1. ¡Viva la Pepa!
Hoy podemos decir, finalmente, que tenemos una constitución. Ayer, día 19 de San
José, las Cortes Generales se reunían en Cádiz para redactar nuestra primera
constitución. Un destello de luz entre tanta oscuridad. Después de conseguir la
independencia y de perder tanto por el camino, nos llega la recompensa. Nuestra vida, la
de los españoles, nunca ha sido sencilla, y menos en los últimos tiempos. La abdicación
de Fernando VII y la imposición de Pepe Botella, un rey que gobernaba para el bien de
Francia sin importarle el pueblo que dirigía. Después de que un rey extranjero privara
de sus propias tierras a personas que habían nacido de ellas por defender lo que creían,
después de tantas muertas, después de doce mil exiliados, después de tanta lucha aquí
estamos nosotros anunciando la aprobación la primera constitución española de la
historia, la suerte ayuda a los que quieren progresar.
Cádiz fue el lugar de reunión para los representantes de la nación española, quienes
convocaron unas Cortes Generales para que acabaran con el Antiguo Régimen y para
formar un nuevo orden social.
Esta Carta Magna se basa en la igualdad de todos los ciudadanos ante la ley y en
reconocer los derechos individuales. Ahora nuestros hijos tendrán derecho a ir a la
escuela, nosotros podremos tener un hogar propio y lo más importante, seremos libres.
Además, instaura la separación de poderes, acortándose así los privilegios de las clases
altas e instaurando la igualdad entre el pueblo llano. Esta constitución se basa en la
soberanía nacional, mediante la cual todos nosotros podremos participar en el poder a
través de unos representantes.
Ahora tenemos que agradecer a todos aquellos que no se dieron por vencidos, a los
padres de la patria y a todos aquellos líderes políticos que lucharon por nosotros, como
Agustina de Aragón, una heroína que ocupará lugar en los libros de la historia de
España.
Gracias a todos los que no huyeron y apoyaron a una España hundida, gracias a ellos
hoy nos llena de orgullo anunciar que los españoles tenemos una constitución. De todo
esto podemos sacar una buena conclusión, la esperanza es lo único más fuerte que el
miedo, Dios aprieta pero no ahoga.