El documento describe una visita a un pequeño pueblo en Almería. Después de un viaje de dos horas, el autor explora las calles estrechas del pueblo de Huécija, visitando la plaza principal con macetas bonitas y una iglesia preciosa. También ve el lavadero municipal con techo de madera y paredes de ladrillo, y escucha la banda municipal en la plaza del ayuntamiento, antes de llegar cansado a un bar cerca de la plaza donde jugó con niños hasta que su padre regresó.