Este documento narra la historia de María Joaquina Aizpuru, una mujer quiteña del siglo XIX que quedó embarazada fuera del matrimonio. Joaquina dio a luz a una hija llamada Manuela y se ocultó para evitar el escándalo social. Más tarde regresó a casa de su padre arrepentida. Con el tiempo, Joaquina se volvió más ausente de la realidad y terminó siendo internada en un convento, donde pasó tres años dormida y preguntando por su hija Manuela.