El salmo 89 alaba la fidelidad eterna de Dios. Describe cómo Dios demostró su fidelidad al elegir a David como rey de Israel no por sus méritos sino por su misericordia. Afirma que la promesa de Dios a David se cumplió en Jesús y que Su fidelidad se extiende a todas las generaciones. El salmo celebra que Dios es incomparable y fiel y que quien se acerca a Él disfrutará de Su bondad.