Paulina y Lucas viven en un barrio separado de la ciudad por un cerro y vías de tren. A Paulina le gusta mirar hacia el cerro cuando sale del Polígono M. El cerro no tiene árboles, matorrales ni hierba, y se formó poco a poco según le contó su abuela. El libro es original pero difícil de entender para niños de 8-9 años, aunque la opinión lo recomienda para mayores.