La crónica describe la carrera de la nadadora alemana Franziska van Almsick, quien ganó múltiples medallas en Juegos Olímpicos y campeonatos mundiales desde una edad temprana. Sin embargo, el éxito trajo fama y presión mediática que contribuyeron a una anorexia. A pesar de romper récords mundiales en 2002, no pudo ganar el oro olímpico que buscaba en Atenas 2004, lo que la llevó a retirarse para empezar a vivir su vida.