El documento describe los cimientos de la vida cristiana, que son la fe, el amor y la esperanza, los cuales son plantados en el creyente a través de la Palabra de Dios. La Palabra de Dios es la revelación de Dios y la verdad que el hombre necesita, y produce fruto en aquellos con un corazón dispuesto a escuchar y obedecer. La responsabilidad del creyente es compartir esta verdad con los demás.