El documento discute cómo los dibujos animados pueden influir en el comportamiento de los niños. Señala que programas como He-Man y El pájaro loco pueden promover comportamientos violentos o traicioneros, y que los dibujos animados violentos no deben considerarse inofensivos. También sugiere que los dibujos animados deben tener contenidos educativos como Dora la Exploradora en lugar de ser extremadamente violentos como Dragon Ball Z, y que los niños se identifican con los dibujos animados desde una edad temprana