1. Concepto:
Es la glándula endocrina mas importante, ya que regula la mayor parte
de los procesos biológicos del organismo, es el centro en el cual gira
gran parte del metabolismo.
Tiene aproximadamente ½ Cm. de altura, 1 cm. de largo y 1.5 cm. de
ancho.
Función:
La hipófisis regula distintos procesos del organismo mediante la
secreción de hormonas, trabajando de forma coordinada con el
hipotálamo, que a su vez segrega hormonas estimulantes o inhibidoras
de las hormonas hipofisarias.
Ubicación:
Se encuentra en un espacio óseo llamado silla turca del hueso
esfenoides, situada en la base del cráneo, en la fosa cerebral media.
Esta comunicada con el Hipotálamo por un pedúnculo llamado
hipofisario. A sus lados se encuentran los senos cavernosos.
Partes:
Posee tres lóbulos:
2. -Lóbulo Posterior o Neurohipófisis: Esta formado por un tejido
nervioso que lleva el nombre de Neurohipófisis. En la vida intrauterina,
en el suelo del tercer ventrículo del diencéfalo, desciende una
proporción que luego formara el lóbulo posterior de la Hipófisis.
Almacena las hormonas ADH (Hormona antidiurética) y oxitocina,
segregadas por las fibras amielínicas de los núcleos supraópticos y
paraventriculares de las neuronas de hipotálamo.
-Lóbulo Medio: Segrega la hormona estimulante de los melanocitos,
esta induce al aumento de la síntesis de la mielina de las células de la
piel. Es decir que produce cambios en el color de la piel. En los seres
humanos solamente por cortos periodos iniciales de la vida o durante el
embarazo.
-Lóbulo Anterior o Adenohipófisis: Es la porción de mayor tamaño de
la hipófisis, contiene grandes cantidades de sustancias químicas u
hormonas que controlan de diez a doce funciones del cuerpo. Segrega
la ADH y la oxitocina.
Hormonas segregadas por la Hipófisis:
-Lóbulo Posterior:
3. • Hormona Antidiurética: Se encarga de la estimulación de los túbulos
renales para absorber agua del plasma filtrado en los riñones, esto
controla la cantidad de orina excretada.
• Oxitocina: Se encarga de la estimulación de los músculos del útero a
la hora del parto para permitir la salida del bebe y también estimula la
eyección de leche en la glándula mamaria.
-Lóbulo Anterior:
• Hormona de Crecimiento (GH): Es primordial para el desarrollo del
esqueleto durante el crecimiento, luego en la adolescencia se neutraliza
por las hormonas glonadales.
• Hormona Estimulante de la Tiroides: Se encarga de la estimulación
de la producción de las glándulas de la tiroides.
• Hormona Luteizante (LH): En la mujer se encarga de estimular la
formación de hormonas ováricas tras la ovulación e induce la etapa de
lactancia en las mujeres. En el caso de los hombres se encarga de
estimular los tejidos del testículo para producir testosterona.
• Hormona Folículo-Estimulante(FSH): Se ocupa de la inducción de la
formación del folículo de Gaaf en el ovario de la mujer y del desarrollo
de los espermatozoides en el hombre.
• Hormona adrenocorticotropina (ACTH): Controla la actividad de la
corteza suprarrenal y participa en las reacciones de estrés.
• Prolactina: Se encarga de la iniciación de la secreción mamaria
durante la lactancia y el comportamiento maternal.
• Tiroetropa (TSH): Estimula la tiroides, sus hormonas regulan la
temperatura corporal y tienen sus efectos misceláneos.
4. Patologías:
Condición Etiología Hormona
hormona de
Acromegalia sobreproducción
crecimiento
hormona de
Gigantismo sobreproducción
crecimiento
hormona de
Deficiencia de la hormona de crecimiento baja producción
crecimiento
Síndrome de secreción inadecuada de la
sobreproducción vasopresina
hormona antidiurética
5. Diabetes insípida baja producción vasopresina
Síndrome de Sheehan baja producción cualquier hormona hipofisaria
Adenoma hipofisario sobreproducción cualquier hormona hipofisaria
Hipopituitarismo baja producción cualquier hormona hipofisaria
Gigantismo: Es un crecimiento anormalmente grande debido a un
exceso de la hormona del crecimiento durante la niñez, antes de que las
placas de crecimiento óseo se hayan cerrado. La causa más común de la
secreción excesiva de la hormona del crecimiento es un tumor no
canceroso (benigno) de la hipófisis La STH regula la función de los
cartílagos de crecimiento. Se da cuando en los hombres sobrepasa el
1.95 m y en la mujer 1.85 m.
Acromegalia: Es un trastorno metabólico crónico en el cual hay
demasiada hormona del crecimiento y los tejidos corporal
gradualmente se agrandan. Cuando los cartílagos de crecimiento
desaparecen, los huesos largos no pueden seguir creciendo en longitud.
Cuando es excesiva la producción de STH, los huesos largos solo crecen
en anchura.
Deficiencia de la hormona de crecimiento: Implica estatura baja
anormal con proporciones corporales normales. Esta afección se puede
catalogar como congénita o adquirida. La estatura anormalmente baja
en la infancia se puede presentar cuando la hipófisis no produce
suficiente hormona del crecimiento (somatotropina). Esto puede ser
causado por una variedad de mutaciones genéticas, ausencia de la
hipófisis o lesión cerebral grave, aunque en la mayoría de los casos no
se encuentra una causa subyacente de esta deficiencia.
6. Síndrome de secreción inadecuada de la hormona
antidiurética (SIADH): Ocurre cuando se producen niveles
excesivos de hormonas antidiuréticas (ADH), hormonas que ayudan
que los riñones, y el cuerpo, conserven la cantidad correcta de agua. El
síndrome provoca que el cuerpo retenga agua y que disminuyan ciertos
niveles de electrolitos en la sangre (como el sodio). El SIADH es poco
frecuente en los niños.
Diabetes insípida (DI): Causa deseos de orinar frecuentemente. Los
pacientes sienten mucha sed, por lo que ingieren abundantes líquidos.
Luego orinan. El ciclo puede impedirle dormir o inclusive hasta
orinarse en la cama. El cuerpo produce grandes volúmenes de orina
que son casi pura agua. Por lo general, la DI es causada por un
problema con la glándula pituitaria o los riñones. El tratamiento varía
dependiendo de la causa del problema. Las medicinas suelen ser de
ayuda.
Síndrome de Sheehan: Es una condición que puede presentarse en
una mujer con una hemorragia uterina grave durante el parto. La
pérdida de sangre severa resultante ocasiona la muerte tisular en la
glándula pituitaria y conduce a hipopituitarismo en el período del
posparto.
Adenoma hipofisario o Tumores de la hipófisis: Pueden
obedecer a una disminución de la función de la glándula, al aumento de
sus funciones o alteración de su tamaño por la aparición de un tumor.
Son exclusivamente benignos. Es mas frecuente en el sexo femenino.
Cuando el tumor es pequeño puede llevar un tratamiento
farmacológico, pero si es mayor de 1 cm. es aconsejable la cirugía.
Hipopituitarismo: Hay una falta de una o más hormonas
hipofisarias. La falta de la hormona lleva a una pérdida de la función en
la glándula u órgano que controla (por ejemplo: la pérdida de la
hormona estimulante de la tiroides ocasiona una pérdida de la función
de la glándula tiroides).
A modo de resumen:
7. Glándula Hormona Efectos principales
Hipófisis Hormona del
Estimula el crecimiento
anterior crecimiento
Hormona tirotrópica Estimula la tiroides
Hormona
Estimula la corteza adrenal
adrenocorticotrópica
Estimula el crecimiento de los folículos
Hormona folículo-
ováricos y de los tubos seminíferos de los
estimulante
testículos
Estimula la conversión de los folículos en
el cuerpo lúteo; estimula la secreción de
Hormona luteinizante
hormonas sexuales por los ovarios y los
testículos
Estimula la secreción de leche por las
Prolactina
glándulas mamarias
Hormona melanocito- En los vertebrados inferiores controla la
estimulante pigmentación cutánea
Hipófisis Estimula la contracción de los músculos
posterior Oxitocina uterinos; estimula la secreción de leche
(órgano de por las glándulas mamarias
almacenamiento Vasopresina Estimula el incremento de la reabsorción
de ciertas de agua por los riñones; estimula la
(hormona
hormonas constricción de los vasos sanguíneos (y
antidiurética)
producidas por otros órganos lisos)
8. el hipotálamo)
Trastornos de la hipófisis
La hipófisis o glándula pituitaria tiene forma de pera y está situada en una
estructura ósea denominada silla turca, localizada debajo del cerebro. La silla
turca la protege pero, en contrapartida, deja muy poco espacio para su
expansión. Si la hipófisis aumenta de tamaño tiende a comprimir las estructuras
que se encuentran en su parte superior, a menudo presionando las zonas del
cerebro que llevan las señales desde los ojos, provocando, posiblemente,
dolores de cabeza o problemas vi-suales.
La hipófisis controla, en gran parte, el funcionamiento de las demás glándulas
endocrinas y es a su vez controlada por el hipotálamo, una región del cerebro
que se encuentra por encima de la hipófisis. La hipófisis consta de dos lóbulos,
el anterior (adenohipófisis) y el posterior (neurohipófisis). El hipotálamo ejerce
el control de las actividades del lóbulo anterior mediante la emisión de
sustancias semejantes a las hormonas que se abocan en los vasos sanguíneos
que conectan directamente las dos zonas. A su vez, contro la el lóbulo posterior
mediante impulsos nerviosos.
9. El lóbulo anterior produce (secreta) hormonas que, en última instancia, regulan
el funcionamiento de la glándula tiroides, las glándulas suprarrenales, los
órganos reproductores (ovarios y testículos), la producción de la leche
10. (lactancia) en las mamas y el crecimiento corporal. También produce las
hormonas que causan la pigmentación oscura de la piel y que inhiben la
sensación de dolor. El lóbulo posterior secreta las hormonas que regulan el
equilibrio del agua, estimulan la bajada de leche en las mamas de mujeres con
niños lactantes y estimulan las contracciones del útero.
Mediante la detección de los valores
Hipófisis: la glándula principal hormonales producidos por las glándulas que
La hipófisis, una glándula del
están bajo el control de la pituitaria (glándulas
tamaño de un gui-sante que está
debajo del cerebro, produce una diana), el hipotálamo o la hipófisis determinan
gran cantidad de hormonas, cada cuánta estimulación o disminución de la
una de las cuales afecta a una secreción puede necesitar la hipófisis para
parte específica del cuerpo (el reajustar la actividad de las glándulas que
órgano al cual está dirigida la controla. Las hormonas producidas por la
hormona). Debido a que la hipófisis hipófisis (y el hipotálamo) no se secretan, todas
controla el funcionamiento de la ellas, de una forma continua. La mayoría se
mayoría de las demás glándulas liberará de golpe en periodos de una a tres
endocrinas, con frecuencia recibe el horas, alternando períodos de actividad e
nombre de glándula principal.
inactividad. Algunas de estas hormonas, como
la adrenocorticotropina (que controla las
glándulas suprarrenales), la hormona del
crecimiento (que controla el crecimiento) y la
prolactina (que controla la producción de
leche), siguen un ritmo circadiano. Es decir, sus
concentraciones suben y bajan de manera
predecible durante el día, alcanzando su nivel
más alto justo antes del momento de
despertarse y llegando a sus valores más bajos
justo antes de dormirse. Las concentraciones
de otras hormonas varían según otros factores.
Por ejemplo, en las mujeres, la cantidad de
hormona luteinizante y la de hormona
foliculoestimulante, las cuales controlan las
funciones reproductoras, varían durante el ciclo menstrual. En cualquier caso, la
secreción excesiva o insuficiente de una o más hormonas hipofisarias, provocan
una amplia variedad de síntomas.
Funcionamiento de la hipófisis anterior
El lóbulo anterior de la hipófisis corresponde al 80 por ciento del peso total de la
glándula; libera hormonas que regulan un crecimiento y desarrollo físico
normales o estimulan la actividad de las glándulas suprarrenales, la glándula
tiroides y los ovarios o los testículos. Cuando el lóbulo anterior secreta
hormonas en cantidades excesivas o insuficientes, las otras g lándulas
endocrinas también aumentan o disminuyen su producción de hormonas.
Una de las hormonas secretadas por el lóbulo anterior es la
adrenocorticotropina (la hormona adrenocorticotropa o ACTH), cuya función es
estimular las glándulas suprarrenales a secretar cortisol, una hormona
fisiológica semejante a la cortisona, y varios esteroides androgénicos,
semejantes a la testosterona. Sin la adrenocorticotropina, las glándulas
suprarrenales disminuyen de tamaño (se atrofian) y dejan de secretar cortisol,
es decir, aparece una insuficiencia de la función de las glándulas suprarrenales.
11. Aparte de la adrenocorticotropina, también se producen simultáneamente otras
hormonas, como la hormona estimulante de los melanocitos beta, que regula la
pigmentación de la piel, las encefalinas y las endorfinas, que controlan la
percepción del dolor, el estado de ánimo y la atención.
La hormona estimulante del tiroides,
también producida por el lóbulo anterior,
estimula la producción de las hormonas
tiroideas. Muy raramente, un exceso de
esta hormona provoca una secreción
hormonal excesiva por parte del tiroides
y, en consecuencia, hipertiroidismo; la
estimulación deficiente, en cambio, hace
que la glándula tiroidea no produzca la
cantidad suficiente, dando como resultado
un hipotiroidismo.
Las otras dos hormonas que produce el
lóbulo anterior (la hormona luteinizante y
la foliculoestimulante (ambas
gonadotropinas), actúan sobre los ovarios
y los testículos (gónadas). En las
mujeres, estimulan la producción de
estrógenos y de progesterona y la
liberación mensual de un óvulo desde los
ovarios (ovulación). En los varones, la
hormona luteinizante estimula la
producción de la testosterona en los
testículos, y la hormona
foliculoestimulante, por su parte, los estimula para que produzcan esperma.
Una de las hormonas más importantes secretadas por el lóbulo anterior es la
hormona del crecimiento, que favorece el crecimiento de los músculos y los
huesos y contribuye a regular el metabolismo. Esta hormona puede aumentar
bruscamente la entrada de azúcar a los músculos y al tejido graso, estimular la
producción de proteínas por el hígado y los músc ulos, y retardar la producción
de tejido adiposo (grasa). Los efectos más prolongados de la hormona del
crecimiento, bloqueando la captación y el uso de azúcares (lo que aumenta su
concentración en la sangre) e incrementando la producción de grasas (y por lo
tanto, aumentando la concentración de lípidos en la sangre), parecen
contrarrestar sus efectos inmediatos. Estas dos acciones de la hormona del
crecimiento son importantes porque el cuerpo debe adaptarse a la falta de
alimentos durante el periodo de ayuno. Junto con el cortisol, la hormona del
crecimiento contribuye al mantenimiento de las concentraciones de azúcar en la
sangre destinado al cerebro y moviliza las grasas de forma que estén
disponibles para otras células del organismo, conformando así una fuente
alternativa de energía. En muchos casos, actúa por medio de la activación de un
determinado número de factores de crecimiento, de los cuales el más importante
es el factor I, similar a la insulina (IGF-I).
Funcionamiento de la hipófisis posterior
El lóbulo posterior de la hipófisis sólo secreta dos hormonas: la hormona
antidiurética y la oxitocina. En realidad, son producidas por células nerviosas
12. del hipotálamo, que presentan proyecciones (axones) que se extienden hacia la
hipófisis posterior, donde son liberadas las hormonas. A diferencia de la
mayoría de las hormonas hipofisarias, la hormona antidiurética y la oxitocina no
estimulan otras glándulas endocrinas. Sus variaciones de concentración afectan
directamente a los órganos que regulan.
La hormona antidiurética o vasopresina
Hipófisis promueve la acumulación de líquidos por parte
Secreción hormonal de la glándula
de los riñones y contribuye a retener la cantidad
y su relación con otros órganos.
adecuada de agua. Cuando un paciente está
deshidratado, existen unos receptores
especiales en el corazón, los pulmones, el
cerebro y la aorta que indican a la hipófisis la
necesidad de producir más cantidad de hormona
antidiurética. Las concentraciones en la sangre
de los electrólitos, tales como el sodio, el cloro y
el potasio, deben ser mantenidas dentro de un
margen estrecho para que las células puedan
funcionar normalmente. Las concentraciones
elevadas de estos elementos, los cuales son
percibidos por el cerebro, estimulan la liberación
de esta hormona. El dolor, el nerviosismo, el
ejercicio físico, las concentraciones bajas de
azúcar en la sangre, la angiotensina, las
prostaglandinas y ciertos fármacos, como la clorpropamida, los fármacos
colinérgicos y otros que se emplean para tratar el asma y el enfisema, también
estimulan la liberación de la hormona antidiurética.
El alcohol, ciertos esteroides y unas pocas sustancias más, disminuyen la
producción de la hormona antidiurética. La carencia de esta hormona causa la
diabetes insípida, un trastorno en el que los riñones excretan demasiada agua.
Por otra parte, en ocasiones se produce una cantidad excesiva de la hormona
antidiurética. Es lo que se denomina síndrome de secreción inadecuada de la
hormona antidiurética, en el que la concentración de esta hormona es
demasiado alta, y en consecuencia se retiene agua y desciende l a
concentración en sangre de algunos electrólitos, como puede ser el sodio. Este
síndrome se manifiesta en personas con insuficiencia cardíaca y, en casos
excepcionales, en las que padecen determinadas enfermedades del hipotálamo.
La hormona antidiurética se puede producir fuera de la hipófisis, sobre todo en
algunas formas de cáncer pulmonar. Por ello, cuando se descubren
concentraciones elevadas de hormona antidiurética, no sólo se estudia el
funcionamiento de la hipófisis sino que también se investiga la posibilidad de
que exista un cáncer.
La oxitocina contrae el útero durante el parto e inmediatamente después del
mismo para prevenir la hemorragia excesiva. Así mismo, estimula la contracción
de ciertas células de las mamas que rodean las glándulas mamar ias. El proceso
se inicia con la succión del pezón, que estimula la hipófisis para que libere
oxitocina. Las células de las mamas se contraen y conducen la leche desde su
lugar de producción hacia el pezón.
Síndrome de la silla turca vacía
13. En el síndrome de la silla turca vacía, la silla turca (una estructura ósea debajo
del cerebro), característicamente dilatada, aloja la hipófisis, de tamaño normal o
más pequeña.
El síndrome de la silla turca vacía tiene más incidencia en las mujeres con
sobrepeso o con una presión arterial elevada. Alrededor del 10 por ciento de los
pacientes que padecen este síndrome tienen un aumento de presión del líquido
del interior del cráneo, y aproximadamente el 10 por ciento presenta, de manera
crónica, una salida de líquido por la nariz. En algunos casos, el paciente tiene
un tumor hipofisario pequeño, casi siempre benigno, que secreta hormona del
crecimiento, prolactina o adrenocorticotropina. Una radiografía simple del
cráneo, una tomografía computadorizada (TC) o las imágen es generadas por
resonancia magnética (RM) pueden revelar la dilatación de la silla turca.
Por lo general, no es necesario un tratamiento para este síndrome. Sin
embargo, una silla turca dilatada también puede indicar un ensanchamiento de
la hipófisis. Una TC o una RM pueden ser útiles para distinguir el síndrome de la
silla turca vacía de otras causas de dilatación de la misma. Por ejemplo, un
tumor maligno o benigno (adenoma) puede agrandar la hipófisis, afectando a
dicha glándula o el hipotálamo. El aumento de tamaño de la hipófisis puede
producir síntomas, como dolores de cabeza, y en vista de que la glándula
presiona sobre el nervio óptico se puede producir también una pérdida de la
visión. Inicialmente sólo se afecta la parte externa de los campos vis uales de
ambos ojos.
Hipofunción hipofisaria
La hipofunción hipofisaria (una hipófisis menos eficaz) se define como una
pérdida parcial o completa de las funciones del lóbulo anterior.
Dado que la hipofunción hipofisaria afecta al funcionamiento de las glándulas
endocrinas estimuladas por las hormonas de la hipófisis anterior, los síntomas
varían según cuáles sean las hormonas deficientes. Aunque en casos
excepcionales los síntomas comienzan de forma repentina y de modo dramático,
por lo general se inician gradualmente y pasan inadvertidos durante un largo
período de tiempo.
La deficiencia incluye a una, a varias o a
todas las hormonas producidas por la
hipófisis anterior. Las concentraciones de
gonadotropinas (hormona luteinizante y
hormona foliculoestimulante) inferiores a
las normales en las mujeres
premenopáusicas, causan la interrupción
de los períodos menstruales (amenorrea),
infertilidad, sequedad vaginal y pérdida
de algunas características sexuales
femeninas. En los varones, las
deficiencias de gonadotropinas provocan
impotencia, disminución de tamaño
(atrofia) de los testículos, disminución de
la producción de esperma, con la
consecuente infertilidad y la pérdida de
algunas características sexuales
masculinas, como el crecimiento del vello
14. facial y corporal. Las deficiencias de gonadotropinas también se presentan en
los pacientes con el síndrome de Kallmann, en los que se observan también
labio leporino o fisura del paladar, daltonismo e incapacidad de discernir olores.
La deficiencia de hormona del crecimiento generalmente produce pocos o
ningún síntoma en los adultos. En los niños, reduce la velocidad del crecimiento
y algunas veces causa enanismo. La deficiencia de la hormona estimulante del
tiroides produce hipotiroidismo o una disminución de la actividad de la glándula
tiroides, lo cual se manifiesta en síntomas como confusión, intolerancia al frío,
aumento de peso, estreñimiento y sequedad de la piel. La deficiencia aislada de
adrenocorticotropina es poco frecuente, y provoca una menor activi dad de las
glándulas suprarrenales. El resultado es agotamiento, presión arterial baja,
concentración de azúcar en la sangre disminuida y escasa tolerancia al estrés
(por ejemplo a un traumatismo grave, cirugía o infección).
Una deficiencia aislada de prolactina es una situación rara, pero explica por qué
algunas mujeres no son capaces de producir leche después de un parto. El
síndrome de Sheehan, también infrecuente, es el resultado de una pérdida
excesiva de sangre y del shock durante el parto, que puede destruir
parcialmente la hipófisis. Se caracteriza por agotamiento, pérdida del vello
púbico y de las axilas e incapacidad para producir leche.
Diagnóstico
Dado que la hipófisis estimula otras glándulas, una deficiencia de las hormonas
hipofisarias reduce la cantidad de hormonas producidas por estas otras
glándulas. Por esta razón, se debe considerar la posibilidad de una alteración
fisiológica hipofisaria cuando se investiga una deficiencia en otra glándula,
como el tiroides o las glándulas suprarrenales. Cuando los síntomas sugieren un
funcionamiento incorrecto de varias glándulas, el médico sospecha que se trata
de un caso de hipofunción hipofisaria o de un síndrome de deficiencia
poliglandular.
La hipófisis se examina mediante una tomografía computad orizada (TC) o con
las imágenes generadas por resonancia magnética (RM), que servirán para
identificar anomalías estructurales; los análisis de sangre se utilizan para medir
las concentraciones hormonales en sangre. Los registros de alta resolución de
TC o RM ponen de manifiesto determinadas zonas (localizadas) de crecimiento
de tejido anómalo, así como la dilatación o la disminución de la hipófisis. Los
vasos sanguíneos que alimentan la hipófisis se examinan mediante una
angiografía. En el futuro, la tomografía por emisión de positrones suministrará
una información aún más completa sobre el funcionamiento de la hipófisis.
Tumor en la hipófisis anterior
15. La producción de la hormona del crecimiento es
difícil de evaluar. Las pruebas no aportan
mediciones fiables porque el organismo secreta la
hormona del crecimiento de forma intermitente
durante el día y, sobre todo, durante el sueño. Por
lo tanto, el valor sanguíneo en un momento dado
no indica si la producción es normal o no. A
menudo es útil medir en la sangre los valores del
factor de crecimiento I similar a la insulina (IGF -I),
porque cambian lentamente en proporción a la
cantidad total de hormona de crecimiento que
secreta la hipófisis. De todas maneras, la
deficiencia parcial de la hormona del crecimiento
es particularmente difícil de evaluar. Además, los valores de esta hormona son
bajos cuando disminuyen las funciones del tiroides o de las glándulas
suprarrenales.
Dado que los valores de la hormona luteinizante y de la foliculoestimulante
fluctúan con el ciclo menstrual, su medición en las mujeres es difícil de
interpretar.
Sin embargo, en las mujeres que están en el periodo posterior a la menopausia
y que no siguen un tratamiento con estrógenos, los valores de la concentración
de estas hormonas son normalmente altos. En los varones, dichos valores no
acusan demasiadas fluctuaciones.
Algunos trastornos pueden inhibir temporalmente la hipófisis y por lo tanto
semejar una hipofunción hipofisaria. La inanición prolongada, por ejemplo, como
ocurre en la anorexia nerviosa, es una de las causas del funcionamiento
deficiente de la hipófisis. Los pacientes que muestran síntomas de cirrosis
hepática después de haber abusado del alcohol durante años, desarrollan
síntomas semejantes a los de la hipofunción hipofisaria, como aumento del
tamaño de las mamas, atrofia de los testículos, alte raciones de la piel y
aumento de peso. Un tumor hipofisario que secreta prolactina es una causa
frecuente de reducción de la secreción de las hormonas luteinizante y
foliculoestimulante. A medida que el tumor crece, puede destruir la hipófisis por
la presión que ejerce y, en consecuencia, disminuir la producción de la hormona
del crecimiento, la hormona estimulante del tiroides y la adrenocorticotropina.
Tratamiento
El objetivo del tratamiento es la sustitución de las hormonas diana deficientes
(que dependen de la hipófisis), más que la sustitución de la hormona hipofisaria
deficiente. Por ejemplo, a los pacientes con deficiencia de la hormona
estimulante del tiroides se les proporciona hormona tiroidea, a los afectados de
deficiencia de adrenocorticotropina se les administran hormonas
adrenocorticales y a los que padecen deficiencia en las hormonas luteinizante y
foliculoestimulante se les suministran estrógenos, progesterona o testosterona.
La hormona del crecimiento puede administrarse a los niños, pero los adultos,
en general, no necesitan suplir su carencia.
Cualquier tumor hipofisario que sea responsable de la hipofunción hipofisaria
debe recibir un tratamiento adecuado. Si el tumor es pequeño y no secreta
prolactina, la extirpación quirúrgica a través de la nariz es el tratamiento de
elección en la mayoría de los casos. Los tumores que producen prolactina se
16. tratan administrando bromocriptina. Para destruirlos también se utiliza la
irradiación de la hipófisis con supervoltaje o con haces de protones. Algunos
tumores grandes y los que se extienden más allá de la silla turca son imposibles
de eliminar con la cirugía solamente; por ello, los médicos usan irradiación con
supervoltaje después de la cirugía para eliminar las células restantes del tumor.
La irradiación de la hipófisis suele reducir lentamente su funcionamiento, ya sea
de forma parcial o completa. Por lo tanto, en general, se efectuará una
evaluación de las glándulas controladas por la hipófisis cada 3 a 6 meses
durante el primer año y después, anualmente.
Acromegalia
La acromegalia se define como un crecimiento desmesurado causado por un
exceso de secreción de la hormona del crecimiento.
La hipersecreción de la hormona del crecimiento, casi siempre causada por un
tumor benigno hipofisario (adenoma), produce alteraciones en muchos tejidos y
órganos. Por ejemplo, muchos órganos internos se ensanchan, incluyendo el
corazón, el hígado, los riñones, el bazo, el tiroides, las paratiroides y el
páncreas. Ciertos tumores poco frecuentes del páncreas y de los pulmones
también causan una producción excesiva de sustancias similares a la hormona
del crecimiento, con consecuencias semejantes.
Síntomas
Facies de una paciente
En la mayoría de los casos, la secreción excesiva de la con acromegalia
hormona del crecimiento comienza a una edad que
oscila entre los 30 y los 50 años, es decir, cuando las
superficies de crecimiento (cartílagos de crecimiento) de
los huesos ya se han cerrado hace mucho tiempo. Por lo
tanto, los huesos se deforman en vez de alargarse. Los
rasgos faciales de la persona se vuelven toscos y las
manos y los pies se hinchan y, por consiguiente,
necesitarán anillos, guantes, zapatos y sombreros más
grandes. Dado que estas alteraciones aparecen
lentamente, pasan inadvertidas durante años. El vello
corporal de tipo áspero aumenta, la piel se hace más
gruesa y con frecuencia se oscurece. Las glándulas
sebáceas y sudoríparas de la piel se agrandan,
produciendo una transpiración excesiva y a menudo el
olor corporal se torna desagradable.
Por otra parte, el crecimiento del hueso maxilar provoca que la mandíbula se
vuelva protuberante (prognatismo). El cartílago del aparato fónico (laringe)
aumenta de tamaño y en consecuencia, la voz será más profunda y ronca. La
lengua puede también agrandarse y volverse muy arrugada. Las costillas se
vuelven más gruesas y dan al pecho una apariencia de barril.
El dolor articular es un síntoma frecuente; al cabo de muchos años puede
producir una artrosis invalidante. El corazón se dilata y su función puede verse
afectada e incluso manifestarse una insuficiencia cardíaca. Algunas veces el
paciente se siente extraño y con debilidad en los brazos y las piernas, dado que
los tejidos engrosados comprimen los nervios. Los nervios portadores de
mensajes desde los ojos al cerebro también se comprimen, lo que causará
17. pérdida de la visión, sobre todo en los campos visuales externos. Por último, el
tumor hipofisario puede causar también dolores de cabeza agudos
Casi todas las mujeres que padecen de acromegalia tienen ciclos menstruales
irregulares; algunas mujeres producen leche aun cuando no están amamantando
(galactorrea), debido a la excesiva cantidad de hormona del crecimiento o a un
aumento simultáneo de la prolactina. Es de resaltar que alrededor de un tercio
de los varones que padecen de acromegalia sufren de impotencia.
En casos muy raros, la hipersecreción de la hormona del crecimiento comienza
en la infancia, antes de que los cartílagos de crecimiento de los huesos largos
se hayan cerrado. Dado que los huesos continúan su crecimiento hasta que sus
cartílagos de crecimiento (que se encuentran en los extremos de los huesos
largos) se cierran, esta situación conduce a un crecimiento óseo exagerado y a
una altura anormal (gigantismo hipofisario). Si bien estos niños tienen un
crecimiento acelerado, sus huesos no se deforman. Sin embargo, los tejidos
blandos alrededor del hueso se hinchan y algunos nervios se dilatan. Puede
existir también un retraso en la aparición de la pubertad y un desarrollo
incompleto de los genitales.
Diagnóstico
Como las alteraciones inducidas por los valores elevados de la hormona del
crecimiento se producen lentamente, es habitual que la acromegalia se
diagnostique muchos años después de la manifestación de los primeros
síntomas. Las fotografías en serie (tomadas durante un largo periodo de tiempo)
facilitan el diagnóstico. Una radiografía del cráneo puede mostrar el
engrosamiento de los huesos, la dilatación de los senos nasales y el
ensanchamiento o la erosión de la silla turca (estructura ósea que circunda la
hipófisis). Así mismo, las radiografías de las manos revelan el engrosamiento de
los huesos debajo de las yemas y la hinchazón de los tejidos alrededor de estos
huesos. Los análisis de sangre también pueden ser útiles, dado que en muchas
personas que padecen acromegalia se observan concentraciones elevadas de
azúcar en la sangre.
La presencia de estos síntomas sugiere el diagnóstico de acromegalia, y un
valor elevado de la hormona del crecimiento o del factor de crecimiento I similar
a la insulina (GH-I) en un análisis de sangre confirmará el diagnóstico
preliminar. Si el resultado del análisis de sangre no es concluyente, se
administrará al individuo afectado una gran cantida d de azúcar para comprobar
si se reduce la concentración de hormona del crecimiento, lo que debería
suceder si el paciente no padece de acromegalia. Ambos valores, el del azúcar
y el de la hormona del crecimiento, permanecen altos en los pacientes con
acromegalia.
Tratamiento
Para interrumpir o reducir la secreción excesiva de hormona del crecimiento, se
extirpa o se destruye el tumor mediante cirugía o radioterapia. Esta última
implica el uso de irradiación con supervoltaje, que es mucho menos traumática
que la cirugía y generalmente no afecta a la producción de otras hormonas de la
hipófisis. Sin embargo, este tratamiento puede retrasar durante varios años el
retorno de los valores de la hormona del crecimiento a niveles normales. Se
18. están experimentando otras formas de radioterapia en un intento de acelerar los
resultados.
La reducción de los valores de la hormona del crecimiento no es fácil, incluso
con el uso combinado de ambos métodos, es decir, cirugía y radioterapia. El
tratamiento farmacológico mediante la administración de octreótido o
bromocriptina puede también resultar de utilidad.
Galactorrea
La galactorrea se define como la producción de leche por las mamas en las
mujeres que no están en periodo de lactancia, o en los hombres.
En ambos sexos, la causa más frecuente de galactorrea es un tumor en la
hipófisis que produce prolactina (prolactinoma). Por lo general, los
prolactinomas son muy pequeños cuando se diagnostican por primera vez. Por
otra parte, tienden a aumentar de tamaño más en los varones que en las
mujeres. Los fármacos, tales como las fenotiacinas, algunos de los
suministrados para tratar la hipertensión (sobre todo la metildopa) y los
narcóticos, incrementan la producción de prolactina y, en consecuencia, causan
galactorrea. El hipotiroidismo (disminución de la función del tiroides) también
puede provocar este trastorno.
Síntomas
Si bien la producción de leche por las glándulas mamarias puede ser el único
síntoma de un prolactinoma, muchas mujeres dejan de menstruar o empiezan a
tener períodos menstruales anómalos. Las mujeres con prolactinomas empiezan
a sufrir oleadas de calor y sequedad vaginal, lo cual causa molestias durante
una relación sexual. Los varones típicamente padecen dolores de cabeza o
pierden la visión periférica. Alrededor de dos tercios de los varones pierden el
interés por el sexo y se vuelven impotentes.
Diagnóstico
Para determinar la causa de una producción anómala de leche, se utiliza una
combinación de análisis de sangre y tomografía computadorizada (TC) o
resonancia magnética (RM). Los signos de la deficiencia de estrógenos son
obvios en un examen físico, mientras que los valores de la prolactina y otras
hormonas, como la luteinizante y la foliculoestimulante, requieren un análisis de
sangre. Las exploraciones con TC o RM pueden revelar pequeños prolactinomas
y, si el tumor es grande, el oftalmólogo efectúa explora ciones de los campos
visuales para detectar defectos de la visión.
Tratamiento
Los prolactinomas son tratados mediante técnicas diversas. Cuando la
concentración de prolactina en la sangre de un paciente es muy alta y la
exploración con TC o RM detectan únicamente un pequeño tumor hipofisario o
nada en absoluto, el médico puede prescribir la administración de bromocriptina
o incluso no recomendar ningún tratamiento. En las mujeres, la bromocriptina
tiene la ventaja de que incrementa los valores de estróge nos (a menudo bajos
en las que presentan valores elevados de prolactina), lo que las protege de
19. desarrollar una posible osteoporosis. La bromocriptina debe recomendarse a las
pacientes con prolactinomas que deseen quedar embarazadas, además de que
también contribuye a interrumpir el flujo de leche. Se prescribirán estrógenos o
anticonceptivos orales que contengan estrógenos a las mujeres con pequeños
prolactinomas, ya que no existen evidencias de que los estrógenos provoquen
una aceleración anormal del crecimiento de los tumores pequeños. La mayoría
de los expertos recomienda una exploración anual con TC o RM, como mínimo
durante 2 años, para asegurarse de que el tumor no crezca demasiado.
Los médicos tratan generalmente a los pacientes que presentan tumore s
grandes (macroadenomas) con bromocriptina o cirugía, después de haber
efectuado un estudio del sistema endocrino. El tratamiento se coordina con un
endocrinólogo, un neurocirujano y un radioterapeuta. Si la bromocriptina
disminuye la concentración de prolactina y los síntomas desaparecen, la cirugía
es, con frecuencia, innecesaria. No obstante, cuando se requiere la cirugía, la
administración de bromocriptina puede reducir el tumor antes de la operación. A
pesar de que la intervención quirúrgica inicialmente normaliza la concentración
en sangre de prolactina, la mayoría de los prolactinomas reaparece. La
radioterapia sólo se utiliza cuando los síntomas se agravan y el tumor crece a
pesar del tratamiento con bromocriptina. Las concentraciones de otras
hormonas de la hipófisis pueden disminuir durante varios años después de
aplicar la radioterapia.
Diabetes insípida
La diabetes insípida es un trastorno en el que los valores insuficientes de
hormona antidiurética causan una sed excesiva (polidipsia) y una pr oducción
exagerada de orina muy diluida (poliuria).
La diabetes insípida es el resultado de un déficit de la hormona antidiurética
(vasopresina), que es la encargada de limitar la producción excesiva de orina.
Lo singular de esta hormona es que el hipotálamo la produce y luego es
almacenada hasta ser liberada en el flujo sanguíneo por la hipófisis posterior. El
trastorno puede también aparecer cuando una concentración de hormona
antidiurética normal está combinada con una respuesta anormal de los riñones a
la hormona, una afección denominada diabetes insípida nefrógena.
Causas
La diabetes insípida puede ser consecuencia de un mal funcionamiento del
hipotálamo que da como resultado una escasa producción de hormona
antidiurética. Otras posibilidades son que la hipófisis sea incapaz de liberar la
hormona en el flujo sanguíneo, lesiones producidas durante una intervención
quirúrgica del hipotálamo o de la hipófisis, una lesión cerebral (particularmente
una fractura de la base del cráneo), un tumor, la sarcoido sis o la tuberculosis,
un aneurisma o una obstrucción de las arterias que van al cerebro, ciertas
formas de encefalitis o meningitis, y una rara enfermedad denominada
histiocitosis X (enfermedad de Hand-Schüller-Christian).
En algunos casos excepcionales, un paciente tiene síntomas psicológicos de
sed exagerada, con lo que consume un gran volumen de líquidos y presenta una
emisión excesiva de orina. Estos síntomas se asemejan a los de la diabetes
insípida, con la excepción de que el sujeto, por lo general, no se despierta
20. durante la noche para orinar. A medida que pasa el tiempo, el consumo
exagerado de líquidos disminuye la sensibilidad a la hormona antidiurética.
Síntomas
La diabetes insípida puede comenzar de forma gradual o brusca a cualquier
edad. Habitualmente, los únicos síntomas son la sed exagerada y la excesiva
producción de orina. Un paciente puede beber enormes cantidades de líquido
(de 4 a 40 litros al día) para compensar las pérdidas que se producen en la
orina. Cuando esta compensación no es posible, puede producirse rápidamente
deshidratación y, en consecuencia, disminución de la presión arterial y shock.
La persona afectada continúa orinando en grandes cantidades y con frecuencia
durante la noche.
Diagnóstico
Los médicos sospechan la existencia de diabetes insípida en los pacientes que
producen grandes cantidades de orina. En primer lugar, controlan la cantidad de
azúcar en la orina para descartar que se trate de un caso de diabetes mellitus.
Un análisis de sangre mostrará concentraciones anómalas de muchos
electrólitos.
La prueba de restricción de agua es la más simple y la más fiable para
determinar la existencia de diabetes insípida. Dado que no le está permitido al
paciente beber líquidos durante la prueba y que podría producirse una
deshidratación grave, la prueba debe efectuarse bajo vigilancia médica. La
producción de orina, las concentraciones electrolíticas (sodio) en la sangre y el
peso se miden regularmente durante varias horas. Tan pronto como la presión
arterial se reduce, o la frecuencia cardíaca aumenta, o se pierde más del 5 por
ciento del peso corporal, se interrumpe la prueba y se suministra una inyección
de hormona antidiurética. El diagnóstico de diabetes insípida se confirma si, en
respuesta a la hormona antidiurética, la micción se detiene, la presión arterial
aumenta y el corazón late de forma más normal.
Tratamiento
Siempre que sea posible, debe ser tratada la causa subyacente de la diabetes
insípida. Se suministrará vasopresina o acetato desmopresina, formas
modificadas de la hormona antidiurética, con un vaporizador nasal varias veces
al día, para mantener una producción normal de orina. Sin embargo, la
administración excesiva de estos fármacos provoca retención de líquidos,
hinchazón y otros trastornos. A los pacientes con diabetes insípida que estén
siendo sometidos a una intervención quirúrgica o que estén inconscientes,
generalmente se les inyecta hormona antidiurética.
A veces, la diabetes insípida se puede controlar con fármacos que estimulen la
producción de hormona antidiurética, tales como la clorpropamida, la
carbamazepina, el clofibrato y varios diuréticos (tiacidas). Estos fármacos no
son adecuados para aliviar completamente los síntomas en pacientes con
diabetes insípida grave.