La transmisión de las obligaciones permite que la obligación cambie de titulares activos o pasivos sin alterar su esencia. Esto puede ocurrir por herencia cuando los herederos suceden al causante en su patrimonio, o por actos entre vivos como la cesión de créditos o la transmisión de una deuda a otro sujeto. El deudor original sigue siendo responsable hasta que el nuevo deudor asume la obligación, mientras que el acreedor original conserva su derecho al crédito.