-
dor de su obra, amigo y sionar nuestro sentido del
ayudante— y Margit Ro- espacio, como en un escena-
well a la hora de trazar con rio metafísico. El Oteiza que
habilidad un recorrido por no nos trae —ni atrae— es
140 esculturas, 43 dibujos el que se deja dominar por
y collages donde el visitante el espacio, a base de agran-
podrá encontrar condensa- dar sus esculturas, de con-
da toda la imaginación mo- vertir en estatuaria morteci-
derna que, hasta el final, no na sus sutiles cajas poliédri- Dos de las grandes piezas que componen la obra La materia del tiempo, de Richard Serra.
deja de volver su mirada a cas (...)”. — ÁNGELA MO-
la espiritualidad y energías LINA (Babelia, 16-10-04).
primarias de los movimien-
tos de vanguardia.
La conciencia de ‘Puppy’
Jorge Oteiza: mito y moder-
El Oteiza que nos trae es-
nidad. Del 8 de octubre de
U
ta retrospectiva es el artífice
2004 al 23 de enero de 2005.
del perfecto sentido de la
210.015 espectadores.
forma vacía, el que evoca la “E
ca
du
cle
bié
fac
co
Un ‘terrier’ de doce metros de altura, una araña de aspecto ca
temible y las gigantescas planchas de Richard Serra. Tres hitos de má
do
una de las pinacotecas mejor dotadas del mundo pe
su
ses, los tonos verdosos de su piel, tiempo, que el visitante puede ver vés
ÁNGELA MOLINA
podría ser de cualquier parte. Pe- instaladas de forma permanente ma
D
esde que en 1997 un ca- ro ahí está justamente el quid, no en la “Sala del pez”. Los espectacu- tal
chorro terrier de 12 me- puede pertenecer a cualquier lu- lares “receptáculos” (como los de- rie
tros de altura, armado en gar. La conciencia de Puppy de lo nomina el escultor norteamerica- tru
acero inoxidable y revestido de regional está claramente registra- no), la Serpiente, todas realizadas co
flores, vigiló la explanada que da da en una sociedad concreta y, en acero, y las planchas de plomo, clo
entrada al Museo Guggenheim desde luego, encontrará reconoci- asumen su cualidad de “bastido- mu
de Bilbao creando la leyenda de miento allí donde se encuentre, res del tiempo”, detrás de los cua- tor
Un visitante, ante uno de los móviles de Calder. S. C.
que un ladrido es la mejor lengua como bibelot sobre una mesa ca- les se esconden las capas todavía
vernácula, nuestro sentido del ar- milla, un imán de nevera o una más profundas de lo antiguo. Son
te como algo universal, misterio- goma de borrar. visiones de un jardín zen donde
La riqueza visionaria de Calder so y extraño se ha transformado Desde su creación, hace diez no existe una perspectiva fija.
en algo hogareño, domesticado, años, el Museo Guggenheim de La colección específica del Gu-
“Partiendo así de las tenta- Una revelación, en todo estandarizado. Sin embargo, Pu- Bilbao forma parte de la fascina- ggenheim-Bilbao comienza en
tivas germinales asociadas caso, que alcanza plena elo- ppy, como se conoce a la masco- ción por la cultura de masas y pro- 1952: el lienzo de Rothko, Sin tí-
a la etapa de Abstraction- cuencia con el deslumbran- ta, también es capaz de proyectar yecta valores e ideas mucho más tulo, es un buen ejemplo para per-
Création en el inicio de los te diseño de montaje ideado el espejismo del cambio, con sus elaborados que los meramente ar- suadirnos de la calidad de los tra-
treinta, el itinerario de la por Juan Ariño y que reser- espectaculares y costosas mudas quitectónicos. El poco amable ca- bajos de los mejores artistas euro-
muestra recorre pormeno- va, a la par, la mayor sorpre- de piel. La misma inercia que lle- lificativo de “escultórico” ganado peos y americanos, algunos verda-
rizadamente la evolución sa al visitante de la exposi- ga a través de las multinacionales para la obra del arquitecto cana- deros faros de la segunda mitad
de las morfologías básicas ción. Me refiero, claro está, y todas las excitaciones artificia- diense motivó a la dirección del del siglo XX. Chillida, Yves Klein,
desarrolladas por el artista al fascinante diálogo que se les del consumo. Cualquier obje- centro a adoptar un programa de De Kooning, Motherwell, Raus-
en torno a las constelacio- establece entre la ensoña- ción a un arte faldero y familiar, exposiciones y selección de obras chenberg, Beuys, Rosenquist,
nes, los móviles y los stabi- ción ingrávida de la escultu- herméticamente sellado por los de la colección de lo más espec- Clyfford Still, Sol LeWitt y War-
les. Y el ordenamiento di- ra de Calder y la arquitectu- grandes emporios museísticos, tacular, presentada siempre co- hol conviven con autores más re-
bujado por ese mapa del ra de Frank Gehry, una com- palidece ante la legión de intelec- mo un nuevo acontecimiento. El cientes: Jenny Holzer, Francesco
Calder esencial nos permi- plicidad sin duda presumi- tuales, coleccionistas y mecenas epítome de esa voluntad de poder Clemente, Anselm Kiefer, Chris-
te descubrir —a través de ble a priori, pero que difícil- de la moda que tratan insistente- de la ideología estética es el con- tian Boltanski, Gilbert & George, Un
los múltiples mestizajes mente dejaba sospechar mente de persuadirnos de que és- junto de ocho esculturas firma- Louise Bourgeois, Txomin Badio-
propiciados a partir de la que alcanzara a la postre tan ta es, desde luego, la cultura más das por Richard Serra bajo el vi- la, Cristina Iglesias, Susana Sola-
tríada elemental, en la de- inusitada y fecunda intensi- democrática y plural, la más “al- sionario título La materia del no, Francesc Torres o Juan Mu-
cantación de las modula- dad (...)”. — FERNANDO ta” posible. ñoz.
ciones asociadas a la prima- HUICI (Babelia, 15-3-03). El gigantesco adorno ideado A lo largo de diez años, el Gug- heim
La colección específi-
cía de lo curvo o lo poligo- por Jeff Koons da la espalda al genheim-Bilbao ha mantenido Gugg
nal, en el registro sonoro in- triunfal edificio de Frank O. Ge- una línea firme del límite, un pun- su nú
Calder. La gravedad y la
ca comienza en 1952
corporado por los gongs— hry, testigo del reordenamiento to de flotación que lo ha converti- con o
gracia. Del 18 de marzo
la espectacular e insonda- del escenario y decorados de una do en una de las pinacotecas me- Mond
al 7 de octubre de 2003. con el lienzo de Ro-
ble riqueza visionaria que ciudad que revive sobre las ruinas jor dotadas del mundo, gracias a Chag
582.799 visitantes.
bulle en su escultura. de lo viejo. El cadillo, que cambia haberse apoyado conveniente- o los e
thko ‘Sin título’
lentamente, durante nueve me- mente en los fondos del Guggen- lí, Ern
5. EL PAÍS, VIERNES 19 DE OCTUBRE DE 2007 EXTRA / 5
DIEZ AÑOS DEL GUGGENHEIM BILBAO
Visitantes ante varios guerreros de terracota de Xian. S. C.
Cinco milenios de fascinación
“Ante este formidable con- ofrece un repertorio de
junto de obras, el visitante oc- obras que merecería un am-
cidental puede adoptar dos plio comentario de cada
actitudes. Cabe admirarlas una de ellas, el conjunto en
sin más, como objetos cuyo sí tiene un valor añadido: el
exotismo nunca borra, y me- del reflejo de una civiliza-
nos empaña, su exquisita be- ción que, como tal, es la más
lleza, una belleza que ade- antigua, original y exquisita
más no nos resulta ya extra- de las creadas por el hom-
ña, porque desde el siglo bre. Sus propias huellas ma-
XVIII fueron cada vez más teriales así lo ponen de ma-
conocidos y apreciados en nifiesto. Por último, tampo-
nuestro mundo artístico, so- co hay que ignorar que mu-
bre el que ejercieron una no- chas de estas obras no se
table y benéfica influencia. han podido contemplar an-
Pero también es posible tes y presumiblemente tam-
aprovechar la ocasión para poco podrán seguir viajan-
tratar de captar algo del espí- do en el futuro”. — F. CAL-
LUIS ALBERTO GARCÍA
ritu y significación originales VO SERRALLER (El País
de estas obras, que reflejan Semanal, 5-7-98).
una historia, unas creencias,
bre papel o Richard Long abrie- un pensamiento, un gusto y
China: 5.000 años. Del 18
ron nuevos y más eficaces cami- una técnica fascinantes.
de julio hasta el 1 de no-
Un elemento definidor del siglo XX nos dentro de la museología. (...) Aunque una exposi-
viembre de 1998. 538.479
Más ambigua ha sido la exalta- ción con el temario y las ca-
visitantes.
“El arte de la motocicleta abar- dictados que representan las ción de obras e instalaciones de racterísticas enunciadas
ca no sólo todo un siglo de pro- motocicletas, la selección se ha ubicación específica. Jenny Hol-
ducción en serie de la motoci- hecho en función de un grupo zer da respuesta a la forma irregu-
cleta y su evolución, sino tam- de elementos que definen muy lar de la sala 101 con las nueve co-
bién el avance tecnológico, los bien el siglo XX: la estética, la lumnas de LEDS de dos caras cu-
factores culturales, sociológi- innovación tecnológica, la exce- yos aforismos aluden a temas uni-
cos y económicos que definen y lencia del diseño y su impacto versales como la intimidad, la
caracterizan al siglo XX. Ade- social. Todas las motos de la muerte, la pérdida. De Yves Klein
más de estos factores, el merca- muestra son el resultado de la se exhibe su pieza de fuego más
do, la comercialización y las ex- combinación de más de uno de ambiciosa, Fire Fountain
pectativas y deseos de los con- estos criterios, y algunas, como (1960-61), construida a partir de
sumidores se manifiestan a tra- la BMW R32 o la Honda Su- unos bocetos. El japonés Fujiko
vés de los componentes y la for- per Cub, una armoniosa combi- Nakaya aporta su Escultura de
ma de las motos. El número to- nación de los tres”.— Ultan niebla 08025 (F.O.G.) (1998), es-
tal de motos disponibles (de se- Guilfoyle, asesor de comisario. pecialmente encargada para el es-
rie, prototipos especiales cons- tanque posterior del edificio. Pe-
truidos en fábrica, modelos úni- ro la que probablemente sea la es-
El arte de la motocicleta.
cos de encargo, sidecars y trici- cultura pública más conocida es
Del 24 de noviembre de
clos, por citar sólo algunos) es la araña gigante Maman (1999),
1999 al 3 de septiembre de
muy grande. Para extraer el his- de Louise Bourgeois, un trabajo
2000. 870.776 visitantes.
torial de la serie de funciones y en bronce que apela al cambio de
escala como modo de desestabili- Una de las obras de Warhol presentes en su muestra. EFE
zar la idea tradicional de lo que es
una narración escultórica. Insta-
lada junto a la fachada posterior
Warhol, el arte es el consumo
del museo, pierde su carácter
asertivo a favor del espectáculo,
preparada para lo que llamamos “Warhol logró elaborar voraz profeta perezoso, Mar-
una foto oportuna. La última imágenes de éxito, cuya sus- cel Duchamp. El mérito de
aportación al entorno del Gug- tancialidad física —sexo y Warhol no es tanto lo que
genheim es la pieza metalizada muerte, la vida misma—, hizo, sino cómo lo gestionó,
en rojo fuego Cruzando, una es- pareciera el icono congela- empezando por él mismo:
cultura in situ, de Daniel Buren, do que se proyecta en una todas las imágenes que fa-
diseñada para vestir el puente de pantalla. Como los héroes bricó, en realidad, retrata-
La Salve. de esta película eran ya fu- ban la suya, la del artista
Treinta y seis años después de gaces estrellas rutilantes de que sabe no sólo que un cua-
que el Guggenheim neoyorquino un espectáculo social, fabri- dro no se debe equivocar
retirara de la VI Exposición Inter- có sus imágenes en serie co- con una imagen, sino que
nacional la escultura del artista mo fragmentos de un sue- las imágenes se agotan en sí
francés Peinture-Sculpture —un ño indescifrable, un puzzle mismas. Quizá sea, por tan-
trabajo que provocaba una con- de historias necesariamen- to, el primer deliberado po-
Una de las motos de época que se expusieron. L. A. GARCÍA
frontación entre la arquitectura te breves e inconexas. sartista de la poshistoria,
museística y la obra escultórica A partir de Warhol, el ar- ese mundo pop donde sólo
perforando manifiestamente el te no es sino lo que consu- se vive y se muere por error,
embudo en espiral del museo de men los espectadores y lo accidentalmente (...)”. —
heim de Nueva York y el Peggy daístas de Duchamp, Picabia, Frank Lloyd Wright— podemos que los consume, algo alea- F.C.S. (Babelia, 16-10-1999)
Guggenheim de Venecia. Desde Man Ray o Schwitters, éstos últi- afirmar que la crítica y oposición torio. No fue un innovador
su núcleo inicial vanguardista, mos de la colección veneciana, la a las instituciones e ideas estable- en el sentido convencional
Andy Warhol: A Factory.
con obras de Kandinsky, Klee o aureola de la colección norteame- cidas ha entrado en los intersti- del arte y la estéctica. El ar-
Del 19 de octubre de
Mondrian, hasta los Cézanne, ricana ha planeado por las sucesi- cios del museo en forma de kit- te pop tuvo sus esforzados
1999 al 16 de enero de
Chagall, Léger, Picasso, Brancusi vas presentaciones en Bilbao; al- sch, con su lenguaje de las flores. trabajadores a ambos lados
2000. 275.280 visitantes.
o los ejemplos surrealistas de Da- gunas, como Imágenes en movi- ¿Tendrá conciencia de ello ese ex- del Atlántico y, al fondo, un
lí, Ernst, Tanguy, Magritte, y da- traño perro verde?
miento, Robert Morris: obras so-
6. 6 / EXTRA EL PAÍS, VIERNES 19 DE OCTUBRE DE 2007
DIEZ AÑOS DEL GUGGENHEIM BILBAO
JUAN IGNACIO VIDARTE bao. Ayudará a estructurar el fun-
cionamiento en red, que en este
DIRECTOR DEL MUSEO momento es bilateral Bilbao-Nue-
va York, por las diferencias de ta-
maño con Venecia o Berlín. Po-
“Se ha frivolizado el drán itinerar las exposiciones y
contar con la colección específica,
a la que se destinará una conside-
rable cantidad de dinero. En la ex-
‘efecto Guggenheim” pansión del Guggenheim, Bil-
bao es la referencia.
P. ¿La relación bilateral se da
en términos de igualdad?
R. Es bastante equitativa. Bil-
bao decide los presupuestos, la
programación, los grandes aspec-
tos. En otras decisiones pesa
más la voz de Nueva York, pero
“El cliché deque unarquitectode renombre es un equilibrio conseguido, aun-
puede resolver con un edificio singular los que no siempre fácil. No ha habi-
do crisis importantes. En origen,
problemas de una ciudad es equivocado” es una relación entre partes tan
distintas que se llega a un enten-
pa, que le permiten afrontar el fu- dimiento.
EVA LARRAURI
turo con sostenibilidad. Y ha servi- P. ¿Por qué no ha fructificado
E
l director del Museo Gug- do como catalizador del proceso un Guggenheim en otras ciuda-
genheim Bilbao, Juan Igna- de transformación urbanistica , des que se han interesado?
cio Vidarte (Bilbao, 1956), económica e incluso social de la R. En la mayoría de los casos,
economista, defiende que des- ciudad, que era otro de los objeti- por el desinterés de la Fundación
pués de 10 años de vida sus señas vos. Guggenheim. En un segundo pa-
de identidad son la programación P. ¿Todo ello no le ha restado so porque había un concepto equi-
de exposiciones y su colección de protagonismo al arte? vocado sobre lo que era el efecto
obras de arte, cercana ya al cente- R. No son incompatibles. Si en Guggenheim, ese cliché de que
nar. 10 años el museo no se hubiera una ciudad con problemas tiene
Pregunta. ¿Qué nivel de satis- constituido como una institución que buscar un arquitecto de re-
facción ha alcanzado el museo? cultural de referencia, no hablaría- nombre y hacer un edificio singu-
Respuesta. Alto. En general, mos de otros efectos. Ha funciona- lar para resolverlos. El Guggen-
hemos cumplido bastante bien do como museo y es lo principal, heim Bilbao ha tenido un efecto
los objetivos. El museo nació co- la base de lo demás. transformador porque ha sido el
mo un proyecto multiobjetivo, P. ¿Cuáles son ahora sus princi- catalizador de un proceso más am-
que pretendia hacer muchas co- pales objetivos? plio y coherente con él. Además,
sas, complementarias, pero muy R. El reto fundamental es anti- son proyectos que requieren un
diversas. El museo ha aportado cipar qué queremos que sea el mu- acuerdo y la capacidad de soste-
una institución cultural que es seo dentro de 10 años. Muchas de nerlo hasta sus últimas consecuen-
una referencia internacional y es- las claves por las que apostaba el cias durante bastantes años.
tá desarrollando un modelo de museo, como la importancia cre- P. ¿Qué piensa cuando sigue
gestión diferencial que ha conse- ciente de la cultura, no sólo por su oyendo hablar del efecto Guggen-
guido unas cotas de autofinancia- valor intrínseco, sino también co- heim?
Juan Ignacio Vidarte, junto a la fachada del museo. SANTOS CIRILO
ción del 75%, inusuales en Euro- mo elemento aglutinador, de dis- R. Satisfacción y, a veces, preo
cusión, como actividad económi- cupación. Se ha frivolizado el tér-
ca y de diferenciación, han sido mino efecto Guggenheim. No es
“Poner un museo es- así. La internacionalización de la los primeros en tener esa visión y P. ¿Qué repercusión tendrá la una fórmula mágica. Poner un
cultura suscitaba dudas y críticas, en plasmarla. La apuesta es cada expansión del Guggenheim con museo espectacular y olvidar los
pectacular y olvidar los pero vimos que el futuro venía por vez más fuerte, y para mantener el otro centro en Abu Dabhi? contenidos y el entorno no cam-
la vía de la actuación asociada con nivel tendremos que hacerlo me- R. El proyecto tiene muchas bia las cosas. El efecto Guggen-
contenidos y el entor- otros museos, funcionando en jor, mejorar nuestra eficiencia y posibilidades de desarrollarse. Si heim no ha sido una sorpresa. Se
red. Hoy hay más competencia; captar más recursos, públicos y sale, será después de ser valorado buscaba, aunque ha sido más rápi-
no no cambia nada” hay que aprovechar que fuimos privados. positivamente también por Bil- do y mayor de lo que preveíamos.
rentar modernidad con algo que
En los años en los que se aprobó el proyecto, Euskadi estaba inmersa en una crisis puede ser arte, pero que, por la in-
industrial y económica para la que no se veían soluciones, según el autor. Y es en tención de sus promotores, no pa-
sa de ser mero ornamento. La ver-
este contexto en el que se formula la idea de tratar de superarla desde la cultura dadera tentación del éxito radica-
ría en no tomar en serio estas crí-
ticas. No para asumirlas en su to-
Las tentaciones del éxito talidad, sino para plantearse algu-
nas reflexiones que abran el cami-
no hacia un futuro mejor para el
Museo Guggenheim de Bilbao,
dejando de lado el estéril debate
sobre las intenciones de quienes
tomaron la decisión.
rar en su justo significado de és- formando una colección. Un cír- mica que eleva la cultura a la con- ¿Es el Museo Guggenheim
JOSEBA ARREGI
tas es preciso recordar el contex- culo vicioso que quedó roto gra- dición de impulsor de desarrollo —y habría que añadir el Metro
to en el que fue tomada la deci- cias a que la disponibilidad de los económico. El mejor servicio que de Bilbao con su efecto
R
eferirse a las tentaciones sión, y las razones que la funda- fondos de la Fundación Guggen- se le podía prestar a la cultura. conurbanizador— el símbolo de
que suelen acompañar al mentaron. heim abrió el camino de la finan- Podrá ser discutible si el edificio la transformación mental, cultu-
éxito cuando se celebra el Euskadi contaba con el Mu- ciación, tanto para el continente de Gehry cae en la categoría de or- ral, espiritual, ideológica opera-
décimo aniversario de la inaugu- seo de Bellas Artes de Bilbao y, es- como para la colección propia. namento o si él mismo es una da en el interior del nacionalis-
ración del Museo Guggenheim pecialmente en Álava, con unas Euskadi contará en el futuro con obra de arte, hasta el punto de mo que afrontó el reto de ponerlo
de Bilbao implica que el proyecto buenas colecciones públicas de un museo de arte moderno y con- que oscurece el valor artístico de en marcha; de la transformación
lo fue. Los bilbaínos y los vascos arte del siglo XX, vasco y espa- temporáneo sostenido por una lo que en su interior se expone. de las instituciones que corrieron
lo han hecho suyo y ha entrado a ñol. Pero no disponía de ningún colección propia. Cuando se escuchan algunas críti- con el riesgo de apostar por él,
formar parte de su catálogo de ra- museo dedicado al arte moderno Es indudable que el proyecto cas en este sentido, más parece por ellos? ¿Es el signo del cambio
zones para sentirse orgullosos. y contemporáneo internacional. tuvo una racionalidad económi- que se dirigen a la intención de profundo de la sociedad vasca, es-
Es bien cierto que de nuevo se Era un vacío que necesitaba ser ca nunca ocultada por sus promo- quienes tomaron la decisión de pecialmente del elemento nacio-
alzan voces llamando la atención llenado, pero resultaba utópico: tores. Pero es preciso recordar el materializar el proyecto que a la nalista en su seno, y de una deci-
sobre el hecho de que ha sido un sin una colección, imposible con- contexto. Euskadi sufría en los realidad misma del museo, de las dida apuesta por la modernidad,
éxito meramente económico, y tar con financiación para un mu- años 80 una profunda crisis in- exposiciones que en él se han po- por la apertura al mundo contem-
no cultural, o que, en este plano, seo; sin museo, sin continente, dustrial y económica, la segunda dido ver y de la colección que se poráneo, superando fronteras
se trata del triunfo de lo orna- imposible la financiación para ir en poco tiempo. Los mecanismos va formando como propia. mentales, anclajes en el antiguo
mental sobre lo artístico y real- tradicionales de hacerle frente pa- La crítica, en el fondo, incide régimen, mentalidades tribales,
mente cultural. Desde otra pers- recían no funcionar. Es en ese pa- en que el proyecto fue la hoja de mitificaciones históricas?
Suponía elevar la
pectiva contrapuesta, también se norama de desorientación gene- parra que tapa las vergüenzas de No creo aventurado decir que
afirma que el proyecto no ha ser- ral en el que se formula la idea de un nacionalismo incapaz de asu- podía haber sido así, pero que to-
cultura a la condición
vido para desarrollar todo su po- que un proyecto específicamente mir con seriedad la cultura mo- davía, al menos, no lo es. Ese de-
tencial económico como centro cultural podía servir de motor pa- derna. Un traje de diseño para biera ser su futuro.
de impulsor del
impulsor de industrias cultura- ra la superación de una crisis in- ese aldeano que, en el fondo, no
Joseba Arregi era consejero de Cultura
les. Es bueno que se formulen es- dustrial y económica. Se trató, desea dejar de serlo. Se habría tra-
desarrollo económico del Gobierno vasco cuando se decidió
tas críticas, pero para poder valo- pues, de una racionalidad econó- tado, según esta crítica, de apa- crear el Museo Guggenheim Bilbao.
7. EL PAÍS, VIERNES 19 DE OCTUBRE DE 2007 EXTRA / 7
DIEZ AÑOS DEL GUGGENHEIM BILBAO
La revolución sentimental de una villa
Hay ciudades hoscas y otras encantadoras. Mojigatas, tiernas, aburridas y hasta políticamente correctas.
Pero todas pueden aspirar al cambio. Bilbao es un buen ejemplo. Ha sido tal la potencia con la que el
soberbio edificio de Gehry ha operado sobre la ciudad, que le ha cambiado radicalmente su alma
PEDRO UGARTE
C
ada ciudad tiene su modo
particular de respirar, de le-
vantarse por las mañanas,
de simular el antojo y la virtud de
un ser humano. Hay ciudades
hoscas y hay ciudades encantado-
ras. Hay ciudades femeninas y
otras afeminadas. Hay ciudades
varoniles y ciudades vulgarmen-
te masculinas. Hay ciudades mo-
jigatas, aburridas, tiernas o im-
pertinentes. Por haber hay hasta
ciudades políticamente correc-
tas, donde nadie dice nada que
no se deba decir.
Pero las ciudades cambian y
en su forma de cambiar difieren
de los seres humanos. La mayoría
de los cambios que experimentan
las personas los determina el
tiempo, y los cambios que fuerza
el tiempo suelen ser a peor. Por
eso, decimos que las personas
cambian cuando, muy probable-
mente, lo que queremos decir es
que envejecen. El itinerario de un
ser humano tiene una sola direc-
ción. Sus estaciones son previsi-
bles. Pero las ciudades sí pueden
cambiar para mejor. Y en el qui-
cio de un nuevo milenio pocas ciu-
dades se habrán sometido a una
transformación tan radical como
Bilbao.
Esto es cierto hasta el punto
de que el famoso efecto Guggen-
heim se despliega, en realidad,
en un abanico de efectos muy di-
versos, entre ellos el que ha lleva-
do a que la Villa experimente un
estado de eufórica embriaguez.
El que escribe nunca ha hecho
otra cosa que no sea jalear el in-
vento y destacar sus benéficos
efectos sobre la economía, la es-
tética y el alma colectiva. Pero in- Una turista ante la entrada principal del museo, que anuncia la exposición inaugurada la semana pasada para su aniversario. S. CIRILO
cluso en un proyecto tan radical-
mente exitoso como el Guggen-
heim puede apreciarse algún sen-
timiento de pérdida, alguna me- ciudades desprovistas de postal. candalosamente provinciana, lo de las sucias palomas, en la re- mos dotado de un fetiche. Gra-
lancólica carencia. Bilbao, en efecto, no tenía una esa imposible función. El turista sistencia a morir de esa prenda cias a él ya tenemos visita obliga-
Sí, cada ciudad tiene su modo postal. El campo de San Mamés, sabe que en cualquier lugar del en declive que se llama gabardi- da, marco incomparable, edificio
particular de respirar. Y Bilbao la basílica de Begoña o el Puente mundo le espera un enclave mo- na. Bilbao, por decirlo de otro emblemático, agarradero simbóli-
tenía el suyo. Si algo caracteriza- Colgante de Portugalete cum- numental de visita ineludible. Pe- modo, tenía una identidad tan só- co, icono o sonajero, con las servi-
ba a Bilbao antes del Guggen- plían, de forma muy precaria y es- ro Bilbao, desprovista de edificio lida que para garantizar su perpe- dumbres que comporta para el vi-
heim era una sentimentalidad ín- obligatorio, había logrado aquila- tuación no necesitaba ningún sitante y también para el nativo.
tima y secreta. La sentimentali- tar una sentimentalidad otoñal, aparejo monumental. Al contra- Se trata, sin duda, de un efecto
Antes, la personalidad
dad de Bilbao se desarrollaba ha- vinculada con las nubes y la llu- rio de las ciudades históricas, an- menor, una objeción localizada
cia adentro. La moldeaban sensa- via, una mitología atmosférica y cladas a su patrimonio histórico, casi al microscopio. Pero da idea
de Bilbao se había
ciones interiores. No venía condi- septentrional. El alma de Bilbao Bilbao se bastaba a sí mismo pa- de la potencia con que este sober-
cionada por las piedras que hu- se había construido al margen de ra seguir siendo Bilbao. bio edificio ha operado sobre Bil-
construido al margen
biera dejado la historia. Y esto folletos y catálogos turísticos. El El Guggenheim ha acabado bao, hasta el punto de haber cam-
era así porque Bilbao, sin Gug- alma de Bilbao se encontraba en con ese estado espiritual. Con el biado radicalmente su alma.
de folletos turísticos
genheim, era una de esas escasas el fondo de los bolsillos, en el vue- museo de arte moderno nos he- Pedro Ugarte es escritor.
Demanda de arquitectura
de tantos años sin que le dejaran hacer la nico. Ahora estas entidades se rifan a los quitectura, no sólo para el público visitan-
CÉSAR CAICOYA
arquitectura que él proyectaba, en los últi- arquitectos de cierta edad, y no importa te, sino también para grandes arquitec-
El Museo Guggenheim Bilbao ha produci- mos meses acudían a su estudio de Nueva que tengan poca obra construida, como tos, que desean —y muchos lo
do lo que se ha dado en llamar el “efecto York clientes pidiéndole algo “especial, Daniel Libeskin —que se ha visto obliga- consiguen— tener una obra propia cerca
Bilbao”. Creo que el primero en utilizar es- emblemático, icónico... como el Museo do a trasladar su estudio a Nueva York—, del Museo Guggenheim. A su vez, proyec-
ta expresión fue el brillante arquitecto Pe- Guggenheim de Bilbao”. Este cambio tan o Zaha Hadid, que en muy pocos años ha tos tan relevantes como el Metro de Nor-
ter Eisenman, a finales de 1997, al poco rotundo en la actitud de sus clientes fue lo pasado de tener a 25 arquitectos en su es- man Foster y el museo, con la iniciativa y
tiempo de inaugurarse el museo en Bil- que él bautizó como “efecto Bilbao”. Y tudio a tener a 250 y está construyendo el apoyo de las Instituciones del País Vas-
bao. Eisennam vino a ver el edificio de pienso que Eisenman, siempre tan atina- obras en muchos rincones del planeta. co, han conseguido recuperar o reafirmar
Frank O. Gerhy y lo recorrió con deteni- do, tenía razón. Pero, además de consecuencias hacia el orgullo y el amor a la ciudad, sugirien-
miento, escudriñándolo y examinándolo Desde 1997, es habitual en todo el el exterior, ha habido también importan- do un desarrollo urbanístico que está
tanto exterior como interiormente. Más mundo que ciudades, instituciones, em- tes efectos hacia dentro. No es casual que, transformando el Bilbao metropolitano.
tarde, durante la comida en el restauran- presas, fundaciones culturales o clubes de- después del Guggenheim, Bilbao se haya César Caicoya es arquitecto y director corporati-
te del museo, me comentó que, después portivos deseen contar con un edificio icó- constituido en un foco de atracción de ar- vo de la ingeniería Idom.
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