Este documento resume las ideas de J. Krishnamurti sobre la libertad y el amor. Krishnamurti explica que la verdadera libertad surge de un amor que no exige nada a cambio ni está condicionado por el miedo o los deseos. Para ser libres, debemos comprender y romper con toda dependencia interna, ya sea de otras personas, creencias o ideas, pues sólo entonces podremos amar sin ataduras ni expectativas.

1. Krishnamurti – El amor que no exige nada
J. Krishnamurti (1895-1986) fue un pensador que nunca tuvo una posición universitaria. Nacido en la India,
fue adoptado por la Sociedad Teosófica y educado en Inglaterra, pero de joven abandonó la sociedad,
declarando que "la verdad no tiene camino". Por tanto, rechazó los vínculos con cualquier nacionalidad,
religión, gurú, tradición o dogma. Durante el resto de su vida habló con grupos e individuos de todo el
mundo, discutiendo con ellos la necesidad de una revolución interior hacia la libertad.
Los siguientes pasajes han sido adaptados de una conversación de Krishnamurti con escolares, recogida en
el libro El propósito de la educación (Think on These Things, en inglés). La libertad, explica, significa la
completa independencia de las necesidades psicológicas, del miedo, de los deseos. Por lo tanto, la libertad
debe surgir del amor libre que no exige nada.
Comprender las diversas influencias -las influencias de tus padres, de tu gobierno, de la sociedad,
de la cultura a la que perteneces, de tus creencias, de tus dioses y supersticiones, de la tradición a
la que te conformas irreflexivamente- comprenderlas todas y liberarte de ellas requiere una
profunda percepción; pero generalmente te entregas a ellas porque en tu interior tienes miedo.
Tienes miedo de no tener una buena posición en la vida; tienes miedo de lo que dirá tu sacerdote;
tienes miedo de no seguir la tradición, de no hacer lo correcto. Pero la libertad es realmente un
estado de la mente en el que no hay miedo ni compulsión, ni ansia de seguridad.
[...]
Ser libre no es simplemente hacer lo que te gusta, o romper con las circunstancias externas que te
atan, sino comprender todo el problema de la dependencia. ¿Sabes lo que es la dependencia?
Dependes de tus padres, ¿verdad? Dependes de tus profesores, dependes del cocinero, del cartero,
del hombre que te trae la leche, etc. Ese tipo de dependencia la podemos entender fácilmente. Pero
hay un tipo de dependencia mucho más profundo que uno debe comprender antes de poder ser
libre: la dependencia de otro para la propia felicidad.
¿Sabes lo que significa depender de alguien para ser feliz? No se trata de la mera dependencia física
de otro, sino de la dependencia interna y psicológica de la que se deriva la llamada felicidad. Porque
cuando dependes de alguien de esa manera, te conviertes en un esclavo. Si, a medida que creces,
dependes emocionalmente de tus padres, de tu esposa o marido, de un gurú o de alguna idea, ya
está el comienzo de la esclavitud. No entendemos esto, aunque la mayoría de nosotros,
especialmente cuando somos jóvenes, queremos ser libres.
Para ser libres tenemos que rebelarnos contra toda dependencia interior, y no podemos rebelarnos
si no entendemos por qué somos dependientes. Hasta que no comprendamos y rompamos
realmente con toda la dependencia interior, nunca podremos ser libres, porque sólo en esa
comprensión puede haber libertad. Pero la libertad no es una mera reacción. ¿Sabes lo que es una
reacción? Si te digo algo que te hiere, si te llamo por un nombre feo y te enfadas conmigo, eso es
una reacción - una reacción nacida de la dependencia; y la independencia es una reacción más. Pero
la libertad no es una reacción, y hasta que no comprendamos la reacción y vayamos más allá de ella,
nunca seremos libres.

2. ¿Sabes lo que significa amar a alguien? ¿Sabes lo que significa amar a un árbol, o a un pájaro, o a un
animal doméstico, de modo que lo cuides, lo alimentes, lo mimes, aunque no te dé nada a cambio,
aunque no te ofrezca sombra, ni te siga, ni dependa de ti? La mayoría de nosotros no amamos de
esa manera. No sabemos en absoluto lo que eso significa, porque nuestro amor está siempre
rodeado de ansiedad, celos, miedo - lo que implica que dependemos interiormente de otra persona,
que queremos ser amados. No amamos y ya está, sino que pedimos algo a cambio. Y en ese mismo
pedir, nos volvemos dependientes.
Así que la libertad y el amor van juntos. El amor no es una reacción. Si te amo porque tú me amas,
eso es un mero intercambio, una cosa que se compra en el mercado; no es amor. Amar es no pedir
nada a cambio, ni siquiera sentir que estás dando algo. Y sólo un amor así puede conocer la libertad.