2. INTRODUCCIÓN.
La pérdida de los restos del imperio colonial en
1898 a manos de EE.UU. (Cuba y Filipinas sobre
todo) abre una profunda crisis política en España,
donde se cuestionan los fundamentos del régimen
de la Restauración, especialmente por parte de los
regeneracionistas. Estas críticas obligan a los
gobiernos de Alfonso XIII a proyectar una serie de
reformas, marginando las propuestas de la
oposición (regionalista, republicana y obrera), de
escasa eficacia, como se demuestra en la Semana
Trágica de 1909, que anuncia el principio de la crisis
final de la Restauración.
Martha Rosa Cáceres Mayorga
5.
1.1.- EL INDEPENDENTISMO CUBANO.Las islas de Cuba y Puerto Rico fueron las únicas colonias que siguieron
perteneciendo a España tras el proceso de independencia hispanoamericana
del primer cuarto del siglo XIX. En la primera, España tenía unos poderosos
intereses económicos: Cuba era la principal exportadora mundial de azúcar (la
caña era trabajada en plantaciones por mano de obra esclava), teniendo
también una producción notable de café y tabaco; además, constituía un
importante mercado para las producciones españolas, lo que se reflejaba en la
aplicación de unos elevados aranceles proteccionistas, que perjudicaban los
intereses de los hacendados isleños y de Estados Unidos que compraba la
mayor parte de las exportaciones cubanas, pero que no cubría más que un
tercio de las importaciones de la isla.
La primera insurrección cubana por la independencia entre 1868-1878, en
la que sólo se hacen a los cubanos algunas promesas autonomistas, va a
reanudarse en 1895, tras el rechazo a la nueva ley de aranceles de 1891 y a un
tímido proyecto de autonomía para la isla de los liberales. La guerra se inicia en
febrero de 1895, bajo el liderazgo de José Martí (fundador del Partido
Revolucionario Cubano en 1892), provocando el envío sucesivo por Cánovas a
la isla de los generales Martínez Campos, más conciliador, y de Weyler, más
duro, que llega a concentrar a la población campesina en aldeas fortificadas
para impedir su apoyo a los guerrilleros insurrectos
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9. .
El fracaso de sus actuaciones, que sólo trajeron
penalidades para la población y graves daños para
la economía cubana, además de no impedir el
altísimo número de muertes entre los soldados
españoles (la mayoría por enfermedades), llevó a un
último intento de solución pacífica con el relevo de
Weyler y la concesión de una autonomía más
amplia, pero éste llegaba demasiado tarde: los
independentistas ya no la aceptaban y Estados
Unidos había decidido intervenir.
Esta situación crítica de Cuba se unía a la de
Filipinas, donde el levantamiento independentista
(1896-1897), encabezado por José Rizal, fue
duramente reprimido, acabando con la ejecución de
su líder.
Martha Rosa Cáceres Mayorga
14.
La intervención de Estados Unidos obedece a su política
expansionista y a la defensa de sus intereses económicos. El
pretexto para declarar la guerra a España fue el hundimiento, tras
una explosión, de uno de sus buques de guerra, el crucero
Maine, fondeado en el puerto de La Habana. Tras exigir la
proclamación unilateral de la independencia de Cuba, e incluso
directamente la compra de la isla, en abril de 1898 el Congreso de
los Estados Unidos declaró formalmente la guerra a
España, desarrollándose una rápida guerra que terminó con la
derrota de la escuadra española en Cavite (Filipinas) y Santiago
(Cuba) y el desembarco norteamericano en Puerto Rico.
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18.
El conflicto concluyó, en diciembre de 1898, con el
Tratado de París, por el que Puerto Rico, Filipinas y la
isla de Guam (en el archipiélago de las Marianas) fueron
cedidas a Estados Unidos, mientras que Cuba, aunque
formalmente independiente, queda bajo control
americano. La pérdida del imperio español se completó
con la venta a Alemania, en 1899, de los archipiélagos
de las Carolinas, las Palaos y el resto de las Marianas.
España queda reducida a una potencia sin relevancia
internacional, de cuyo amplísimo imperio sólo queda
algunos enclaves en África.
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21.
La pérdida de los restos del imperio colonial no produjo una profunda crisis
económica –el coste económico de la derrota se compensó por la
repatriación de los capitales cubanos, reinvertidos básicamente en la
industria- ni tampoco grandes cambios políticos –nadie se responsabilizó
del desastre, aunque el ejército culpó del mismo al poder civil-, pero amplió
una corriente anterior al desastre, reducida a los círculos intelectuales, que
planteaba la necesidad de reformar o regenerar el sistema de la
Restauración.
Los representantes de esta corriente de pensamiento, el
regeneracionismo, entre los que sobresale Joaquín Costa, van a
denunciar el aislamiento del cuerpo electoral del país, la corrupción de los
partidos políticos y el atraso económico y social del pueblo español
respecto de otros países europeos más avanzados. Para superar este, y
alcanzar la europeización o modernización, proponen una actuación
encaminada al bien común, y no al exclusivo de la oligarquía, centrada en la
reorganización política –basada a su vez en la limpieza del sistema electoral
y la dignificación de la vida parlamentaria-, la reforma educativa y una
política de activación de las obras públicas y la agricultura (el país
necesitaba, tal como resumía Costa, “despensa y escuela”).
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24.
.- LAS REFORMAS INSTITUCIONALES
El regeneracionismo influyó en la actividad política española del primer
tercio del siglo XX, tanto dentro del sistema de la Restauración, pero en la
práctica no produjo una modificación profunda de las estructuras
políticas, sucediéndose diversas crisis hasta el final del régimen de la
Restauración.
Desde 1898, los diversos gobiernos emprenden algunas reformas para
regenerar el sistema, pero éstas apenas prosperan por la debilidad de éstos
debido a la crisis de liderazgo de los partidos dinásticos tras la desaparición
de Cánovas y Sagasta y el intervencionismo político de Alfonso
XIII, proclamado rey en 1902.
La mayor parte de las reformas corresponde al gobierno largo del
conservador Antonio Maura (1907-1909), que pretendía hacer “la revolución
desde arriba”, es decir, reformar el sistema para poderlo mantener: aprobó la
“Ley de Reforma Electoral” de 1907 que no consiguió democratizar el sistema
político, pero hizo más difícil el fraude electoral; en relación con la economía, se
tomaron algunas medidas intervencionistas para fomentar la producción
industrial y el comercio exterior, y potenció la legislación social, regulando el
descanso dominical.
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26.
Previamente, los liberales entre 1905 y 1907, habían reducido sus
reformas al ámbito religioso, con la intención de limitar el papel de la
iglesia en la sociedad, pues, para frenar el descontento del ejército
por el auge electoral del catalanismo y las críticas de la prensa tras
el desastre del 98, aprobaron la ley de jurisdicciones (1906), en la
que quedaban sometidos a la justicia militar las ofensas a la
patria, la bandera y el ejército, en una clara limitación de la libertad
de expresión e intromisión del ejército en la vida política.
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28.
La primera crisis grave del reinado de Alfonso XIII se produce en
1909, como consecuencia del envío de reservistas (soldados que, tras
finalizar su servicio militar, pasaban a la reserva, en su mayoría obreros y
padres de familia) a sofocar una rebelión de indígenas en la región marroquí
del Rif, territorio situado en el norte de Marruecos entre Ceuta y Melilla, y
sobre el que le son reconocidos a España derechos de ocupación -y de
explotación minera y económica- por las principales potencias coloniales en
la Conferencia de Algeciras de 1.906.
El embarque de las tropas movilizadas en el puerto de Barcelona originó
un movimiento de protesta, iniciado con una huelga general convocada por
las organizaciones obreras y los lerrouxistas. El gobierno declaró el estado
de guerra y utilizó el ejército para reprimir la manifestación, lo que
desencadenó una insurrección popular, de carácter antimilitar y
anticlerical, denominada Semana Trágica (cien muertos y quinientos
heridos). La represión que siguió a este episodio fue muy
dura, ejecutándose tras un juicio fraudulento al pedagogo anarquista
Francesc Ferrer i Guardia, lo que provocó una oleada de protestas
internacionales y el desprestigio del gobierno y de la monarquía.
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31.
La crisis provocó la destitución de Maura, responsable de la
dura represión gubernamental, y su sustitución por el liberal
José Canalejas en 1.910, que realizó el último intento de
regeneración institucional: Ley de Asociaciones Religiosas
(ley del candado) para frenar el número de órdenes religiosas
y la influencia de la Iglesia; proyecto de mancomunidades
provinciales; democratización del servicio militar, haciéndolo
obligatorio y eliminando las redenciones en metálico;
liberalización de la enseñanza, hasta ahora monopolizada por
la iglesia, etc. Su asesinato en 1.912, víctima de un atentado
anarquista, abre una etapa de graves disputas en el sistema
de partidos dinásticos, en el que se abandonan las
propuestas regeneracionistas, anunciando el principio del fin
del régimen de la Restauración.
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