Este documento discute la importancia de la obediencia a Dios a través del ejemplo de los Recabitas, una tribu que se mantuvo fiel a la instrucción de su antepasado Jonadab de no beber vino ni habitar en casas. Aunque Jeremías los llamó para probar su obediencia, los Recabitas se negaron a beber vino, demostrando su fidelidad constante a Dios en todas las pruebas. El documento también advierte que la desobediencia hiere el corazón de Dios y conlleva consecuencias,