El documento describe la llegada de los ferrocarriles a Bahía Blanca en 1884, lo cual significó un gran crecimiento para la ciudad al permitir el transporte de personas e inmigración. La población creció diez veces en dos décadas, llegando a ser el 51% de sus habitantes extranjeros, marcando el ferrocarril como parte de la "segunda fundación" de Bahía Blanca.