El homilía describe la misión de la Iglesia de expandirse a través de la evangelización a pesar de las dificultades, y la promesa de un cielo y tierra nueva sin sufrimiento. Resalta que Jesús resume su misión a amar a Dios y al prójimo, y que los cristianos deben testificar su fe a través del amor en un mundo que necesita ser recreado.

2. HOMILÍA V DOMINGO DE
PASCUA
HOMILÍA V DOMINGO DE PASCUA
1 – La Iglesia con el poder del Espíritu Santo, a pesar de las dificultades,
persecuciones y martirios, se enriquece con nuevos hijos, mediante la
acción evangelizadora de los apóstoles. Y al mismo tiempo, crecen los
Ministerios ordenados, los Presbíteros y los Obispos, responsables de
cada comunidad. Así la primera lectura nos presenta parte del Primer
viaje misionero de Pablo y Bernabé.:Pisidia, Panfilia, Perge, Atalía, y
regresan a Antioquía.
Animan a los discípulos y les exhortan a perseverar en la fe y afrontar
los trabajos y dificultades inherentes. “Hay que pasar por mucho para
entrar en el reino de Dios” En Antioquía reúnen la Comunidad y el
cuentan lo que Dios había hecho por medio de ellos y cómo había
abierto a los gentiles la puerta de la fe.

3. EL CIELO NUEVO Y LA TIERRA NUEVA

4. 2 - La segunda Lectura del apocalipsis nos muestra cuál el término de llegada de
este pueblo de la nueva alianza convocada por la obra misionera de la Iglesia: Un
Cielo nuevo y una tierra nueva.
El Pueblo de Dios engalanado como una novia para su esposo. Ellos serán su
pueblo y Dios estará con ellos…, Enjugará las lágrimas de sus ojos, no habrá
muerte, ni luto, ni llanto, ni dolor. Y Dios dice: “Todo lo hago nuevo” Vivimos de
una esperanza cierta. Sabemos hacia dónde caminamos. Vale la pena vivir
nuestro compromiso de fe, que siempre irá marcado con la cruz y la mezcla del
sufrimiento. Pero nos espera el cielo. Cristo resucitado. La felicidad
insospechable.

6. EL EVANGELIO DE HOY RESUME LA
MISIÓN DE JESÚS
• 3 – El Evangelio es un resumen de toda la enseñanza
del Señor.
• Se despide porque regresa a su gloria infinita después
de ese bautismo en su propia sangre, por su pasión y
su muerte. Es glorificado el Hijo del hombre y le da
gloria infinita al Padre, y da a todos la posibilidad de
ser glorificados con El. Pero hay una condición
absolutamente necesaria: Guardar el Mandamiento
nuevo del amor: “Os doy un mandamiento nuevo: que
os améis unos a otros; como yo os he amado, amaos
también vosotros. La señal

7. LLEGADA A LA PATRIA QUE NOS
ESPERA
• por la que conocerán todos que sois discípulos míos
será que os améis unos a otros”.
• Dios es amor. Sus hijos deben parecerse a Él. Su misión
en el mundo es vivir el amor en sus dos dimensiones:
Amor a Dios, Amor al hermano. Es lo esencial de
discípulo de Cristo. El Amor a Dios nos impide pecar, es
algo que dilata el corazón, que lo hace vivir, que le da
plenitud. Y EL amor al prójimo nos une como una sola
familia, donde hay solidaridad, unidad y seguimiento
de ese pastor, que nos ama y nos quiere para siempre
junto a Sí, en ese cielo nuevo, en esa nueva Jerusalén
de la gloria.

9. En la Eucaristía realizamos un encuentro con
Jesucristo vivo. Escuchamos su palabra, y nos
unimos a Él en la sagrada comunión. Y salimos
fortalecidos a anunciarle, llenos de su espíritu, con
testimonios de Fe y amor.
ORACIÓN
Señor, tu palabra ilumine nuestra vida; tu Espíritu
nos guíe y nos haga fuertes en las tribulaciones, nos
haga tus testigos en el mundo, para poder
participar del cielo nuevo y la tierra nueva, en un
encuentro glorioso y eterno, contigo. Amén.

10. LA SITUACIÓN ACTUAL
“Hoy como en la primitiva comunidad, los
cristianos estamos llamados a dejarnos mover por
el Espíritu de Cristo resucitado para iluminar el
mundo con el esplendor de su gloria.
En este año de la fe es fundamental rescatar la
convicción de ser instrumentos a través de los
cuales Dios va haciendo su obra de “Recreación”
en un mundo que padece el lastre del pecado.
Este tiempo tiene la tendencia a despojar a la
Iglesia de todo su sentido sobrenatural y a mirarla
solamente como una institución meramente
humana

11. Es urgente que la Iglesia pueda presentarse al
mundo como es: “Morada de Dios entre los
hombres”. Ese es el testimonio imperativo que cada
miembro de la Iglesia debe dar a través de sus
palabras y hechos. Jesús el Hijo de Dios, recibe gloria
cada que los cristianos, reunidos en su nombre, hacen
vida el mandamiento del amor que transforma y hace
nuevas todas las cosas”
(Plan de predicación de la Conferencia Episcopal de
Colombia).