El documento argumenta que los educadores deben responder a las preguntas de qué, para qué y para quién enseñan para optimizar el aprendizaje de los estudiantes. También deben conocer al individuo, su entorno y sus intereses para optimizar el contenido, tiempo de aprendizaje, técnicas de enseñanza y acceso a la información, ya que el ser humano y el mundo están en constante cambio.