La cerdita de Jazmín era traviesa y le gustaba revolcarse en el lodo, por lo que siempre estaba sucia. Jazmín pidió ayuda a su hada madrina para que la cerdita estuviera siempre limpia, así que le puso el corazón de una gata. Esto hizo que dejara de ensuciarse pero también perdió su personalidad alegre, por lo que Jazmín pidió que le devolvieran su propio corazón.