El Internet de las Cosas (IoT) conecta objetos cotidianos a Internet para hacerlos más interactivos. Se basa en chips y circuitos que permiten a objetos funcionar como sensores o realizar acciones de forma remota a través de una dirección IP. El IoT mejorará servicios públicos como el transporte, la seguridad y la salud mediante el incremento de información generada por objetos conectados, como se ve en proyectos actuales de control de contaminación y predicción de crímenes.