1. Nació en Llallagua y vivió toda su vida en Tarata. Durante un tiempo estuvo en La Paz donde fue testigo del asesinato del ex presidente Gualberto Villarroel<br />Isidora y el terror por la llegada de los ucureños<br />Quedó viuda después de 26 años de matrimonio, en 1952, uno de los años más violentos que vivió el país, en el que los hechos políticos cambiaron radicalmente la historia de la República de Bolivia.<br />“Yo tenía 18 años y él… 60. Se llamaba Daniel Vallejos, era viudo y me ha robado. Después nos casamos y tuvimos 10 hijos, vivieron sólo cuatro, dos mujeres y dos varones”, dice Isidora Chavéz Abastoflor a sus casi 103 años.<br />“Yo era pobrecita cuando lo conocí. Me cocinaba, me lavaba, así no más vivía y ahí no más me he casado. Él era bueno… mis hijos creo que se han muerto por falta de cuidado, porque yo mucho trabajaba y no le atendía a las wawas”, dijo y explicó que su esposo no fue a la Guerra del Chaco y murió por causas naturales a los 94 años, en la gestión en el que estalló la revolución nacionalista. Ese año ella fue testigo de la llegada de los campesinos de Ucureña y asegura que hasta ahora no puede olvidar la desesperación por cuidar a sus hijos mezclada con el sonido de los disparos en la plaza tarateña.<br />Sentada sobre la silla de ruedas que la Delegación Presidencial le regaló a los ancianos del área rural el año 2009, recuerda su infancia en Huanuni y su llegada a Tarata junto a su madre, quien “se dio a la vida alegre y con otro hombre se han venido, Jorge Barrientos se llamaba. Unos años antes mi padre, Antonio Chavez, que era conductor de locomotora se fue con otra mujer”.<br />Su cabello está muy bien peinado en dos largas, pero muy delgadas trenzas. Esta muy bien vestida, pues su manta y chompa azules, combinan perfectamente con su pollera y blusa plomas. Lleva medias nylon que la protegen del frio que llega acompañando a la lluvia tarateña y un par de zapatos negros, con flores en la punta y un taco, más bien, pequeño.<br />“Aquí en Tarata yo vendía chicha a veces, y muquito también me hacía para vender. La mayor parte del tiempo aquí se come lawa y chaque no más. A mí me gustaba cocinar changa, chairo y chaque de trigo”, dice y recuerda que no fue a la escuela cuando era niña. <br />“He venido será cuando tenía ocho años y había un tren, yo he viajado tranquila, iba a Catavi y Llallagua, iba a Oruro, llevando algunas cositas como relicarios y virgencitas que vendíamos. Mi mamá me mandaba cuando yo era chica”, asegura.<br />Mirando el patio de su casa, en medio de la lluvia de verano y escondido en lo más profundo de sus recuerdos, emerge la fiesta del santo que atrae el agua: San Severino, quien sólo sale una vez al año en el mes de noviembre del templo de Tarata, para hacer llover y garantizar una buena producción agrícola. “Le pedimos agua. Ese día de la fiesta ha llovido, porque yacu tatala le decimos… no siempre llovía y los maizales se secaban y por eso al tata San Severino se pedían… haznos llover… se pedían”. <br />Este santo es un centurión romano, que el papa XXXX<br />….<br />Hitos históricos en los que participó<br />Ucureños en el valle<br />“Todos nos hemos asustado. Nos habíamos olvidado de mi hija… nosotros teníamos mucho susto porque tres o cuatro han muerto, porque los ucureños han entrado y han muerto varios. Antes no peleábamos con ellos. Los ucureños han hecho baleaduras y han entrado aquí los ucureños a asaltar todo”<br />La Ch’ampaguerra<br />“Ese pasaje es un hecho histórico que no se puede invisibilizar en la historia de Cochabamba. Es un hito que debemos conocer, pues fue lo que se denominó como la Ch’ampaguerra, en la que se pelearon adeptos al MNR, de Walter Guevara Arce contra adeptos del MNR de Víctor Paz Estenssoro, que fueron alentadas por un factor limítrofe”, según el costumbrista Wilfredo Camacho.<br />“Fue el enfrentamiento entre pueblos hermanos por motivos políticos, porque eran dirigentes agrarios sindicales politizados en extremo que dividieron, porque incluso dentro de una misma familia habían bandos de un lado o del otro que llegaban a golpearse y dejar de saludarse”, dijo la antropóloga Melby Mojica, quien además señaló que “había un hito por el que no podían pasar, a pesar de ser miembros de la misma familia y tenían armamento, esos antiguos fusiles mausser”.<br />La experta aseguró que durante el gobierno de Barrientos se tuvo que pacificar la zona “porque penetro a lo más profundo del sentimiento de estas comunidades la confrontación”.<br />…<br />Muerte de Villarroel<br />Además de vivir en Llallagua y en Tarata, Isidora Chávez Abastoflor, también vivió en La Paz, donde fue testigo del colgamiento del ex presidente Gualberto Villarroel, pues en el año 1946 administraba una pensión en la sede de Gobierno, que quedaba cerca de la Plaza Murillo, donde el ex presidente nacido en Villa Rivero, cerca de Punata, fue colgado después de ser asesinado.<br />Turba irracional<br />“El 21 de julio de 1946 la turbamulta tomó la plaza Murillo. Al medio día el mandatario firmó su renuncia. No bastó. Un grupo de activistas asaltó el palacio y asesinó al Presidente, a su edecán Waldo Ballivián, a su secretario privado Luís Uria, al jefe de Tránsito Max Toledo y a Roberto Hinojosa. El cadáver de Villarroel fue lanzado desde un balcón de palacio hasta la plaza, arrastrado hasta un farol y colgado junto a otros de sus compañeros de infortunio. Todo en medio de una multitud enardecida. Fue una imagen que Bolivia no olvidará nunca, el desencadenamiento de la irracionalidad de las masas que marcó con violencia el destino del país”. (Extraído de Historia de Bolivia, de José de Mesa, Teresa Gisbert y Carlos D. Mesa Gisbert.<br />…<br />René Barrientos Ortuño<br />“Conocí al ex presidente René Barrientos. Joven todavía era. En el vuelo murió, el tarateño era. Yo lo vi de 30 o 40 años será, pero 50 no tenía. Venía a Tarata cuando Presidente era, Barrientos, Barrientos le decíamos. Cada vez venía y todos les festejábamos. En el avión creo que ha muerto, todos hemos estado muy tristes. Han llorado mucho, mucho han sentido. Bueno era con su pueblo. Aquí venía no mas a mirar, pero no hacía nada yo nunca no he hablado con él”.<br />3° Presidente tarateño<br />“El copiloto del avión que trasladó en su regreso triunfal a Paz Estenssoro el 15 de abril de 1952, asumió la Presidencia tras derrocarlo”, relata el libro Historia de Bolivia de José de Mesa, Teresa Gisbert y Carlos D. Mesa Gisbert, que además informa que en ese gobierno desterró a Hernán Síles Suazo y a Juan Lechín Oquendo y puso como ministros de Hacienda a Juan José Torrez y de Educación a Hugo Banzer.<br />Nació en Tarata el 30 de mayo de 1919. En 1945 en los Estados Unidos egresó como piloto. En 1964 fue elegido vicepresidente de la república y derrocó a Paz Estenssoro. Fue presidente de la junta militar (1964 – 1965), co – presidente junto a Alfredo Ovando (1965) y en 1966 fue elegido Presidente constitucional. El 9 de octubre de ese año ordenó la ejecución del guerrillero argentino – cubano, Ernesto Ché Guevara y el 27 de abril de 1969 murió en un accidente de helicóptero en Arque.<br />…<br />Historia de Tarata<br />“Ningún otro pueblo ha aportado tanto a la patria como Tarata”, dijo el ex presidente, René Barrientos Ortuño, al hacer referencia a la también conocida como Villa de la Madrid, que fue la cuna del principal héroe de la independencia cochabambina, Estebán Arce; de dos de los diputados que firmaron el acta de Independencia de la República de Bolivia, Matías Terrazas y Manuel de la Cruz Méndez; y de tres jefes de Estado, Mariano Melgarejo, José Quintín Mendoza y el propio Barrientos. <br />Fue creada como villa el 29 de noviembre, por Simón Bolivar; elevada a nuevo departamento del país, el 5 de septiembre de 1866 por el presidente Mariano Melgarejo; y convertida en provincia por el general Agustín Morales, el 4 de enero de 1872, quien asumió esta decisión, tras derrotar a Melgarejo”. (Extraído de la Reseña Histórica de Tarata, elaborada por la Dirección de Turismo y Cultura de la Honorable Alcaldía Municipal de Tarata). <br />…<br />