Eclesiastés 7:2 Mejor es ir a la casa del luto que a la casa del banquete; porque aquello es el fin de todos los hombres, y el que vive lo pondrá en su corazón. Eclesiasté 7:3 Mejor es el pesar que la risa; porque con la tristeza del rostro se enmendará el corazón. Eclesiastés 7:4 El corazón de los sabios está en la casa del luto; mas el corazón de los insensatos, en la casa en que hay alegría. El escritor de Eclesiastés da a conocer algo que es muy interesante y a la vez impactante, ya que hace un llamado a ir a la casa del luto, es decir, a un lugar donde podamos lamentar, meditar y saber que hay una muerte. También hace un contraste con la casa de la alegría y la coloca como insensatez. Cuando el escritor da a conocer esto, lo hace para dar a entender la importancia de la transformación del pensamiento del hombre, y que este pensamiento puede enmendar su camino, no así el que vive en banquete continuo o solo en la alegría, porque no hay un pensamiento que lo lleve a meditar y por consecuencia que sea enmendado su camino.