La masonería en Ecuador se remonta a antes de 1809, cuando ya existía una logia masónica en Quito fundada por ecuatorianos que habían viajado a Europa. Varias logias masónicas jugaron un papel importante en la independencia de Ecuador y en la política del siglo XIX. En 1918, varias logias masónicas se unieron para establecer formalmente la Gran Logia del Ecuador, adoptando un sistema de gobierno basado en el modelo argentino.