La cocina ha evolucionado a lo largo de los siglos XX y XXI, pasando de ser un espacio separado y pasivo a convertirse en una zona abierta y activa integrada en el resto de la vivienda. A principios del siglo XX la cocina solía tener alacenas cerradas, mientras que a partir de los años 20 se hicieron más abiertas y ergonómicas, centrándose no solo en la apariencia sino también en la funcionalidad.