El documento describe algunos ilustrados españoles del siglo XVIII como Ramón Pignatelli, Andrés Piquer y el Conde de Aranda, y destaca sus contribuciones a la sociedad. También menciona monumentos e iglesias neoclásicas en Zaragoza como el Canal Imperial de Aragón, la Iglesia de San Fernando y la Fuente de los Incrédulos, que fueron promovidos por estos ilustrados para mejorar la agricultura, el comercio y la sociedad en general.