GUIÓN SIN CANCICONES DEL DOMINGO 4º DE ADVIENTO. CICLO B. DIA 21 DE DICIEMBRE DEL 2014
1. Ciclo B – 21 de diciembre de 2014
CUARTO DOMINGO DE ADVIENTO
MONICIÓN DE ENTRADA
Estamos finalizando el tiempo de Adviento; el ambiente ya
está preparado; árboles, belenes y mil adornos más en casas y
calles anuncian que la Navidad está aquí; pero, además de
esta Navidad de tipo social, ¿se acerca también la Navidad
real?, ¿se acerca ese tiempo en el que vamos a hacer posible
entre todos que Dios se haga presente entre nosotros,
cambiando nuestro mundo en su Reino? Esa es la Navidad
que realmente debemos conseguir; el camino para lograrlo;
adoptar la misma postura de María: aquí estamos, Señor, para
que se haga en nosotros tu voluntad.
Con este sentimiento de disponibilidad a la voluntad de Dios, comenzamos nuestra
celebración.
Saludo del sacerdote
Que el Dios de la Esperanza y del Amor, y su Hijo Jesús, el Salvador, y el
Espíritu que llenó el seno de María, estén con todos vosotros…
Encendido de la Cuarta Vela
Estamos finalizando el tiempo de Adviento; el ambiente ya está
preparado: árboles, belenes y mil adornos en casas y calles anuncian que la Navidad
está aquí; pero, además de esta Navidad de tipo social, ¿se acerca también la Navidad
real?, ¿se acerca ese tiempo en el que vamos a hacer posible, entre todos, que Dios se
haga presente entre nosotros, cambiando nuestro mundo en su Reino? Esa es la Navidad
que realmente debemos conseguir; el camino para lograrlo; adoptar la misma postura de
María: aquí estamos, Señor, para que se haga en nosotros tu voluntad.
Ponemos nuestra mirada el María al encender hoy la cuarta vela de la
Corona de Adviento.
Señor, al encender estas cuatro velas,
pensamos en María, tu madre.
Nadie te esperó con más ansia y amor.
Nadie te recibió con más alegría.
También nosotros queremos prepararnos así:
En la fe, en el amor y en el trabajo de cada día.
¡Ven pronto, Señor. Ven a salvarnos!
Pedimos perdón
Nosotros muchas veces desconfiamos y perdemos la esperanza.
Vamos a pedir perdón a Dios de nuestras dudas y temores.
· Dios del Amor y de la Esperanza, Tú prometes un Salvador y lo mandas a la
tierra, pero nosotros desconfiamos. SEÑOR, TEN PIEDAD…
2. · Jesús nos trae la salvación, pero no sabemos aceptarla ni recibirla como personas
sencillas y agradecidas. CRISTO, TEN PIEDAD…
· María acepta ser la Madre del Salvador y hace que se cumplan las esperanzas del
pueblo. Nosotros seguimos dudando. SEÑOR, TEN PIEDAD…
y acoger tu Espíritu en nosotros. SEÑOR, TEN PIEDAD…
Escuchamos la Palabra. Monición
Dios promete al rey David estar siempre a su lado, ayudarle en las tareas de
gobierno de su pueblo.
Lectura del segundo libro de Samuel
Cuando el rey David se estableció en su palacio, y el Señor le dio la paz con
todos los enemigos que le rodeaban, el rey dijo al profeta Natán: – Mira: yo estoy
viviendo en casa de cedro, mientras el arca del Señor vive en una tienda.
Natán respondió al rey: – Ve y haz cuanto piensas, pues el Señor está contigo.
Pero aquella noche recibió Natán la siguiente palabra del Señor: – Ve y dile a mi
siervo David: “¿Eres tú quien me va a construir una casa para que habite en ella?
Yo te saqué de los apriscos, de andar tras las ovejas, para que fueras jefe de mi pueblo
Israel. Yo estaré contigo en todas tus empresas, acabaré con tus enemigos, te haré
famoso como a los más famosos de la tierra. Daré un puesto a Israel, mi pueblo: lo
plantaré para que viva en él sin sobresaltos, y en adelante no permitiré que animales lo
aflijan como antes, desde el día que nombré jueces para gobernar a mi pueblo Israel.
Te pondré en paz con todos tus enemigos, te haré grande y te daré una dinastía. Tu
casa y tu reino durarán por siempre en mi presencia y tu trono durará por siempre”.
Palabra de Dios
Salmo (Salmo88): “Cantaré eternamente las misericordias del Señor”
Monición al Evangelio
Por medio de un profeta Dios anunció a David que no quería casa. Ahora, por medio de
un ángel, Dios anuncia a María que necesita una casa. Pero las casas que Dios quiere son así,
como María, cálidas, vivas. Necesitaba una casa humana que acogiera a Dios.
+ Lectura del Santo Evangelio según san Lucas
A los seis meses, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de
Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la
estirpe de David; la virgen se llamaba María.
El ángel, entrando en su presencia, dijo: – Alégrate, llena de gracia, el Señor está
contigo; bendita tú entre las mujeres.
Ella se turbó ante estas palabras, y se preguntaba qué saludo era aquél.
El ángel le dijo: – No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios.
Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo y le pondrás por nombre Jesús. Será
grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David su padre;
reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.
Y María dijo al ángel: -¿Cómo será eso, pues no conozco varón?
El ángel le contestó: – El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te
cubrirá con su sombra; por eso el santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios.
Ahí tienes a tu pariente Isabel que, a pesar de su vejez, ha concebido un hijo, y ya está
de seis meses la que llamaban estéril, porque para Dios nada hay imposible.
María contestó: – Aquí está la esclava del Señor, hágase en mí según su palabra.
3. Palabra del Señor
Homilía
Oración Fieles
Unámonos en la oración para que el Hijo de Dios renueve el camino de la
humanidad entera.
Todos: Virgen del Adviento, ruega por nosotros.
– Por las personas pobres y por quienes vivirán estas fiestas en la soledad y la
tristeza. Para que reconozcamos en ellos al Dios que se encarnó en lo diferente y lo
marginado, y a nadie dejemos sin futuro. Roguemos al Señor.
– Por Cáritas y por quienes, en la Iglesia o fuera de ella, trabajan contra la pobreza y a
favor de la justicia. Para que se mantengan firmes en su entrega, y su testimonio nos
impulse a vivir una Navidad menos consumista y más solidaria. Roguemos al Señor.
– Por la Iglesia. Para que el Espíritu Santo, que cubrió a María con su sombra, infunda
valor a la Iglesia, aleje de ella la desesperanza, y transmita con ilusión la fe que da
sentido a su vivir. Roguemos al Señor.
– Por todos nosotros. Para que el Señor nos infunda generosidad y amor para
encarnarnos en las realidades más pobres y necesitadas, y así cada día pueda ser una
nueva Navidad. Roguemos al Señor.
Ven, Señor, y da tu consuelo a los afligidos, tu fuerza a quienes queremos seguirte, tu
luz a cuantos no te conocen y un corazón nuevo a quienes viven encerrados en su
egoísmo. Tú, que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Ofrendas
1.- Presentación de un cuenco o de un bol
(Puede hacer la ofrenda uno de los jóvenes de la comunidad. Con él queremos
expresar la disponibilidad del creyente).
Señor, yo te traigo este cuenco, símbolo de mi receptividad, como la de
cualquier creyente. A imagen de María, queremos ser como este cuenco, dispuestos a
recibir tu Palabra y tu gracia. Sin ellas nosotros no somos nada. No dejes de llenar
nuestros corazones con tu gracia, Señor.
2.- Presentación de la firma
(Otro joven hace esta ofrenda. Si la anterior la hizo un chico, ésta la hace una
chica o a la inversa. Ofrece un folio en blanco, sobre el que, y en la mesa del altar,
estampará su firma. Y después expresa la ofrenda:)
Con esta firma que acabo de estampar sobre ese folio quiero expresar mi
compromiso y aceptación de tu Palabra y tu gracia. Quiero que sea como el “fiat” que
pronunció María y, gracias al cual, fue posible la encarnación de tu Hijo entre nosotros.
Conmigo se compromete esta comunidad, y te pedimos esa energía que necesitamos
para dar respuesta a lo que Tú nos propones.
3.- Montaje del Belén
(Ya en el cuarto domingo, se concluye el montaje del Belén, a excepción del
Misterio, que será montado en la celebración de Navidad. …)
Señor, todo está preparado para recibir entre nosotros a tu Hijo. Hemos
recorrido este tiempo de Adviento. Al concluirlo, esperamos que nos encuentres dignos
para hacer en nosotros tu morada.
4.- Encendido de la cuarta vela de la corona del Adviento
(Puede hacerla el que preside la celebración)
Señor, hay tanta luz sobre esta corona que nos ha acompañado durante el tiempo
del Adviento, que se nota ya la cercanía de la Navidad de tu Hijo. Con ella te ofrecemos
4. nuestra esperanza.
Símbolos:
· Un vaso vacío, nosotros… para que Dios lo llene.
· Un gran “SI”, adornado o puesto en una flor.
Plegaria Eucarística
Te damos gracias, Padre,
por habernos dado a María.
Ella, sencilla mujer nazarena,
fue la escogida por Ti
para ser portadora de tu amor al mundo.
Ella, maternal y solícita
ha merecido ser, también, Madre de la Iglesia:
alguien que nos señala el camino hacia Dios.
Celebrando su recuerdo
y aceptando su ejemplo,
nos alegramos y decimos con gozo:
Santo, Santo, Santo…
Padrenuestro
Dios, Padre bondadoso, sabemos que te acercas a los sencillos y que les regalas
tu amor y tu alegría. Por eso con confianza te decimos…
Nos damos la paz
La cercanía del Príncipe de la Paz, que festejaremos en Navidad, nos lleva a
experimentar la que Él nos trae, para que reine en nuestras vidas y en nuestra
convivencia.
Que la paz del Señor esté con todos vosotros…
Comunión:
La comunión es una encarnación de Jesús en cada uno de los corazones
creyentes que le reciben.
Este es el Cordero de Dios…
Oración
Es fantástico, Señor, Tú nos necesitas.
Tú cuentas con nosotros para continuar la vida,
Tú nos has incluido en tus proyectos,
Tú sabes lo que cada uno tenemos de valioso.
Nosotros andamos ocupados en satisfacer nuestras necesidades. Nos agobian,
nos preocupan, nos distraen
y, sobre todo, nos hacen no escuchar las de los otros,
o darles menor importancia que a las nuestras.
Tú te empeñas en recordárnoslas por todos los medios.
Tú nos cuentas cómo viven, cómo están y qué les pasa,
Tú nos demuestras que tenemos parte de lo que a ellos les falta.
Nosotros, mientras, teorizamos.
Hacemos análisis de las situaciones,
opinamos de todo y de todos,
siempre sacudiéndonos responsabilidades,
5. e intentamos que sean otros los que arreglen las cosas.
Tú nos sigues susurrando palabras de Amor,
Tú nos recuerdas que somos hermanos,
Tú haces que nos duela lo que le ocurre a los demás
y al final nos despiertas y nos pones en marcha.
Toma hoy nuestra vida, Señor, cógela en tus manos.
Te hacemos la entrega de todas nuestras disculpas,
para cambiar lo menos posible,
de nuestra tibieza y mediocridad en el amor.
Señor, nos necesitas, así que…
Toma Tú, junto a nosotros, el timón de nuestra vida
para que pasemos de vivir en la apatía a vivir en hermandad.
Bendición y despedida:
Al salir de esta celebración, hemos de tener bien claro que nuestra misión es,
como la de María, dar a Cristo con nuestras palabras y con nuestra vida a cuantos nos
rodean. Así, haremos que sea Navidad para los hombres en cualquier momento.
Para ello que la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo
descienda sobre vosotros. Amén.
Gracias a la generosidad de María, Dios pudo hacerse un sitio en la tierra. En
ella la Palabra de Dios tomó cuerpo, germinó y logró expresar el ideal humano de
plenitud. Ya no podemos mirar la historia sin ver a Dios dentro. Que María, la llena del
Espíritu, disponible y colaboradora, nos introduzca en una Navidad distinta: la Navidad
de Dios.
6. e intentamos que sean otros los que arreglen las cosas.
Tú nos sigues susurrando palabras de Amor,
Tú nos recuerdas que somos hermanos,
Tú haces que nos duela lo que le ocurre a los demás
y al final nos despiertas y nos pones en marcha.
Toma hoy nuestra vida, Señor, cógela en tus manos.
Te hacemos la entrega de todas nuestras disculpas,
para cambiar lo menos posible,
de nuestra tibieza y mediocridad en el amor.
Señor, nos necesitas, así que…
Toma Tú, junto a nosotros, el timón de nuestra vida
para que pasemos de vivir en la apatía a vivir en hermandad.
Bendición y despedida:
Al salir de esta celebración, hemos de tener bien claro que nuestra misión es,
como la de María, dar a Cristo con nuestras palabras y con nuestra vida a cuantos nos
rodean. Así, haremos que sea Navidad para los hombres en cualquier momento.
Para ello que la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo
descienda sobre vosotros. Amén.
Gracias a la generosidad de María, Dios pudo hacerse un sitio en la tierra. En
ella la Palabra de Dios tomó cuerpo, germinó y logró expresar el ideal humano de
plenitud. Ya no podemos mirar la historia sin ver a Dios dentro. Que María, la llena del
Espíritu, disponible y colaboradora, nos introduzca en una Navidad distinta: la Navidad
de Dios.