BIOMETANO SÍ, PERO NO ASÍ. LA NUEVA BURBUJA ENERGÉTICA
La hominizacion
1. ,
LA HOMINIZACION
• Analizar el proceso de hominización mediante el análisis de la teoría de la evolución y de
su explicación respecto de las distintas etapas por las cuales los homínidos
evolucionaron hasta alcanzar las características de los humanos contemporáneos.
• Estudiar las teorías que explican el poblamiento del continente americano y del territorio
actual de Costa Rica.
• Analizar el origen de la agricultura y su importancia en la conformación de las primeras
grandes civilizaciones antiguas, en especial las del Cercano y Medio Oriente y las de
Grecia y Roma.
2. La teoría de la evolución. El poblamiento de América. El poblamiento de Costa
Rica. Las sociedades de cazadores y recolectores. El origen de la agricultura y de
las sociedades complejas. Las civilizaciones del Cercano y del Medio Oriente:
Egipto y Mesopotamia; hebreos y fenicios; Grecia y Roma
Los seres humanos se interesan por
conocer sus orígenes, como seres biológicos
y como seres sociales. La teoría de la
evolución explica los orígenes más remotos
de los seres humanos y de su transformación
- a lo largo de millones de años - hasta
que llegaron a adquirir las características de
los humanos modernos.
Por medio del estudio de la homini-
zación llegamos a comprender cuándo los
humanos adquirieron conciencia de su pro-
pia existencia, llegaron a pensar, a crear cul-
tura, y, de esta forma, a separarse del resto
de las especies animales.
Una vez que los humanos adquirieron
las características propias de los humanos
modernos, iniciaron su evolución cultural.
Inventaron la agricultura, adecuada a distin-
tos ambientes, y con esta surgió el desarro-
llo de las primeras civilizaciones de la anti-
güedad.
Los aspectos determinantes en nuestra
cultura tienen sus raíces en las primeras
civilizaciones que surgieron en el Cercano y
en el Medio Oriente y' en las posteriores
civilizaciones griega y romana. De ahí la
importancia de estudiarlas.
Hasta fines del siglo dieciocho se tenía a
la Biblia y a su estricta interpretación como
única fuente del conocimiento y de la
verdad. Es por ello que las teorías científicas
sobre el origen del ser humano son relati-
vamente recientes. Hace apenas dos siglos
que comenzó la investigación tanto del pla-
neta Tierra como de la prehistoria.
Una nueva interpretación sobre el origen
de los seres humanos derivada de la obser-
vación de la naturaleza y, como consecuen-
cia, de las transformaciones de la ciencias
de la vida y de la Tierra se impuso durante
el siglo diecinueve. Los humanos no fueron
ya considerados como el resultado de una
única y uniforme creación, en la que las
especies nacieron fijas, sino que estas y los
humanos se consideraron como el resultado
de una larga historia en la que todas las
especies evolucionaron por medio de la
selección natural.
De esta forma se produjo una división
entre los "creacionistas", es decir los parti-
darios de la tesis bíblica de la creación de la
3. Tierra y del hombre realizada por Dios en
cuestión de pocos días, y los que opinaban
que hubo un evolucionismo en el desarrollo
de la especie humana. Entre los principales
precursores destacan Erasmus Darwin
(1731-1802), médico, filósofo, poeta, perso-
nalidad de renombre y abuelo del más cono-
cido Charles Darwin, quien llegó a afirmar
que el hombre constituía parte del "fila-
mento viviente", que animaba a todo ser vi-
vo. Es decir, que la especie humana formaba
parte del mundo de los animales.
Las ideas de Erasmus Darwin se apo-
yaban en el botanista sueco Linneo (1707-
1778), quien había establecido una clasifi-
cación para los animales y los vegetales,
dividida en familias, géneros y especies.
Linneo colocó al hombre, Homo sapiens,
como mi pariente cercano de los monos del
Viejo Mundo y de los primates. Estas
opiniones provocaron un fuerte rechazo por
parte de los teólogos, pero también de mu-
chos científicos que no estaban dispuestos a
aceptar ningún tipo de parentela con los
monos.
En 1859 Charles Darwin publicó su
famoso libro El origen de las especies, en el
que afirmaba que las diversas especies
conocidas eran resultado de la evolución de
los diversos organismos vivos y de su adap-
tación a los distintos ambientes, de manera
que una especie podía cambiar, evolucionar,
al punto que el ejemplar viviente contempo-
ráneo de una especie era muy diferente de
su remoto ancestro.
Hoy día, la biología evolucionista es la
única teoría generalmente aceptada por la
biología y pocos científicos dudan de su
validez esencial. Pero hace cien años esta
teoría causó gran hostilidad y, aún en
nuestros días, algunas sectas la rechazan.
No hay que asombrarse de esta actitud nega-
tiva. Primero, porque la teoría de la evolu-
clOn de las especies se oponía completa-
mente a la versión fundamentalista de la
creación. Segundo, porque el planteamiento
darwiniano de que el ser humano desciende
de unos simples primates rompía con las
ilusiones reconfortantes de que el hombre se
había creado sobre sí mismo y de su supues-
to lugar y propósito en este mundo.
¿Qué separa a los humanos del resto
de los animales?
Conforme fueron explorados los gran-
des sitios del este de África donde se con-
centra gran número de fósiles de hornínidos,
fue descubierta una muy antigua tradición
en la fabricación de herramientas. Estas eran
pequeñas piedras o guijarros que apenas si
habían sido retocados, así como lascas de
cuarzo. Estos objetos pueden datar de unos
tres millones de años. Las primeras herra-
mientas empleadas en el mundo son evi-
dencia irrefutable del desarrollo del pensa-
miento, con todas las implicaciones cul-
turales y hasta sociales que este hecho tuvo
en seres que aún no eran humanos.
Enfrentados a interpretaciones contradicto-
rias de los restos fósiles de los hornínidos,
los prehistoriadores consideran que una he-
rramienta, la cual es un objeto natural deli-
beradamente modificado, habla del grado de
hominización o proceso de conversión en
humano, en la persona que lo fabricó. Sin
embargo, no podemos estar seguros si el uso
de herramientas es un factor que nos hace
humanos. Por esta razón, muchos paleon-
tólogos continúan definiendo a los humanos
en términos biológicos, más que en términos
de comportamiento cultural. Pero es inne-
gable que la fabricación de herramientas,
incluso las más primitivas, requiere de una
serie lógica de acciones concebida por un
pensamiento reflexivo.
4. Durante mucho. tiempo se creyó que la
posición erecta fue lo que permitió a los ho-
mínidos liberar las manos, para así fabricar
herramientas. No obstante, hoy día resulta
evidente que el bipedalismo y la posición
erecta precedieron en dos o tres millones de
años a la aparición de los primeros objetos
fabricados. Parece entonces innegable que
el bipedalismo no fue lo esencial en el pro-
ceso de hominización, sino el desarrollo del
cerebro y de las facultades mentales como
requisito para la fabricación de herramien-
tas.
El incremento en el tamaño del cerebro,
centro del pensamiento, fue uno de los
principales factores que hizo a los humanos
seres únicos, diferentes de los otros anima-
les. Algunos científicos escogieron de ma-
nera arbitraria capacidades de 700 a 800 c.c.
para delinear el punto en el cual los monos
se convirtieron en humanos. Una capacidad
craneana superior se consideró el punto a
partir del cual se adquiriría la condición
humana. Por supuesto, en un proceso de
evolución, tal punto no tiene sentido. En lo
que coincide gran número de investigadores
es en considerar que la posición erecta y el
bipedalismo precedieron al incremento del
tamaño del cerebro y que, por tanto, es una
característica remota y muy anterior a la
fabricación de herramientas.
Gracias a nuestra extraordinaria inte-
ligencia, la cual está ligada al crecimiento
del tamaño del cerebro durante decenas de
miles de años, los humanos estamos en
capacidad de moldear el futuro. En este as-
pecto los humanos somos únicos dentro del
reino animal. Sin embargo, al mismo tiem-
po somos los únicos seres que nos hemos
convertido en una amenaza para nosotros
mismos. Es imposible· prever cuál fuerza
prevalecerá en el futuro: la fuerza de la
evolución cultural, que nos conducirá hacia
una nueva forma de Horno sapiens, cons-
ciente de la necesidad de proteger la natu-
raleza, o se impondrán las fuerzas de la des-
trucción que nos llevarán a nuestra propia
extinción junto con la destrucción de
nuestro planeta.
Las consecuencias del desarrollo
de la agricultura
Existe una gran variedad en las técnicas
agrícolas y de cría de animales que depen-
den de las características físico-ambientales
de las diversas regiones y continentes donde
arranca este proceso. En algunos casos la
participación humana en la reproducción y
el cuidado de las plantas es mínima, y el
cultivo o domesticación supone simplemen-
te un mayor acceso a plantas y animales.
Pero, en general, el cultivo de plantas y la
cría de animales son formas de simbiosis, en
las que el hombre y la especie se benefician
mutuamente. La manipulación de plantas y
animales por parte del ser humano condujo
a que algunas especies evolucionaran y
dieran lugar a nuevos tipos, incapaces de
subsistir sin la intervención humana.
El origen y el desarrollo de la agricultura
y de la domesticación de animales
constituyen procesos graduales y complejos.
Además, existe en una gran variedad de
modalidades, con niveles de productividad
diferentes. Por otro lado, conviene dejar cla-
ro que las consecuencias derivadas de la
aparición de la agricultura difieren de una
sociedad a otra. En algunos casos llevó al
desarrollo de sociedades sumamente com-
plejas, con una marcada estratificación social
y al desarrollo de estados poderosos. En
otros casos la agricultura tuvo un desarrollo·
menor, y dio lugar a sociedades con una
organización sociopolítica poco compleja.
5. Agricultura, crecimiento de
población y estratificación social
La base económica de las sociedades
complejas la constituía una agricultura in-
tensiva, de alta productividad, por lo general
con utilización de obras de regadío, que
facilitaba una alta densidad de población y
favorecía el crecimiento demográfico. Co-
mo consecuencia del crecimiento poblacio-
nal y su mayor concentración en asenta-
mientos de distinto tamaño y jerarquía, se
produjo un proceso de estratificación social,
caracterizado por la institucionalización de
las diferencias sociales y por la distribución
desigual del poder.
En el vértice de la pirámide social se
encontraba el gobernante (por lo general se
le atribuían poderes de origen divino), quien
tenía a su cargo la dirección de todas las
actividades y el control de la fuerza de
trabajo. Bajo su autoridad se llevaban a ca-
bo trabajos arquitectónicos (pirámides, tem-
plos, palacios) y obras de ingeniería (cana-
les de regadío, puentes, caminos). También
el gobernante disponía del poder para
separar grupos de población de las activida-
des agrícolas y dedicarlas a la producción de
manufacturas (cerámica, textiles, armas,
etc.) o bien organizar ejércitos y campañas
militares, etc.
La producción de abundantes exceden-
tes agrícolas cultivados por los campesinos
permitía una mayor división social del
trabajo, ya que liberaba un importante sector
de individuos de las tareas de producción
agrícola. Así nació un nuevo sector social en
la historia de la humanidad: los artesanos
especializados, dedicados a tiempo comple-
to a la fabricación de determinados objetos
(de cerámica, madera, hueso. piedra, ceste-
ría, textiles, cueros, metales, etc.). Dentro de
la población separada de las actividades de
producción agrícola también se constituyó
un núcleo de religiosos-intelectuales, lo que
permitió el desarrollo de complicadas
religiones, el estudio de los movimientos de
los astros y de su relación con los cambios
climáticos estacionales (fundamental en la
agricultura). Estos grupos inventaron tam-
bién la escritura.
Las sociedades complejas desarrollaron
un ,importante intercambio interregional y
una diferenciación y complementariedad
entre los asentamientos especializados en la
producción artesanal y los centros de inter-
cambio, respecto de las aldeas de campesi-
nos dedicados a la producción agrícola. En
los principales asentamientos se hallaba la
residencia de los gobernantes y su séquito.
Desde esos centros se ejercía la adminis-
tración de los territorios y de las pobla-
ciones sujetas a la autoridad del gobernante.
Los términos cultura y civilización se
emplean a menudo de forma indistinta. Sin
embargo, "cultura" alude principalmente al
modo de vida propio de una sociedad, y
comprende sus formas de organización eco-
nómica, social y política, así como sus cos-
tumbres, religión, conocimientos, sus for-
mas de expresión artística y características
de su vivienda y centros de población. El
término "civilización" designa una cultura
que se ha consolidado y desarrollado duran-
te siglos. Proviene del latín "civitas", ciu-
dad, pues se consideraba que solo los cen-
tros urbanos eran capaces de dar lugar a
grandes logros culturales. Pero en la actuali-
dad se sabe que diversas sociedades logra-
ron avances culturales propios de una civili-
zación, sin tener grandes centros urbanos.
6. La república romana en el a/lo 264 a.C. (verde os-
curo), conquistas romanas en'" 264 y 30 a.C.
(verde pilldol. y protectorados (verde intermedio).
Fuen": Chambon. A. etal. 1116.
El proceso de hominización y el sur-gi-
miento de las civilizaciones en la antigüe-
dad deben analizarse desde la perspectiva de
intereses actuales. Así, el estudio de la evo-
lución de los homínidos hasta llegar a los
humanos modernos debe hacer énfasis en lo
emparentados que estamos los seres huma-
nos con las demás especies animales y en
nuestra estrecha relación con la natura-leza.
Durante años la errónea concepción del
hombre como "rey de la creación" llevó a
interpretaciones que servían para justificar
el dominio del hombre sobre la mujer, y pre-
conizaban el sometimiento de la naturaleza
para ponerla al servicio de los humanos.
Plantear que los humanos evolucio-
namos al igual que los demás animales, que
nos encontramos emparentados con ellos y
que formamos parte- integrante de la
naturaleza significa que esta no está a
nuestro servicio, sino que, si la dañamos,
nosotros mismos sufriremos los resultados
de su deterioro. Entonces es importante
plantear la teoría de la evolución desde la
perspectiva de la estrecha relación que
tenemos los humanos con las especies ani-
males y, en general, con la naturaleza, de la
cual somos parte.
En relación con el estudio de las civili-
zaciones antiguas es importante analizadas
destacando su relación con nuestra propia
sociedad. Por ejemplo, qué aspectos de
nuestra propia cultura están determinados
por las civilizaciones de la antigüedad. ¿Por
qué medimos el tiempo en horas que tienen
60 minutos y estos 60 segundos? ¿Dónde se
originó el cristianismo? ¿Quiénes idearon
primeramente el sistema político democrá-
tico? ¿Dónde tuvieron origen las concep-
ciones estéticas y el pensamiento filosófico
predominantes en la actualidad?
Por otro lado, es importante también
destacar los aspectos negativos de las civi-
lizaciones antiguas, tales como las guerras,
7. las cuales las debilitaron y contribuyeron a
su caída. También a las estudiantes y los es-
tudiantes se les puede enseñar cómo los
humanos de la antigüedad agotaron algunos
recursos tales como gran número de bos-
ques en Grecia, con el fin de emplear la ma-
dera en la construcción de barcos. En todo
momento conviene relacionar lo que se es-
tudia del pasado con situaciones contempo-
ráneas, de manera que el estudiante vea el
pasado, no como algo muerto, sino vivo, in-
tegrado por hombres y mujeres que, tal co-
mo los seres humanos de la actualidad,
afrontaban diversos problemas a los cuales
debían buscarles solución.
Para el estudio de las civilizaciones an-
tiguas se puede recurrir también al méto-do
comparativo, confrontándolas con si~ua-cio-
nes de la actualidad o bien comparando las
civilizaciones del Cercano o del Medio
Oriente y de Europa con las sociedades an-
tiguas de Costa Rica o de otras partes de
América.
Aparte de los exámenes es importante que el profesor fomente la
expresión oral y escrita de los estudiantes por medio de la elaboración de
informes. Pueden elaborar fichas en donde resuman lo estudiado y lo que
obtengan de la investigación en bibliotecas. Luego que redacten un
informe, para lo cual pueden solicitar la colaboración de los profesores y
de las profesoras de español, quienes los orientarán en las técnicas
empleadas en la elaboración de esos escritos.