En este momento, el mundo de los componentes electrónicos se encuentra invadido por producciones realizadas en países de alta producción y bajo coste. Un bajo coste que se consigue reduciendo, por ejemplo, la calidad de los plásticos de las carcasas o de los metales de las sondas. Estas producciones de menor calidad son en muchos casos casi imposibles de distinguir de aquellos productos que pretenden imitar, tal es el grado de copia en formas, tamaños y colores.