La Locura invitó a sus amigos a jugar a las escondidas en su casa. Mientras se escondían, la Curiosidad fue la primera en aparecer, queriendo saber quién sería el próximo en contar. Cuando terminó el juego, no pudieron encontrar al Amor y la Locura lo buscó por todas partes hasta que lo encontró herido por una espina en un rosal. El Amor perdonó a la Locura y desde entonces se dice que "el amor es ciego, y la locura siempre lo acompaña".