Windows 7 requiere como mínimo un procesador de 1 GHz de 32 o 64 bits, 1 GB de RAM y 16 GB de espacio en disco para la instalación. El proceso de instalación implica introducir el CD o USB con Windows 7, configurar la secuencia de arranque para priorizar el dispositivo de instalación, y completar los pasos guiados para particionar el disco, crear un usuario, ingresar la clave de activación y configurar la zona horaria y red.