Dios le dio al hablante instrucciones para vivir en la tierra, diciéndole que sea como el sol, la luna, los pájaros, las flores, el buen perro, la fruta, el día, el oasis, la luciérnaga, el agua y el río. Sobre todas las cosas, Dios le dijo que sea como el cielo, la morada de Dios. El hablante le pide a Dios no permitir que se quede donde está, sino ayudarle a llegar a donde Dios quiere.