La Justicia Federal no le hizo lugar a medida del Intendente de La Rioja cont...
Nueva Sión, Buenos Aires, Marzo-Abril de 2021
1. ISRAEL
6 NUEVA SION #1005
MARZO/ABRIL 2021 Periodismo judeoargentino con compromiso
El escrutinio final de los últimos comicios no difie-
re, sustancialmente, de los resultados obtenidos en
las encuestas televisivas: de los 120 escaños par-
lamentarios, 52 se inscriben en el bloque oficialis-
ta y 57 en la oposición al primer ministro, en tanto
7 mandatos de la lista "A la derecha" y 4 de la lista
islamista "Raam"todavía no se pronunciaron a
favor o en contra de Netanyahu.
El "bibismo" –la obsecuente adhesión a Benjamín
(Bibi) Nertanyahu- o el rechazo a la continuidad de
su liderazgo, consolidado por las acusaciones de
corrupción, sigue siendo la coordenada comicial de
esta cuarta ronda y no se descarta otro llamado a
las urnas ante la imposibilidad de acordar una ges-
tión gubernamenal estable y con apoyo mayoritario.
La centroizquierda tal vez logre desplazar de su
cargo a Netanyahu, pero su presencia en la arena
pública excede el ámbito coyuntural: su largo lide-
razgo deja un sello practicamente indeleble en la
cultura política del país.
Bibi, como Trump en los EE.UU., Orban en Hungría,
Duterte en Filipinas, Bolsonaro en Brasil, represen-
ta un intenso proceso global, caracterizado por el
auge de tendencias ultraconservadoras que –a dife-
rencia de corrientes similares en siglos pasados- se
afincan fuertemente en un discurso de absoluto
corte populista.
Un millonario neoliberal como Netanyahu ensaya,
entonces, su presencia en el poder como supuesta-
mente representativa de las clases económicas
castigadas por la política privatizante que él mismo
implantó.
Netanyahu logró -hasta hoy- configurarse como
alternativa "contra-hegemónica", colocando al
Poder Ejecutivo como dique de contención ante el
avance de valores democráticos, laicos y moderni-
zantes expresados en la prensa, el parlamento y la
intelectualidad. El capital simbólico del "bibismo"
es sustentado por los sectores religiosos ultraorto-
doxos, que –como Netanyahu- perciben a una
sociedad civil pluralista como amenaza
fatal.
“Izquierdista traidor”
El reconocimiento de los derechos
básicos de la minoría árabe, el apoyo a
las luchas feministas, el amparo a los
reclamos de la comunidad homose-
xual, todos y cada uno de ellos son
definidos –por la derecha nacionalista-
como felonía y traición: "Smolaní
bogued" (izquierdista traidor) fue la
consigna esgrimida –muchas veces
con violencia callejera- por los partida-
rios de Bibi que se oponían a las mani-
festaciones populares opositoras.
Revertir este fenómeno ideológico es
un imponente desafío en todos los paí-
ses acosados por la pandemia protofascista, pero,
en Israel -con dominio militar y asientos coloniales
en los territorios palestinos, dominio que alimentó
el auge de las derechas- es un reto ineludible para
el conjunto de los sectores adversarios a
Netanyahu.
Debe ser –también- el proyecto principal de movi-
mientos, minoritarios pero dueños de raíces histó-
ricas en la democracia israelí, como el Partido
Laborista y Meretz.
Como decía Neruda, cuando se juega la vida, "no
se cuentan las ilusiones ni las amargas com-
prensiones".
No se cuentan las ilusiones
Netanyahu logró -hasta hoy- situar al Poder Ejecutivo como dique de contención ante el avance de valores
democráticos, laicos y modernizantes. El capital simbólico del "bibismo" es sustentado por los sectores reli-
giosos ultraortodoxos, que –como Netanyahu- perciben a una sociedad civil pluralista como amenaza fatal.
Israel: la cuarta vuelta electoral en dos años
Por
Moshé
Rozén
Miembro del Kibutz Nir Itzjak, Israel.
Israel: escenarios
posibles tras las
elecciones 2021