La cadencia en el ciclismo se mide en RPM y puede clasificarse como baja o alta, dependiendo de si es cómoda o incómoda para el ciclista. La fisiología muscular incluye fibras lentas, que queman grasa como combustible y son resistentes a la fatiga, y fibras rápidas, que queman glucógeno pero se fatigan rápido. La cadencia óptima normalmente está entre 88 y 95 RPM para carreras, 100-105 RPM para velocidad, y menor a 72 RPM para montaña.