La batalla de Ayacucho fue el último gran enfrentamiento de las guerras de independencia en Sudamérica. Se libró el 9 de diciembre de 1824 en Ayacucho, Perú entre las fuerzas patriotas y el ejército realista del virreinato del Perú. La victoria patriota supuso la desaparición del último contingente militar realista importante y consolidó la independencia del Perú al forzar la capitulación de las tropas realistas, poniendo fin a la resistencia del virreinato. Este suceso marcó efectivamente el fin de las gu
Trabajo realizado por alumnos de 5to grado para lque los chicos de 4to grado aprendan sobre la Bandera Argentina de manera amena. Este es uno de los tantos trabajos que prepararon.
Trabajo realizado por alumnos de 5to grado para lque los chicos de 4to grado aprendan sobre la Bandera Argentina de manera amena. Este es uno de los tantos trabajos que prepararon.
Las luchas por la justicia y la libertad ante la explotación y abuso de los españoles se dan muchos años antes de la independencia del Perú con las rebeliones indígenas como la de Túpac Amaru II.
Biografia de Jose de San Martín, militar argentino que participó de las luchas por la independencia de los paises americanos en contra de los realistas.
1. La batalla de Ayacucho fue el último gran enfrentamiento comprendido dentro de las
campañas terrestres de las guerras de independencia hispanoamericanas en América del
Sur (1809-1826) y significó la consolidación de la independencia de la República del Perú.
La batalla se desarrolló en la Pampa de Quinua en Ayacucho, Perú, el 9 de diciembre de
182414 y la victoria de los patriotas supuso la desaparición del contingente
militar realista más importante que seguía en pie, y selló la independencia del Perú con
una capitulación militar que puso fin a la resistencia del las tropas del Virreinato del Perú.
Este suceso suele ser referido como el fin de las guerras de independencia en América del
Sur,151617no obstante que una guarnición española del Real Felipe del Callao resistió
hasta 1826, y España no renunció formalmente a la soberanía de sus posesiones
continentales americanas hasta una década más tarde, en 1836. El tratado de paz,
amistad y reconocimiento con el Perú fue firmado el 14 de agosto de 1879 en París.
Índice
1Antecedentes
o 1.1Los sucesos de 1824
1.1.1Tregua en Buenos Aires y motín en el Callao
1.1.2Retirada de Bolívar y rebelión de Olañeta
2La Campaña de Ayacucho
o 2.1Orden de batalla
2.1.1Ejército Libertador
2.1.2Ejército Real del Perú
2.1.2.1Europeos en el ejército del Virrey La
Serna
o 2.2Desarrollo de las acciones
o 2.3La capitulación de Ayacucho
o 2.4Teorías conspirativas sobre la batalla de Ayacucho
3El Alto Perú tras la batalla de Ayacucho
o 3.1El nacimiento de Bolivia
o 3.2Declaración de la independencia de Bolivia
4Reconocimiento a los combatientes
o 4.1Reconocimientos a Sucre
5Notas al pie
6Bibliografía
7Enlaces externos
Antecedentes[editar]
En el año 1820 España entró en una crisis política por el pronunciamiento contra el
rey Fernando VII y la restauración de la Constitución Liberal, apoyada por el
general Rafael de Riego, quien sublevó la expedición de 20.000 soldados para auxiliar a
los realistas de América. Esto acabó para siempre con las expediciones de refuerzos
de España, que desde entonces no se aprestaron para ningún lugar de América, y motivó
que los dos grandes virreinatos, del Perú y de Nueva España, que hasta el momento
habían contenido el avance de la revolución hispanoamericana tomasen el camino de la
independencia.
En América del norte, el virreinato de México, tras derrotar a la insurgencia, se constituye
en una monarquía independiente mediante el Plan de Iguala y el pacto de las tres
garantías. Los trigarantes tras derrotar al virrey Apodaca, pretenden acordar la separación
pacífica de la España Liberal mediante los Tratados de Córdoba , pero no se llega a un
acuerdo y se suceden los Intentos españoles de reconquista de México hasta 1829. En
2. América del sur, la sublevación de Rafael del Riego había hecho desaparecer la amenaza
de invasión de Venezuela y del Río de la Plata, y esto permitió el avance de las Corrientes
Libertadoras de América del sur hacia el Perú. El virrey Joaquín de la Pezuela había
quedado desacreditado por la derrota de la expedición de Mariano Osorio en Chile, por el
aislamiento marítimo, y por la invasión de la Expedición Libertadora del Perú de José de
San Martín, que consigue cercar Lima en la campaña de Cerro de Pasco y provoca
la deserción del Numancia. Esta sucesión de derrotas determinan que Pezuela sea
derrocado por el general español José de la Serna el 29 de enero de 1821 en el golpe
militar de Aznapuquio. La Serna abandonó Lima con un ejército en plena desintegración
sin ser apenas molestado para refugiarse en la sierra peruana.
Pero el Ejército Real del Perú, bajo una sólida subordinación militar, se rearma y consigue
destruir sucesivos ejércitos independientes. El primero en la batalla de Ica, mandado por
los patriotas Domingo Tristán y Agustín Gamarra. Un año después, tras la retirada de José
de San Martín por la Entrevista de Guayaquil, los realistas consiguen aniquilar
la Expedición Libertadora dirigida por Rudecindo Alvarado en las campañas
de Torata y Moquegua. El año 1823 terminaba con la destrucción de otro ejército patriota
comandado por Andrés de Santa Cruz y Agustín Gamarra, en otra campaña abierta sobre
los Puertos Intermedios, que comenzó con la batalla de Zepita en Puno, y la ocupación de
la ciudad de La Paz el 8 de agosto, consiguiendo llegar a Oruro en el Alto Perú. Pero el
virrey La Serna, en una campaña apodada "del Talón", persiguió las tropas de Santa Cruz
que acaban desbandadas y recuperó Arequipa tras batir a Antonio José de Sucre, quien
reembarcó a los colombianos el 10 de octubre de 1823.
Finalmente, lo que restaba de optimismo se apagaba por las acusaciones de traición
contra los presidentes peruanos José de la Riva Agüero y José Bernardo de Tagle. Riva
Agüero deportó diputados del Congreso del Perú y organizó un congreso paralelo
en Trujillo, y luego de ser declarado reo de alta traición por el Congreso del Perú18 fue
desterrado a Chile. En cambio Torre Tagle buscaba firmar una paz sin batallas con el
virrey La Serna, por lo cual fue a entrevistarse con los realistas. Este acto fue considerado
por Simón Bolívar como traición. Tagle dispuso que todas las fuerzas a su mando
apoyaran a Bolívar para hacer frente al enemigo, mientras este buscaba capturarlo para
fusilarlo.19 José Bernardo de Tagle encontró refugio con los realistas en la asediada
fortaleza del Callao.
Fue así como al culminar el año 1823, a pesar de sus contundentes triunfos realistas en
los anteriores hechos de armas y mientras el recién llegado Bolívar escribía solicitando
refuerzos de Colombia, y preparaba activamente la que sería la campaña final contra el
Ejército Real del Perú, la situación empezaba a tornarse crítica para los sostenedores de la
causa del rey:
"..El virrey la Serna por su parte, sin comunicaciones directas con la Península, con las más
melancólicas noticias del estado de la metrópoli... y reducido por lo tanto a sus propios y exclusivos
recursos pero confiando notablemente en la decisión, en la unión, en la lealtad y en la fortuna de sus
subordinados, aceleraba también la reorganización de sus tropas y se aprestaba a la lucha que
miraba próxima con el coloso de Costa-firme. Un triunfo más para las armas españolas en aquella
situación, haría ondear de nuevo el pabellón castellano con inmarcesible gloria hasta el mismo
Ecuador; pero otra suerte muy distinta estaba ya irrevocablemente escrita en los libros del
destino. .."
Gnrl. AndrésGarcía Camba.20
Los sucesos de 1824[editar]
Tregua en Buenos Aires y motín en el Callao[editar]
Artículo principal: Sublevación del Callao
El historiador Rufino Blanco Fombona dice que "Todavía en 1824 Bernardino
Rivadavia pacta con los españoles, estorbando así la campaña de Ayacucho":21 El 4 de
julio de 1823, Buenos Aires concluyó una tregua con los comisionados españoles
(Convención Preliminar de Paz) que le obligaba a mandar negociadores a los demás
gobiernos sudamericanos para que pueda tener efecto la misma.22 Se estipulaba que las
3. hostilidades cesarían 60 días después de su ratificación y subsistiría durante un año y
medio, mientras se negociaría un tratado definitivo de paz y amistad. Con este motivo se
reunieron en la ciudad de Salta Juan Gregorio de Las Heras con el brigadier Baldomero
Espartero, sin alcanzar acuerdo alguno. Entre otras medidas tomadas por el virrey para
contener su inminente rebelión, el 10 de enero de 1824 se le ordenó a Olañeta:
Advierto a V.E. que no debe disponer ninguna expedición en dirección alguna sobre las provincias
de abajo sin expresa orden mía pues además de que en Salta están reunidos para tratar de
negociar, el General Las Heras por parte del Gobierno de Buenos Aires y el Brigadier Espartero por
la de este superior Gobierno (...)23
Rivadavia creía que el proyecto establecería la paz y paralizó el esfuerzo de las
autoridades de Salta sobre el Alto Perú, negó auxilios y retiró los puestos avanzados,24
dañando la causa del Perú.
Al respecto, el historiador y militar de origen irlandés Daniel Florencio O'Leary opinó que
con esa tregua "Buenos Aires se ha retirado implícitamente de la contienda",25 y que "el
Gobierno de Buenos Aires pacta con los españoles, con perjuicio de la causa
americana".26
El 1 de enero de 1824 Bolívar cayó gravemente enfermo en Pativilca. En esas fechas llegó
a Lima Félix Álzaga, ministro plenipotenciario de las Provincias Unidas del Río de la
Plata para solicitar al Perú su adhesión a la tregua y que fue rechazada por el Congreso
Peruano. Pero asimismo desde el 4 de febrero de 1824 se sublevó el acuartelamiento del
Callao compuesto por el total de la infantería argentina de la Expedición Libertadora, junto
con algunos chilenos, peruanos y colombianos: cerca de 2000 hombres, que además se
pasaron a los realistas,27 enarbolando el pabellón español y entregaron las fortalezas del
Callao. El regimiento de granaderos a caballo de los Andes también se amotinó en Lurín el
14 de febrero, dos escuadrones se dirigieron al Callao para unirse a sublevados, pero al
saber que se habían pasado a los realistas, un centenar de ellos con los jefes del
regimiento se dirigieron a Lima para unirse a Bolívar. El cuerpo fue luego reorganizado por
el general Mariano Necochea por orden de Simón Bolívar..
Ante tales sucesos,28 el ministro de Colombia, Joaquín Mosquera, «temiendo la ruina de
nuestro ejército» preguntó:«¿Y qué piensa Ud. hacer ahora?», a lo que Bolívar, con tono
decidido, le respondió:
¡Triunfar!
Simón Bolívar, Pativilca, 1824.
El Sitio de El Callao prolongó la guerra hasta 1826, además inmediatamente desembocó
en la ocupación de Lima por Canterac, y se afirma que en mayo de 1824 con una acción
militar contra Bolívar "habrían dado el último golpe a la independencia de esta parte de
América".29
Retirada de Bolívar y rebelión de Olañeta[editar]
Artículo principal: Rebelión de Olañeta
Una semana después del motín del Callao, Bolívar ordenó abandonar Lima, y
desde Huaraz, se pone en marcha la retirada general del ejército de Colombia en dirección
hacia el norte,30 enviando ordenes para reagruparse en Huamachuco (en la sierra) y
Trujillo (en la costa). Ordenó que el repliegue general se hiciera devastando el territorio
peruano, talando los campos, secuestrando el ganado, y bajo una política general
de Tierra quemada, destruyendo cualquier recurso de los pueblos peruanos para que no
pudiera servir de sustento al Ejército Real del Perú. Lo que Tomás de Heres había venido
a llamar “guerra a la colombiana”. A los departamentos libres del Perú, además de la
contribución sangre, se les exigió el dinero hasta pagar el sueldo integro del ejército
colombiano. 31 Respecto a la marina peruana, Bolívar desde Trujillo ordenaba al jefe de la
escuadra Martín Guise, echar a pique los buques patriotas del Callao que no pudieran
abandonarlo, entre ellos se perdió la fragata Venganza o Guayas, y cambiar por
colombianos los capitanes de los buques peruanos Limeña y Macedonia que se
encontraban en el puerto de Guayaquil.32
4. Bolívar sabía que la división de Canterac se hallaba asentada en Jauja, aparcada a la
espera de la llegada de la división de Jerónimo Valdés. Y que reunidas iniciarian la
ofensiva en la sierra, lo que obligaría a Bolívar a una retirada, y esto produciría la
desaparción del ejército de Colombia en el Perú, y haría peligrar el sur de Colombia, hasta
las región de Pasto, favorable todavía a la monarquía española.33 Bolívar se puso en
contacto con sus generales en Quito y con su vicepresidente en Colombia advirtiéndoles
de la irremediable pérdida del Perú. Se puso en ejecución el plan de retirada,34 con Bolívar
en Trujillo y con el ejército colombiano en retirada general hacía el norte, cuando
felizmente el bando independentista recibió la noticias de la Rebelión de Olañeta.
El mapa estratégico había cambiado decisivamente a favor de Bolívar. Sorpresivamente, al
comenzar el año 1824, todo el ejército realista del Alto Perú se sublevó junto al caudillo
absolutista español Pedro Antonio Olañeta contra el Virrey del Perú, tras saberse que en
España había caído el gobierno Constitucional. Efectivamente, el monarca Fernando VII
de España y sus partidarios absolutistas, recuperaban el gobierno apoyados por 132.000
soldados franceses del ejército de la Santa Alianza, que ocuparán España hasta el
año 1828. Rafael del Riego moría ahorcado el 7 de noviembre de 1823 y los propulsores
del movimiento liberal fueron ajusticiados, marginados o exiliados de España. El 1 de
octubre de 1823 el monarca decretaba la abolición de todo lo aprobado durante los tres
años de gobierno constitucional, lo que anulaba el nombramiento de La Serna como Virrey
del Perú. El alcance de la purga sobre los constitucionales de Virreinato del Perú parecía
infalible.
José de la Serna e Hinojosa, último virrey del Perú (1821-1824).
Olañeta ordena el ataque de los realistas altoperuanos contra los constitucionales del
virreinato peruano.35 La Serna cambió sus planes de bajar a la costa para batir a Bolívar, y
mandó a Jerónimo Valdés en dirección contraria, al sur, con una fuerza de 5000 veteranos
a cruzar el río Desaguadero, para dirigirlo a Potosí contra su antiguo subordinado, lo que
se llevó a cabo el 22 de enero de 1824. Las Memorias para la historia de las armas
5. españolas en el Perú del oficial peninsular Andrés García Camba (1846) detallan el
trastorno que los sucesos del Alto Perú produjeron en los cálculos defensivos del virrey.
Tras una prolongada campaña militar altoperuana en las batallas
de Tarabuquillo, Sala, Cotagaita, y finalmente la Lava el día 17 de agosto de 1824, ambas
fuerzas realistas, del Virreinato del Perú (liberales) y de las provincias del Alto Perú
(absolutistas), se diezmaron mutuamente, perdiendo jefes y tropas veteranas que serían
irreemplazables.
Bolívar mientras aumentaba y reforzaba su ejército. En marzo de 1824 desembarcó
en Trujillo el experimentado general de brigada José María Córdova, cuya acción habría
de decidir la batalla de Ayacucho, y por lo que sería ascendido a general de división en el
mismo campo de batalla; y que arriba todavía con más refuerzos proveniente de
Guayaquil, con él llegan dos nuevos batallones veteranos de Colombia, y a estas tropas
frescas los manda inmediatamente a reforzar al general Sucre en la sierra.36 Y así, en
permanente comunicación con Olañeta, con el que se carteaba Bolívar, aprovechó el
desmontaje del aparato defensivo realista para "movernos en todo el mes de mayo
contra Jauja", y destruir la división de José de Canterac, aislado en Junín el 6 de agosto de
1824. Dio comienzo entonces una incesante persecución con la consecuente deserción de
2700 realistas, que seguidamente engrosaban las filas independientes. Finalmente el 7 de
octubre de 1824, con sus tropas a las puertas del Cuzco, Bolívar entregó al general Sucre
el mando del nuevo frente de batalla, que recorría el curso del río Apurímac, y se retiró a
Lima para tomar de la capital más empréstitos para sostener la guerra en el Perú, y recibir
una nueva división colombiana de 4.000 hombres despachada por Francisco de Paula
Santander que no llegaría sino después de Ayacucho.37