El té se introdujo por primera vez en las islas británicas en 1650 y se tomaba como una bebida energética o alternativa a la cerveza. Aunque el té no era producido originalmente por los ingleses, se ha convertido en una de sus tradiciones más populares, como la "hora del té" entre las 3 y 5 de la tarde. Los ingleses beben su té solo o con leche, prefiriendo variedades mezcladas y nunca con crema.