PRESENTACION PLAN ESTRATEGICOS DE SEGURIDAD VIAL - PESV.pdf
Horizonte febrero_2011
1. Señores,
paren las rotativas…
La intensa vorágine de acontecimientos que, con epicentro en El
Cairo, conmocionan a Medio Oriente desde comienzos de este año,
tiene consecuencias impredicibles no sólo para un futuro lejano.
Todo intento de análisis implica un riesgo de desactualización en el
momento mismo de su elaboración, cuando la ola de revueltas se
extiende, de hora en hora, al conjunto del mundo árabe y la órbita
islámica en su conjunto.
2. Decimos El Cairo, aunque los sangrientos sucesos de Libia, la brutal
represión en Irán, parecen quitarle prioridad al puntapié egipcio.
Pero la plaza cairota sigue siendo –a mi humilde juicio- el escenario
protagónico de mayor relieve y trascendencia.
Las movilizaciones populares en Egipto despertaron en la esfera
occidental la esperanza de un devenir democrático, alternativo a la
cruel rutina autoritaria que reemplazó –desde hace sesenta años- a los
regímenes monárquicos, sujetos a las ambiciones coloniales de las
potencias extranjeras. Pero, así como no se registró una transición
republicana en Egipto –en 1952- luego de Faruk, ni en Irán -hace tres
décadas- al caer la corona del Shá, no sería aventurado pensar que el
proceso político actual tampoco responderá a las expectativas liberales
europeas y estadounidenses.
3. Al encomiable deseo de aplaudir el clamor estudiantil a favor de
cambios modernistas, se debe reclamar atención a otras voces con
masivo arraigo en la intrincada trama social egipcia.
Es el caso del jeque Al Qaradawi, que –ante una concentración popular
estimada en dos millones de manifestantes- oró por la conquista total
de Palestina y de Jerusalém.
Esto sucedió en Al Tajrir, la misma y ya mitológica plaza central de El
Cairo, sobre la cual la mayoría de los medios periodísticos occidentales
depositan su ilusión de revolucionarias y positivas transformaciones en
el país del Nilo.
El problema en el rezo del octogenario jeque es –nadie lo puede
ocultar- que no se trata de un mero planteo de órden teológico; es, en
verdad, una convocatoria política de neto corte belicista.
Los proyectiles de mortero disparados anoche, desde Gaza,
contra nuestra zona –el Neguev occidental- hablan del aplauso
de la Jihad Islámica y el Hamás, al ansioso deseo incendiario
propagado desde Al Tajrir.
Nir Itzjak, lunes, 21 de febrero de 2011