El documento presenta las siete obras de misericordia corporales, que son: dar de comer al hambriento, dar de beber al sediento, vestir al desnudo, alojar al forastero, visitar a los enfermos y encarcelados, y enterrar a los muertos. Cita pasajes bíblicos y del Papa Francisco que enfatizan la importancia de practicar estas obras de misericordia para ayudar a los más necesitados y vivir como discípulos de Cristo.