El cuento trata de un niño llamado Nachito que tenía un gran miedo a la oscuridad. Murió a los cinco años cuando su niñera olvidó encender las luces en su habitación. Su ataúd era encontrado fuera de su tumba cada mañana hasta que sus padres modificaron la tumba, colocando su feretro de piedra con cuatro antorchas alrededor. Desde entonces, se dice que el fantasma de Nachito sale a jugar por el cementerio por las mañanas y los niños le dejan juguetes.