La calidad de un sistema educativo depende en gran medida de la calidad de sus docentes. Los maestros con sólida formación académica y pedagógica son capaces de transmitir conocimientos de manera efectiva y generar un aprendizaje significativo en los estudiantes. Sin embargo, otros factores como el entorno escolar, el apoyo de la familia y los recursos también influyen notablemente en la calidad del sistema educativo.