Los actores involucrados son Laura Contreras, la madre biológica de la niña, y los señores González, quienes compraron a la niña de Laura para evitar que fuera vendida. Ahora, años después, la niña no puede ser registrada legalmente y se desconoce el paradero de Laura. De no intervenirse, la niña podría quedarse sin acceso a derechos civiles. La solución más respetuosa a la legalidad es acudir a las autoridades gubernamentales u obtener los servicios de un abogado para resolver la